Cotidiano
Directamente después de salir del café Zoam y yo nos fuimos al edificio uno de la universidad, además era el más cercano del local del cual acabamos de salir, y ocupábamos un baño, urgentemente. Al llegar había una cola de personas, siempre hay cola. Sea de mañana, tarde o noche. Siempre.
Pero así aproveche para lavarme las manos. Mientras mi amiga hacía la cola. Cuando llegó nuestro turno cada uno lo aprovecho.
—Bueno mira como tengo el pelo— lo tenía algo crispado.
—¡Huy te vez como una bruja!— se burlo.
—Ja-Ja — el sarcasmo broto en mi voz. Eramos muy buenas amigas así que teníamos esos momentos.
En el espejo pude verme bien. Aun andaba la pajilla en mi boca, así que la bote en el tarro de debajo de los lavaderos. Fije mi mirada y me detalle para saber si no tenía mas aspecto de sol mi cabello. Pero no, no tenía un aspecto lamentable. Así que me detalle un poco más. No soy una chica de curvas, no. Soy más bien delgada, mi cabello tampoco es exótico ya que poseo el color más común, un marrón chocolatero; solo que con reflejos cobrizos al sol. Mis ojos también marrones y pequeños ocultos tras los lentes cuadrados y fuera de la moda actual— no soy fan de los lentes sean más grandes que mi cabeza—. Mi piel tampoco es como la dulce leche. ¡Ja! Soy una chica de las arenas del desierto. Zoam se parece mucho a mi, su piel es un poco más oscura que la mía pero sus ojos son casi del mismo color y solo su cabello es negro ah y también un poco más alta.
—Bueno no estabas tan mal, así ese chico no se espantarían. Y no corrió al verte acosándolo.
—Zoam que mala eres. Él es perfecto pero te apuesto que nunca lo veré. Además cabe la posibilidad que ni siquiera estudie aquí así que no me hago ilusiones.
Porque para ser verdad, quien quita que sea de la UPM (universidad privada metropolitana). Así que ni lo vería de nuevo.
Zoam se miró y empezó a maquillarse, sombras, rímel, lápiz labial con un toque de brillo. Se volvió a colocar el cabello en un moño bajo.
—Bien, Jenni y que harás ahora. Son casi las cuatro.
—Iré a mi clase, tengo cinco minutos para llegar al edificio cinco en la cuarta planta sabes que mi aula es la cuatrocientos cuatro. Así que me toca caminar y mucho. Bye bye.
Me despedí de Zoi y camine a paso rápido, tenía que llegar lo más pronto posible aunque el Lic de mi clase era muy tranquilo, no teníamos que provocarlo. Zoam fue a su clase tenía examen así que espero y tenga mucha suerte.
El Lic de mi clase de diplomacia era muy parlanchín y de todo hacía un chiste así que bueno...—Llegas tarde.— Liliana —una de mis compañeras de la carrera—me susurró pero es que caminar del edificio uno al cinco y subir cuatro plantas bueno cansa y no hay que correr ¡huy! Sería un caos.
—Lo sé, pero es qué la verdad se me hizo tarde pero al final estoy aquí.
La clase paso de lo más normal. Así cuando dieron las cinco fui directo a mi otra clase y así pase la tarde noche en la UPE hasta que se hizo la hora de volver al autobús y así venir a mi ciudad, un puerto muy hermoso.
A las seis con diez de la noche el trasporte sale del parqueo de la UPE y aquí vine lo de siempre. Zoam empieza a acosar a un chico de cabellos oscuros apodado por mi "el amigo de mi amigo" sí lo sé, nada bueno pero es qué la verdad él es el amigo de un amigo mío y por el cual yo hace tiempo me limpiaba la baba. Bueno la cosa no es de mi, si no de Zoam y su mal sana adicción al chico de cabellos carbón.
—¡Ahí esta él! Jenni el es perfecto, sus ojos, sus cabellos, su sonrisa ¡hasta su nombre lo es!— y para los curiosos, su nombre no era nada de perfecto es decir que tiene de perfecto el nombre de Víctor, ni que fuera bíblico, como Daniel, Mateo o Marcos. No. ¡Era Víctor! bueno ella sabrá.
Y así el viaje pasó, ella con suspiros de ella y él y la verdad es que yo quería tirarme por la ventana de emergencia. Como circuló ese mal chiste de una cadena que enseña ingles "Éxito", si no hubiera tenido al quedar como un timbre en un diploma o carta postal, lo hubiera hecho.
—Mira ese chico ni sabe que existes, así que para que puedas tener algo con él, primero háblale y luego bueno ya verás que pasa.
—¡Qué, no!. Él nunca sabrá que yo lo acoso. Bueno que yo lo observo casi a diario.
— Eso es lo mismo— Zoi no entiende que el tipo apenas la nota. Por que si no lo hace es que no es normal. Quién no se da cuenta cuando lo observan fijamente, por que Zoi no es nada casual. Es una pésima espía. Ella es de esas que te queda viendo, hasta que interpones una demanda de acoso. O le hablas, así de sencillo; pero él ni enterado.
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Aquí la cuarto capítulo de esta mini trilogía.
Estrenando portada. Y esta será la definitiva, la primera era solo un piloto de portada y la segunda tratando de manejar un programa y esté fue el resultado del programa.
Si te gusta la historia deja tu huellita y con un comentario así podre saber de ustedes, lectores anónimos. xD
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Y Todo Por Un Café ©- COMPLETA
ChickLit#159-#192 #291 #338 Ahora registrada con #1902029838239 en safe creative. Encuentros primera parte. Jennipher "Jenni" Zaldivar una estudiante de leyes en la UPE, nunca pensó que la recompensa por acompañar a Zoam a la tienda de útiles, la llevarí...