XI

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¿Seamos... amigos?

El restaurante estaba en si muy vacío, los chicos habían colocaron varias mesas juntas y formaron una fila muy graciosa. Cuando llegue ya todos estaban, Tommy se sentó a la par de Alejandro y Olga. Yo me coloque cerca de Mateo y Marcos. Alexander y Zoi juntos pero revueltos con Antonio y Víctor, caray con ése.

—Bien a quién hay que agradecerle por habernos juntados a todos—Tommy como siempre, tratando de romper la tensión, cosa que no había pero mejor no hay que decirle; me reí bajo y Marcos lo notó, él también entendió el porque de mi risa y me acompaño. Su brazo grueso y pálido se recostó en el respaldo de mi silla por arriba de mis hombros y sus ojos color avellana me miraron. Lo raro es que no me sentí mal. Él era muy amable y sus aura me relajaba. Y seguimos como si nada. Nadie opino sobre la actitud de Marcos y en honor a la verdad la atención era para el trío no amoroso de Zoi, Alex y Víctor.

—Bien pizza grande de jamón y queso, otra grande de las cuatro estaciones y por último una también grande de la super suprema.sí.—mientras decidimos que refresco comprar ya que solo vende por botella de dos y tres litros, empieza la guerra de refresco de cola. Unos con sabores de uva, banana, las originales y otros querían sin colorante. Al final se termino por comprar una de las originales y una sin colorante.

La tarde paso divertida, Zoi se quedo con Alex, Mateo con Víctor y las chicas nuevas que no me acuerdo de los nombres estaban con Olga y los chicos. Y yo estaba sola cerca de la venta cuando me soplaron en el oído.

—Tommy me asustaste.— lo mire a través del vidrio del local y Tommy empezó a susurrarme que tenía que irse, por el trabajo. Y yo solo quede en shock. ¿Quién me llevaría a mi casa?.

—Ok. —volví a mirar por el vidrio y el sol se ocultaba en los árboles, el local estaba cerca de un parque así que podía ver todas las clases de árboles.

—Sola.—una sombra se poso por encima de mi.

—No, bueno con ustedes. Solo que no encuentro la diversión en molestar a ése chico.—aunque no sea de mi agrado.

—A Víctor le gusta tu amiga y solo queremos que tenga una oportunidad con ella.—señaló.

—A Alex también y aquí entre tú y yo, lo prefiero a él.—Marcos miro mi dedo y siguió la línea y sonrió. Si Alex tenía a Zoi cerca y la abrasaba por los hombros.

—Sabes, hagamos una apuesta. Yo digo que Víctor hará su magia y estará con la chica.

—Y si pierdes, ¿qué ganaría yo?— jamás he apostado en algo así pero, al final sería mi amiga quien tomaría la decisión. Pero yo podría influenciarla ¿no?

—Umm no sé, que quieres.— lo vi y mi cabeza quedo en blanco. Que quería ¿qué podría pedir? tal ves la batería para mi PC o un cargador nuevo para la misma, o algo más cómodo como ser el arreglo de mi celular, el cual la pantalla murió hace poco. Uhg que complicado.—Déjame pensar y te diré.

—Ok. ¿Y creo que con eso sellamos nuestra amistad, no?

—¿Amistad?— el tono dudoso que deje escapar le sorprendió; y ami también; era un conocido de varios amigos míos, solo eso, no.

—¿Somos amigos, no?—lo mire levantando una ceja y él arrugo su entrecejo—Bueno, nena. ¿seamos amigos, si?—hablo en tono burlesco. Y me hizo reír.

—Ok. Amigo.— él se acerco y mi nariz registro su olor de tabaco junto con su colonia, sí, colonia, una que me encantaba. Mi padre siempre la uso hasta donde yo sabía y me fascinaba. Él deposito el beso en mi mejía, sus labios suaves y cálidos me arroparon por unos segundos en los cuales cerré mis ojos para disfrutar tanto su cercanía como su toque en mi mejía. Y como un aleteo de insecto se evaporo, lo mire y él a mi. Su mirada avellana me hipnotizo. En su cara pálida se registro un tenue rosa que me sorprendió, y mi pecho se comprimió.

—Hey que hacen aquí, solos y juntos— Olga y sus comentarios algo fuera de lugar quito la poca magia del momento. ¿Magia? Bueno la pizza tendrían algo, me dije. Detrás de ella, Zoi junto a Alex y Antonio se reían. Malditos. Los amigos de Marcos también decían cosas, las que obvie sin reparo.

Al final se aburrieron de molestar y cada quien hizo lo propio al final nos dividimos y ahí se dieron cuenca de Tommy me dejo. Alex se llevó a Zoi y Mateo junto a Alejandro a las demás.

—¿Y tú nena?—Marcos y Víctor me vieron el primero de manera burlesca y el segundo con una cara de "tú, mejor un león hambriento". Sí tú tampoco me caes bien. Ironice, mentalmente.

—Sí, yo nene. Buscare el transporte publico.

—Qué, ¡no! yo te llevaré. Así que seras mi copiloto.—Víctor rió y yo me sentí nerviosa— De la nada me dio un casco. Mire el casco y a él, luego el casco y después a Víctor y sonreí como el gato Cheshire. Me puse el bendito casco de color negro y me quedaba algo grande. «Mi cabeza era la semilla de un durazno». Bueno así lo sentí. Pero igual el raro de Víctor se tendría que ir en el trasporte publico, ¡Yupi!

—¡Qué! Y los bolos, Marcos. Que onda con los bolos, hermano.—Con el casco bajo actué como niña de cinco años, le saque la lengua al tipo y me reí, mis hombros se sacudieron y la verdad me importaba poco lo que él pensara en ese momento.

—Deja de burlarte de él, nena. Y súbete a mi chica.— me monte a la Chica, porqué sí la Chica era la motocicleta, que yo de motos no se nada.

—Sujétate.

—¿Oye sabes a dónde vivo?—mi voz fue algo elevada por el viento pero también sardónica.

—Nope.

—Y a donde me llevas.

—Eh no lo sé—Al final terminamos en la playa cerca de un mirador. Marcos miraba todo a su alrededor. A las personas que corrían, los niños en los juegos. Yo tenía la mirada clavada en el línea horizontal del mar, el abismo del más allá, el que nunca llega. Él se me acerco y lo supe por su olor característico de tabaco y colonia. Su aliento cerca de mi cuello, su cuerpo a la par mía, su calor impregnadose a mi, y su olor llenando mis sentidos. Cuando su frase me dejo en shock.

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Capítulo 11 UP!!!


Y Todo Por Un  Café ©- COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora