Natalie limpió el rostro de Jael por tercera vez mientras él le sonreía con sus únicos dos dientes y comía su papilla. Los meses había pasado rápidamente y ahora él tenía medio año. Seguía siendo un poco gruñón con las personas, y sólo le sonreía a unos cuantos. Natalie pensaba que se debía a que era un poco sobre protectora con él, pero desde que le dijeron que su hijo podía padecer lo mismo que su esposo, ella entró en pánico.Nicolás llevaba un año en el hospital y los doctores habían comenzado a presionar más a la familia para que tomaran la decisión. Él no iba a despertar, eso habían dicho y era injusto que ellos albergaran falsas esperanzas. Pero Natalie no quería hacerlo, no podía despedirse de él así. Ella había soñado con llegar a la vejez junto a su marido. Quería ver junto a él a sus nietos corriendo por el jardín, y quizá, si ellos corrían con suerte incluso podrían ver a un bisnieto o dos. Por las noches lloraba y le pedía a Dios que lo trajera de vuelta, incluso, cuando su humor empeoró, comenzó a reclamarle por haberle quitado a su amado.
Ella nunca fue una mala chica, siempre fue buena, y tuvo que ver morir a la persona que más amaba en el mundo. Su madre biológica. Natalie no quería tener que pasar lo mismo con Nicolás.
Jael comenzó a llorar cuando se cansó de estar sentado en su silla, él tenía sueño así que Natalie lo limpió y luego lo llevó a su cama para dormirlo. Le cantó la canción que Nick le cantaba cuando aún Jael estaba en su vientre y al instante el pequeño se durmió.
Él amaba esa canción y lo tranquilizaba mucho, Natalie aprendió eso desde la primera noche en que la cantó y él olvidó sus dolores, lo comprobó más adelante nuevamente cuando a él comenzaron a salirle los dientes y la canción lo arrulló hasta que se quedó dormido.
Amaba ver a su hijo crecer.
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Cuando Jael cumplió dos años Natalie conoció a alguien que la hizo sonreír y que por sobre todo, la hizo recordar lo que era vivir.
Diego Gómez iluminó los días oscuros de Natalie, y lo que era más impresionante, parecía genuinamente interesado en Jael.
Se conocieron un día mientras Natalie llevaba a jugar a su hijo al parque, el pequeño niño corría por todo el lugar hasta que cayó y se lastimó la rodilla, Diego estaba más cerca y corrió a ayudarle. Él había cuidado a sus hermanos cuando estos eran pequeños así que tenía experiencia.
—Te lo agradezco —dijo Natalie. Ella se había descuidado sólo un segundo mientras le enviaba un mensaje a su hermano para que fuera por ella al parque. Su auto se descompuso y con todas las cosas que llevaba de su hijo, le era difícil trasladarse en metro.
—No es problema, él estará bien —Diego era mucho más alto que Natalie, quien poseía una estatura de un metro cincuenta y seis—. Soy Diego.
Ella no pudo evitar compararlo con Nick, por supuesto, su esposo siempre había sido delgado aunque siempre ejercitado. En cambio Diego era musculoso, pero también tenía una sonrisa amable. Nick era moreno, Diego sin embargo parecía haber salido de una película de vampiros con toda esa tez pálida y su cabello oscuro.
—Soy Natalie.
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Diego abrió la puerta de su casa para dejar entrar a Natalie y su hijo Jael. Ellos habían sido parte indispensable de su vida durante dos meses desde que los conoció en un parque y curó la herida en la rodilla del pequeño.
—Lamento la tardanza, Jael no quería ponerse los zapatos y lo perseguí por toda la habitación durante un buen rato.
Diego rió de las travesuras del niño dormido en los brazos de su madre.
—No hay problema, ¿Quieres un vaso de agua? Aún tenemos un tiempo para llegar, mis amigos están ansiosos por conocerte a ti y al pequeño.
Natalie se sentó en el suave sillón y acarició el cabello oscuro de su hijo, la verdad es que comenzaba a sentirse ansiosa. No le había contado a Diego toda la verdad. No quería decirle que estaba casada y que su esposo estaba en coma, necesitaba con desesperación un amigo que no sintiera pena por ella o alguien que no fuera de su familia.
—Por supuesto, me encantaría. Pero ¿podríamos hablar antes?
Diego asintió y se sentó a su lado. Él tenía fuertes sentimientos por ella.
—Habla.
—Cuando te dije que el padre de Jael no estaba con nosotros no fue porque él nos abandonara. Cuando yo tenía cuatro meses de embarazo a él le diagnosticaron un tumor cerebral. Ha estado en coma desde entonces y justo antes de venir su Doctor me habló, ellos no pueden mantenerlo más tiempo. No es sano para nadie guardar esperanzas. Lo que digo Diego, es que me haces sentir viva de nuevo, pero estoy casada.
Sólo quiero decirles que lo bueno comienza en el siguiente capítulo. Yo sé que estoy yendo muy rápido con la historia pero podrán saber más sobre lo que pasó en los tres años, al mismo tiempo que Nick.
Espero y comenten (Me gustaría ver comentarios :'( ) ¿Ustedes como se sentirían en una situación así?
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Cuando las hojas caen [1]
General FictionTres años, cinco meses, dos días y tres horas. Ese es el tiempo que me tomó despertar después de haber caído en coma. Las hojas caen y otras nuevas aparecen, sin embargo yo sigo estancado en ese Otoño donde lo perdí todo. No puedo avanzar, no cu...