Capítulo 9.

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Jungkook soltó un suspiro que pareció resonar por toda la habitación en un eco solitario y desesperante, notando como su pecho le recordaba con una punzada de dolor que no podía ayudar a sus amigos. Sentado en un tronco lleno de cojines y mantas que parecía estar en otro nivel del mundo real, se sentía impotente mientras miraba como Yoongi levantaba con ayuda de Namjoon otro tronco que ocupaba una esquina del lugar. Se sentía inútil, le acompañaba en todo momento una sensación desesperante en la piernas que le gritaba que se moviera; movía las piernas en un intento de calmar ese hormigueo sin ningún resultado, más bien, lo empeoraba todo.

Soltó un suspiró, empezando a mover con nerviosismo los dedos sobre sus muslos y sin parar el movimiento de una de las piernas, donde persistía aquella sensación. Paseó la vista una vez más en torno a la habitación, observando a todos trabajar.

- No soy un maldito crío inútil – se quejó en voz baja al mirar a Hoseok llevar otro tronco más pequeño detrás de los otros.

- No – le sorprendió la voz de Jimin a su lado – sólo estás delicado de salud.

- ¿Cuánto llevas ahí? – preguntó despreocupado, aún con la mirada en sus compañeros, que ya salían por la puerta. Ni siquiera notó el tono agrio que emitió al responder.

Jimin observó la huraña expresión del menor, se notaba que estaba aburrido; en la cúpula, junto con Taehyung no paraba, parecía conservar siempre la misma energía aunque en la mañana entrenaban sin parar, pero, ahora tenía que pasar todo el día en reposo. Cogió un libro al azar de la estantería que estaba ordenando, parecía que Yoongi lo había rescatado de un incendio, miró de nuevo a Jungkook, estaba lanzando al aire un enorme suspiro que en vez de tranquilizarle parecía frustrarle más.

- Te puedes distraer con esto – le tiró el libro que tenía media tapa carbonizada con algunas páginas amarillentas que iban aumentando su tono hasta el oscuro carbón. El movimiento rápido que hizo Jungkook para coger el objeto le provocó una mueca de dolor junto a un pequeño jadeo – ¿Te das cuenta, Jungkook? No puedes hacer ningún movimiento brusco, ese animal casi te mata y...

- Sí, sí, lo sé, no me des la charla otra vez – lo cortó torciendo el rostro con molestia.

Jimin intentó decirle algo más pero la mirada seria de Jungkook estaba fija en la pared, ignorándole. Le parecía triste, aunque Jungkook no quisiera mostrárselo; contuvo las ganas de intentar consolarlo, sabía que lo empeoraría todo. Cogió una caja con trastos que había juntado del lugar y siguió con su trayecto dejándolo en aquel lugar.

Jungkook volvió a recorrer la habitación, cada vez más vacía y se topó con la mirada preocupada de Jin. Intentó disimular sin éxito, mirando a otros lugares incluso al sentir como el mayor se aproximaba cada vez más.

- Jungkook, no es bueno que te quedes todo el día encerrado aquí.

- No... – se interrumpió sin creer lo que decía Jin – Espera, ¿Enserio? – solo pudo decir sorprendido.

- Claro, sentir el calor de los rayos de sol y la brisa. Ya sabes, despejarte un poco.

- Sí – susurró imaginando el cálido calor del sol.

- Yo me volvería loco, todo el día entre cuatro paredes. Qué agobiante.

- Sí, no sé por qué no lo entienden – Jungkook notó el tono de desesperación que se le escapó. Compartieron una sonrisa.

- Ven – Jin estiró la mano para ayudar a levantar a Jungkook.

- Gracias, Hyung – pronunció tras un quejido.

Blaze [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora