Once

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Había pasados tres semanas desde el cumpleaños de Jael. Natalie se preguntaba cómo era posible que su hijo creciera tan rápido, ¿por qué no simplemente se detenía el tiempo? Luego estaría yéndose a la universidad y casándose.

Jael no se despegó de Nick ni un segundo durante su fiesta de cumpleaños, lo que tuvo a todos incomodos, principalmente a Natalie y Diego. Nick tenía el derecho de estar con su hijo, pero Jael, el niño que odiaba a los extraños, había sorprendido mucho a su madre.

Cuando la fiesta estaba llegando a su fin, Diego se llevó a un dormido Jael al auto mientras Natalie se despedía de Nick. Lo cual no había sido buena idea porque las cosas con ellos estaban tensas. Ella había iniciado el proceso de divorcio, el cual seguía en espera por parte de Nick. Ella sabía que él estaba molesto ¿pero qué podía hacer? Ella era feliz con Diego, por lo menos lo pensaba antes de aquella charla.

-Se ve como un buen tipo -había dicho Nick mientras metía las manos en los bolsillos de su pantalón.

-Lo es. Trata a Jael como si realmente fuera su hijo.

-Sip -Nick miró al suelo y luego de vuelta a ella-, no quiero firmar Nat. Mi memoria está volviendo y comienzo a recordarte. No lo recuerdo todo pero sé que se sentía bien despertar a tu lado cada mañana.

-Nick...

-Mira, sólo digo. Te he amado por bastante tiempo, no me pidas que no lo intente. Además tenemos un hijo.

-No podrías con un hijo.

-Podría con cien, si tú estás conmigo.

-Amo a Diego.

-O sólo estás agradecida con él por haberte cuidado. Porque seamos sinceros ¿Qué es amar a alguien Nat? Tenías un hijo pequeño, y un esposo en coma, por supuesto que necesitabas a alguien, él estuvo ahí.

Era cierto que estuvo ahí cuando nadie más lo hizo, pero se había enamorado de él, le gustaba la forma en la que la trataba, como si ella fuera la única mujer en el planeta. Diego trataba bien a Jael, incluso quería darle su apellido, pero las mariposas en el estómago habían despertado en el momento en que Nick le sonrió aquella tarde en el café.

¿Y por qué siquiera pensaba en eso? Vivía con Diego, planeaban una vida juntos ¿por qué de repente se sentía tan insegura? ¿Por qué unas palabras la hacían cuestionarse los últimos años? Estaba asustada, eso no tenía nada de malo, cuando Nick aceptara la realidad, cuando se diera cuenta que todo había cambiado ella podría seguir con su vida tal como lo había hecho desde que su esposo había caído en coma.

++

Nick se sentó frente a la cámara y comenzó a grabar. Este era el séptimo video que hacía para su hijo y cada vez se sentía más triste. No poder ver a su dulce niño crecer lo estaba matando más que el tumor ¿Qué tan cruel era su vida?

-Este vídeo es especial, y vendrá con una nota que diga "mostrárselo cuando se enamore por primera vez"

››En realidad debería decir "cuando te enamores realmente por primera vez" quizá corras la suerte que yo tuve y el amor llegue desde joven. O puede ser que llegue cuando tengas cincuenta años, de cualquier manera, deberías saber esto.

Nick sonrió. Amaba la historia que estaba a punto de contarle.

››Cuando conocí a tu madre mi corazón quiso salirse de mi pecho, era tan linda, en realidad aún lo es. Quiero que sepas que sentí que estaba todo bien cuando ella me sonrió. Supongo que así es como sabes lo que es el amor; todo encaja, todo está en calma.

››Supongo que no debería decirte esto pero ella fue mi primer corazón roto. Quizá cuando te enamores también te ocurra. Déjame decirte esto; durante toda mi vida he escuchado que el primer amor no tiene que ser el último. Eso es completamente estúpido, si te enamoras y sientes que no puedes vivir sin esa persona, entonces no lo hagas, lucha.

››Aunque no quiero que seas un completo idiota y le ruegues a una chica que ya no se siente enamorada de ti. Nunca lo hagas, si no te quiere entonces no es para ti. El amor tiene que ser correspondido, hijo. Debes sentir las mariposas y los fuegos artificiales, debes sentir como tu corazón explota de felicidad.

››Si estás viendo esto y tienes el corazón roto, lamento decirte que no sé qué hacer para que se arregle. Pero te lo diré en cuanto lo sepa. Te amo, no importa si tienes dieciséis o treinta, soy tu padre y te amo más que a nada en el mundo.

++

-Pienso que te está pasando algo -Dijo Diego a Natalie en cuanto ambos estuvieron solos en casa.

Desde que Nick había ido a la fiesta por el cumpleaños de Jael, habían decido que el niño pasara un tiempo con su padre, para crear un vínculo. A Diego eso no le disgustaba, a final de cuentas, Nick tenía todo el derecho del mundo. Lo que le parecía preocupante era el hecho de que Natalie lo dejara.

Diego estaba enamorado de ella, inevitablemente enamorado y si lo dejaba eso iba a partirle el corazón; además adoraba al pequeño niño.

-¿A qué te refieres?

-Tú sabes.

Natalie suspiró.

-Sé muchas cosas Diego.

-¡Ahí está! -Diego sonrió tristemente -hace mucho tiempo dejaste de llamarme por mi nombre.

-Sólo estoy...

-¿Confundida?

-Iba a decir que estoy distraída.

-Si tú quieres que nosotros nos demos un tiempo...

-¡No! Tú has hecho todo por nosotros y...

-Estás conmigo por agradecimiento.

-No.

Diego sintió su corazón romperse.

-Lo haces. Conozco cada mirada, cada gesto tuyo Natalie, sé cuándo mientes y te amo, y voy a sonar como en una película de amor pero si Nick es tu felicidad entonces ve con él, quiero que seas feliz y sabía que tú no me pertenecías porque tu corazón estaba en aquel hospital.

Natalie comenzó a llorar y tapó su rostro con sus manos. Diego tenía razón, pero no podía arriesgar su corazón y estar con Nick nuevamente, no podía arriesgar a su hijo.

-Por favor -suplicó.

-Me duele también Nati. Pero quiero que seas feliz.

++

Gracias, Gracias, casi termina esto. ¡Que emoción!

Cuando las hojas caen [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora