Reconciliación

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El mes de Diciembre trajo consigo vientos y tormentas de aguanieve. Los pasillos del Colegio eran muy fríos y a la mayoría de los estudiantes les gustaba estar muy cerca de las antorchas cuando comenzaban a iluminar el castillo, como otros no salían de la sala común hasta que debían comer o ir a clases, la calidez de las salas debía ser envidiable por los corredores e incluso el gran comedor, que por suerte se sentía cálido por todas las personas sentadas una al lado de la otra y por las comidas calientes.

Castiel odiaba tener las clases de Criaturas mágicas porque a pesar de estar bien abrigado le daba frío, llevaba su bufanda, guantes, un suéter y estar ahí fuera con la nieve le daba frío. Si estuviera dentro del castillo se sentiría incluso más cálido.
Incluso le gustaría más estar en clases de Historia de la Magia a pesar de que el profesor era lo más aburrido del mundo. O en Pociones, pero esa era de sus asignaturas favoritas junto a Defensa Contra las Artes Oscuras, pero no, lo peor es que después tenía adivinación y cero ganas de ir a esa clase.

Aún tenían a los escregutos, los habían estado criando pero de todos los que tuvieron con suerte quedaban unos diez, se habían ido matando los unos a otros y no podían hacer nada, aparte de que eran muy peligrosos. Hagrid quería saber si invernarían pero hubo una serie de complicaciones y se dieron cuenta de que no, que incluso se ponían más gruñones de lo que eran.

Casi no prestaba atención a la clase, estaba de brazos cruzados y se movía un poco. Los demás eran los más atentos, Charlie porque le causaba aún mucha curiosidad la criatura, Sam porque era el más aplicado y odiaba una baja calificación, y Garth porque le gustaban los animales.

Por suerte sobrevivió a ese día y desde que terminó Cuidado de Criaturas Mágicas no volvió a salir del castillo. Si por dentro era frío por fuera era peor. No sabía cómo sobrevivían los de Durmstrang en el barco que tenían.

Al final sus días terminaban siendo una rutina, asistía a sus clases, pasaba con sus amigos, comían, a veces iban a la biblioteca por tener que estudiar o hacer alguna de las tantas tareas que en su mayoría eran por la profesora McGonagall, otros días iban a Hogsmeade. Como también algunas veces preferían estar en la sala común y pedían permiso para que sus amigos pudieran entrar dependiendo a que casa era.

Había terminado de comer, estaba cansado, pero no podía irse a la cama hasta que Dumbledore lo anunciara y terminó apoyando su cabeza en el hombro de Benny, cerrando sus ojos, dudaba quedarse dormido y era una manera de descansar un poco. Escuchaba a los demás hablar entre ellos pero él ya no comentaba nada, solo quería irse a dormir. Ese día se le había hecho más pesado que otros.

Dean quería irse cuanto antes del Gran Comedor, y no a dormir, aunque eso iba a hacer. Sólo quería irse y dejar de ver a Cas tan cómodo apoyado en Benny. Desde que discutieron que no habían vuelto a tocar palabra alguna y lo extrañaba, pero él parecía estar tan bien sin que estuviera a su lado que prefería no decir absolutamente nada.
Apretó la mandíbula al ver que Benny dejaba de comer y apoyaba su cabeza sobre la de Cas ¿Por qué se daba tanta libertad? ¿Acaso estarían saliendo? Quería que se separaran, necesitaba que se separaran.

Si las miradas mataran Benny ya estaría muerto.

El Directo se levantó llevándose la atención de los presentes, excepto de Dean que seguía mirando a la parejita. Benny había comenzado a acariciar los cabellos de Cas y susurrado unas palabras, no pudo leer sus labios pero Castiel se enderezó, le respondió y luego se fijó en el director.
Al menos se habían separado, pero eso no quitaba lo molesto que se sentía. Y no lograba entender por qué.

–Muy bien alumnos, ¡ahora que el banquete ha terminado es hora que vayan a la cama!

La profesora McGonagall que estaba al lado de Dumbledore se levantó y susurró algo, recibiendo un asentimiento en respuesta.

¿Qué sientes por mí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora