En el oscuro pasillo solo se escuchaba el eco de unas pisadas desesperadas que huían de otras que lo seguían con tranquilidad, acompañadas con un silbido agudo de una melodía infantil escuchándose cada vez más cerca. Aquella tortuosa melodía haría estremecer a cualquiera.
Entre la luz de luna que entraba por las viejas ventanas, se observaba pasar la figura de un chico, Jin, con su cuerpo temblando y la respiración agitada.
Las piernas le temblaban, sentía que ya no podía más, que en cualquier momento se desplomaría. La herida de su costado estaba entumecida, pero sentía claramente como la sangre que corría por sus costillas empezaba a empaparle el pantalón. Se escondió en una esquina al lado de una puerta vieja que había intentado abrir inútilmente, había un montón de trastos apilados uno sobre otro. Se metió debajo de una escalera retorcida y pidió a todos los dioses, a todo lo existente y a lo que no, para que no lo encuentre ese pirado.
El silencio se hizo en el pasillo, un silencio aterrador que dio paso al siseo del agresor, como si fuera una serpiente, se escuchaba a uno que otro perro ladrar y a ratos el crujir de las anticuadas duelas. Jin se tapó la boca y nariz intentando hacer el menor ruido posible cuando un crujido sonó a su lado.
- Te huelo – sonrió maliciosamente, intentando encontrarlo en la oscuridad en la oscuridad – tu miedo... es placentero.
Jin vio como una bota sucia pasaba junto a él y se detenía a poca distancia.
- Corre, corre ratoncito – empezó a cantar con una voz gruesa y baja – y no mires para atrás, porque o si no – apretó más el puño con el que sujetaba el látigo – El gato te comerá.
Los silbidos volvieron.
El chico observaba con los ojos muy abiertos. El sudor recorría todo su cuerpo y tenía repentinos escalofríos que intentaba controlar para no delatar su posición. Las botas del hombre continuaron con su trayecto, con un salto brusco que aumentó el miedo que sentía. Estaba acercándose cada vez más... Maldita sea. Un movimiento rápido lo sorprendió y el sonido de la chatarra cayendo a su lado ahogó el pequeño quejido que dio cuando un pedazo rozó su herida. Se esperó lo peor.
💀💀💀
- Maldita sea – bufó Namjoon – hay alguien en peligro ahí fuera – dijo bajando el tono de voz al ver a su abuela haciéndole gestos para que se callara.
- No podemos hacer nada, conoces las reglas – Dijo Hoseok, con tono suave.
- A la mierda las reglas, no sirven de nada, solo nos traen problemas.
- Se ha saltado el toque de queda – miró suplicante al menor, intentando convencerle.
- No es justo – Masculló Namjoon, vio como los ojos de la anciana se enlagunaban y un pinchazo de dolor atravesó su pecho.
- Lo sé, pero si sales compartirás el mismo destino – lo sujetó por la muñeca – hazlo por nosotros, por tu abuela – con un gesto de frustración Namjoon se separó bruscamente, desequilibrando a su amigo.
- Esto me cabrea un montón – dijo mirando la antigua puerta de madera, estaba desgastada y se podía ver como la luz tenue de la luna se escabullía por algunas grietas – Pero les quiero demasiado, no podría poner a mi familia en peligro.
Unos pasos acelerados al otro lado de la puerta los sorprendió. Se movió el pomo pero paró enseguida. Hoseok apagó la única luz que tenían, provenía de unas simples velas, mientras el mayor acurrucaba a su abuela entre sus brazos.
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Blaze [NamJin]
FanfictionUna tormenta solar destruyó parte de la tierra. Después, y sin dejar tiempo a que nadie se recuperara, una segunda ola de abrasante calor arrasó lo que quedaba de la maltrecha humanidad, obligando a los pocos supervivientes a esconderse bajo tierra...