II

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UPE

Estábamos entrando a la universidad cuando vimos a Daniel. Daniel es un vendedor de libros, generalmente nuestra amiga Olga-compulsiva lectora de novelas melodramáticas- le compra varios a la semana, lo saludamos y platicamos un poco, para luego entrar.

Solo dimos como veinte pasos y entramos a la Ciber-Tienda; allí venden de todo. Zoam entró como si estuviera en de esas película de acción y estuviera a punto de ir a misión especial. Al llegar al final de pasillo preguntó a la mujer si tenían ese bendito papel que siempre se me olvida el nombre. Mientras ella seguía con eso, yo miraba los dulces. Chocolates, gomas de sabores, refrescos de cola y otros dulces. Al final la que terminó comprando fui yo. Compre dos dulces de goma rosada chiclosas.

-Toma Zoam.- le tendía uno de los dulces rosas.

-Gracias.

―¿Y tenían tu papel?―pregunte con mi dulce a medio camino. 

―Sí, pero... era demasiado delgado así que no lo compre. Mira vamos a la tienda de impresiones.

―Ok, pero luego vamos al café.― le recordé cual niña de cinco años.

―Si, si tú y tu café.―bufó con gracias y me reí entre dientes. 

―Oye, ¡El café es vida, el café es amor y yo soy... adicta a el! - así llegamos al kiosko, uno donde sacaban copias, imprimían, vendían refrescos de cola, pero eran esa que no me gustaba. Para mi era muy dulce y suave. No como esa que cuando se toma yo hago ¡Ah!  Y estoy casi drogada.

―¿Tienen papel opalina?―Zoi empezó a preguntar a la chica encargada.  

―Sí, ¿es esté el que buscas?

―¿Cuánto cuesta?― Zoam empezó a comprar su papel y ya tenía mejor cara y no esa de «Me mataran en mi clase».

―Feliz, Zoam.― pregunte al salir del kiosko mientras comía otro dulce de gomitas. 

―Satisfecha, sí. Feliz no.

 No le pregunte a que se refería en si y lo deje estar; ahora con sus tres pliegos de cartón o como sé llame ese papel. Nos dirigimos al café dentro de la UPE.

Al entrar nos fijamos que estaba lleno, la pared izquierda era de vidrio y en medio estaba la puerta para el área exterior la cual estaba techada. Pero también estaba llena.

Mire que las dos lineas de adentro estaban también llenas. Pero al fondo del lado derecho a la puerta de entrada del local― donde nos encontrábamos Zoam y yo―habían dos asientos libres y una mesa grande. Inmediatamente ahí me fui a ubicar. Zoam me siguió.

―Bien una mesa. Ahora que pediremos.

―Yo no quiero nada.- Zoam saco de su bolso negro su juego de escuadras y un lápiz portaminas, yo usaría algo más grueso. Bueno ella sabrá.

―Bien aquí con este aire me apetece un latte así que eso comprare.

―Ok.

Me levante de la silla y la mesa se movió un poco pero a Zoam no le molesto y tampoco a la chica enfrente de mi. Ya que nos toco compartir la mesa con un extraña. Cuando me acerque a la mesa una chica de cabellos rebeldes y cenizos estaba ya en ella.

Me aproxime a la fila para hacer mi pedido. Habían cuatro personas adelante de mi; así que espere mi turno. Cuando llegue el chico de la caja me dijo la típica frase: Qué desea ordenar.

―Un latte saborizado.

―¿Qué sabor?

―¿Tiene de canela?- con la esperanza de un sí, pregunte; por qué nunca encuentro de ese sabor.

―No, de ese no hay. - él empezó a recitar la lista de sabores que tenían y termine por pedir uno de almendra.

―Aquí la factura pase por allá y recibirá su café.

Tomé la factura y camine hasta la otra punta de la barra y al los segundos me dieron mi latte de doce onzas. Tenía mucho sueño y esperaba que eso me despertara.

―Compraste del grande, eh.

―Sip.

Zoam terminó por dar algunos tragos a mi café, pero eso no me molesto, así era yo también a veces.

Al final nos presentamos con la chica que compartíamos mesa. Es de mala educación no hablarle a las personas que comparten nuestra mesa. O algo así me dijo mi madre.

-Hola soy Jennipher Zaldivar y ella es mi amiga Zoam Luke.

-Hola soy Elionor Mendoza.

-Un gusto Elionor. ¿Y que estudias?

Elionor nos dijo que estudia Ciencias de la Tierra. Una carrera con poca demanda y no esta completa en nuestro centro universitario. Ya que la cede esta en la capital, ahí están casi todas las carreras completas menos Leyes y otras más, incluida la de Zoam.

 ¡Gracias a Dios!

-Oh vaya.- Zoam platico un poco más con Elionor y yo mire alrededor del local.

La mesa a nuestra derecha habían como seis personas casi todos chicos y solo una chica se veía en el grupo. La chica se me hizo conocida y al rato di el porque, con ella yo curse la asignatura de deportes, baloncesto. Los demás ni por los pasillos de los edificios los miraba.

Enfrente de esa mesa, estaban dos señores, parecían catedráticos. A la siguiente solo tres chicas. Después de esa dos chicas una de espaldas a mi y la otra de perfil. La última mesa no la mire bien.

Ya que estaba de enfrente a todo el café, por estar atrás en la silla pegada a la pared tenía una vista de todo. Principalmente de la puerta.

-Creo que no entrare a la clase. Necesito terminar este formato y no tengo ni idea de como.

-¿Por qué?- mire a Zoam.

-Las hojas no son del tamaño que tendrían que ser. De largo serian de 290mm y solo tengo 270mm y de ancho que tengo más largo de las medidas.

-Umm. - Zoam terminó de rayar pero tenía una cara de pocos amigos. Entonces volví a mi asunto. Mirar por todo el local.

La verdad es que tampoco podía decir que hubiera algo que llamara mi atención. Los chicos de la par eran unos parlan-chinos y se oía un poco de lo que hablaban.

Zoam me miró y me dijo que por señas que mirara al chico que acababa de entrar- ¡Crees que es lindo!-susurró. Yo lo vi y la verdad no era feo pero tenia un aura que...

-Creo que es gay.- la vi y Zoam puso los ojitos de borrego.

-Lo siento pero tengo que bajarte de esa nube. - Zoam es una chica muy bonita pero con mala suerte en el amor. Creo que las dos tenemos esa maldita suerte.

A Zoam siempre le llaman los chicos imposibles, si imposibles ellos son gay. Y no lo digo en mala onda. Ambas tenemos amigos gay pero en el corazón no es bueno enamorase o fijarse en ellos. Ellos no cambian. Y ella lo sabe.

-Lo sé, si me gusta es gay o bisexual. Porque tengo ese radar de «¡Oye chico yo soy la que harás que salgas del closed y seas feliz!»

-Pero que trágica te oyes amiga.

-Claro tú los espantas con eso de «Lo mío es mío, lo tuyo es... mío» o tal ves con «No soy una chica dependiente, dame mi espacio que yo te doy el tuyo» y puedes vivir sin hablarle casi una semana.

-No es mi culpa que mi Ex's sean tan... dependientes de una relación.- yo no soy así. Me gusta mi espacio, es tan malo eso. Yo no lo creo.

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Aquí la continuación, espero les haya gustado.

Y Todo Por Un  Café ©- COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora