Los días pasaron sin contratiempos. Jamás ocurría algo extraño en el colegio, solo los típicos errores que un alumno podía cometer al aprender algún nuevo hechizo o al hacer alguna poción. Quizás y lo más extraño de todo era la nueva chica que se unió al grupo, por lo que sabía se llamaba Ruby pero, por alguna extraña razón no podía confiar en ella, algo tenía que hacía que desconfiara totalmente. Y no era el único, Charlie tampoco se fiaba de ella.
Comúnmente se veía a Ruby totalmente junta a Sam, a veces se besaban o algo pero... Nadie sabía si en realidad estaban juntos, solo pasaban sus muestras de cariño y ya.El colegio iba de lo mejor, incluso con el pasar de los días con Dean ya no se juntaban tan en secreto de los demás, a pesar de que jamás se juntaban con el grupo de amigos del otro. Y por el hecho de juntarse a solas, y de que Amara lo sabía, comenzó a llevarse miradas asesinas de su parte. Jamás pasaba un día en que no lo mirara con el ceño fruncido. Y si las miradas mataran, ya estaría muerto.
Hubo un día que regresaba con Garth de una clase que compartieron con Slytherin, pero al llegar al vestíbulo no pudieron avanzar más por todos los estudiantes arremolinados frente a un gran tablero. ¿Qué los tendría tan ensimismados?
Por su altura no alcanzaba a ver lo que decía y su compañero tampoco. Maldijo en voz baja. Por suerte Sam llegó a su lado y como si nada leyó lo que decía el letrero.
TORNEO DE LOS TRES MAGOS
Los representantes de Beauxbatons y Durmstrang llegarán a las seis en punto del viernes 30 de octubre. Las clases se interrumpirán media hora antes.
¡Cierto! Se había olvidado por completo de que ese año se llevaría a cabo el torneo de los tres magos.
Los estudiantes deberán llevar sus libros y mochilas a los dormitorios y reunirse a la salida del castillo para recibir a nuestros huéspedes antes del banquete de bienvenida.
En lo personal Sam y Castiel no estaban muy interesados en el torneo, pero el resto de los alumnos sí porque el cartel del vestíbulo causó un gran revuelo en ellos, era como que todos querían participar pero para su mala suerte solo podían quienes tuvieran diecisiete o más.
Durante la semana siguiente donde sea se escuchaba el mismo tema de conversación: el Torneo de los tres magos. Los rumores pasaban de un alumno a otro como gérmenes altamente contagiosos: quién se iba a proponer para campeón de Hogwarts, en qué consistiría el Torneo, en qué se diferenciaban de ellos los alumnos de Beauxbatons y Durmstrang...
Además el castillo parecía estar sometido a una limpieza especialmente concienzuda. Habían restregado algunos retratos mugrientos, para irritación de los retratados, que se acurrucaban dentro del marco murmurando cosas y muriéndose de vergüenza por el color sonrosado de su cara. Las armaduras aparecían de repente brillantes y se movían sin chirriar, y Argus Filch, el conserje, se mostraba tan feroz con cualquier estudiante que olvidara limpiarse los zapatos que aterrorizó a dos alumnas de primero hasta la histeria.
Los profesores también parecían algo nerviosos.
Cuando el 30 de Octubre llegó, desde el momento en que abrió los ojos y escuchó al resto de los de su dormitorio el tema central de la conversación era el Torneo, incluso Garth estaba demasiado emocionado con ello ¿Qué acaso solo a él no le interesaba?
A pesar de eso igual cuando le preguntaban cosas sobre el Torneo las respondía, no quería ser descortés.
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¿Qué sientes por mí?
FanfictionCastiel y Dean han sido amigo desde pequeños, y al entrar en Hogwarts las cosas no fueron como ellos esperaban; Diferentes casas, diferentes amigos. Pensamientos estúpidos y peleas irracionales. Se quieren, se alejan y no saben lo que sienten. Pero...