A tu lado

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Hace apenas unos días en que con Dean eran pareja y se había dado cuenta de que la relación que tenían no había cambiado demasiado. La diferencia era que ahora se besaban y expresaban sus sentimientos. Ya que los abrazos y pequeñas muestras de cariños siempre estuvieron ahí, y ahora eran más.

Y aunque los demás no lo supieras, Dean era bastante tierno al estar a solas.

Estaba feliz. Más feliz que nunca. Las cosas iban de lo mejor, no ha sucedido nada malo, ni siquiera con Amara o Ruby que solo le daban miradas enojadas cuando lo veían pasar pero las ignoraban. No eran importantes.
Su relación con Dean iba bien, jamás peleaban, aunque llevaban solo días juntos o eso le parecía a él. Cuando ya iba poco más de tres semanas.

Sonrió como el bobo enamorado que era.

El tiempo pasa rápido al estar con la persona que uno quiere y no se puede hacer nada contra eso. Desearía que los días pudieran ser eternos para pasar solo tiempo con Dean.

Y al final lo que decían era cierto, es hermoso estar enamorado.

Pero también implica algunos momentos que se le hacían vergonzosos. Sabía que por le edad tenían las hormonas a flor de piel y no era extraño que con ya varios besos algo subidos de tono su cuerpo reaccionara, pero no quitaba que se avergonzaba. Dean actuaba normal en esas situaciones, incluso le recalcó que lo era y que no había nada de qué avergonzarse.

Estaba tan metido en sus pensamientos que la clase en la que estaba había pasado a segundo plano y ni cuenta se había dado del paso del tiempo.
Frunció el ceño al sentir golpes en su costado y al girarse vio a Sam, junto a Garth y Charlie.

–¿Qué pasa? –Preguntó.

–La clase terminó y no te has dado cuenta –Informó Charlie.

–¿De verdad?

–¿Ves a alguien más aparte de nosotros? –Preguntó Garth entre risas.

Castiel miró a su alrededor y efectivamente no habían más alumnos que ellos en el aula. Si que tuvo que estar metido en sus pensamientos como para no notarlo.

Se avergonzó por ello.

–Vamos.

Recordó que era solo un cambio de clases y que lo mejor sería apresurarse o llegarían tarde a la siguiente lección. Y al tratarse del profesor Snape era mejor ser puntuales. El profesor no solía llevarse muy bien con varios alumnos del colegio, pero con Cas mantenía una buena relación. Solo había que saber tratarlo.

Salieron del aula y se encaminaron a las mazmorras donde se impartían las clases de pociones. Todos los cursos se encontraban en cambio de clases y frente a él veía venir alumnos de Gryffindor y Slytherin. Dean se hizo notar entre todos ellos, venía caminando en primera fila mientras conversaba con Ed y Crowley, hasta que notó a Castiel en el pasillo y les hizo señas a sus amigos antes de irse a por él y que también notaran a Cas.

Dean avanzó rápido hasta Cas y lo abrazó por la cintura.

–Hola, nene –Dio un beso sobre la frente de Cas.

–¿Qué tal la clase de pociones?

–Buenas, Snape por alguna extraña razón estaba de muy buen humor. Creo que tuvo que pasar una buena noche con Sirius.

–¡Dean! –Lo reprochó– No digas esas cosas.

–¡Pero si s verdad! No suele tratarme tan bien –Murmuró lo último y Cas se rió.

¿Qué sientes por mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora