Capítulo Seis

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H: Realmente le agradezco mucho esto, Fernanda.
(Paloma  estaba parada a su lado, con su mochila al hombro, con los ojos muy redondos y tristes)
F: No hay problema, Hector. De veras.
(Hector dio un fuerte abrazo a su hija. Cerró los ojos por un instante y Fernanda pudo percibir su tribulación. Realmente lamentaba perderse el número de su hija en el festival)
H: Pórtate bien, mi cielo.
P: Sí, papi.
H: Y quiero saber hasta el más mínimo de los detalles de esta noche cuando regrese, ¿Si?
Paloma asintió con un intento de sonrisa.
M: Vamos, Paloma (María tomó la mochila de su amiga) Tenemos que practicar.
(Las dos jovencitas desaparecieron por el pasillo y Fernanda quedó sola con Hector)
H: ¿Tiene el número de teléfono del hotel y el lugar de la reunión? (Preguntó él)
F: Sí. Llamaré si hay algún problema. No se preocupe, Hector, estoy segura de que todo saldrá bien, tomaré fotos y video de la presentación de las chicas.
(El asintió, pero su ceño era sombrío)
F: Por amor de Dios, no necesita sentirse tan culpable (Le expresó ella, de forma optimista Hector la miró con asombro)
H: ¿Se nota?
F: Como si tuviera luz neón parpadeando alrededor suyo.
(El sonrió y se frotó la barbilla con la mano)
H: Ya sólo tendré que ir a otras dos de esas reuniones en el extranjero. Becky prometió ocuparse de las demás. Nunca creí que serían tan traumáticos para la niña y para mí estos viajes. Por lo menos ella parece menos afectada desde que se quedó con ustedes.
F: Es una niña encantadora.
H: Gracias (repuso Hector con adecuado orgullo. Era obvio que hacía su mayor esfuerzo por ser un buen padre)
F: Escuche (murmuró) Respecto al sábado por la noche... yo he pensado que... pues que sería mejor si sólo va usted con las chicas.
(Hector sacudió la cabeza con determinación)
H: No sería lo mismo sin usted. Si no acepta pago por cuidar de Paloma, al menos permítame que la invite a cenar.
F: Pero... (Hector la interrumpe)
H: Si teme que esto parezca demasiado una cita romántica, no se preocupe. Eso ya quedó aclarado.
(La sonrisa de Fernanda fue lánguida y tímida)
F: Está bien, si usted quiere. María y yo estaremos listas a las seis.
H: Bien.

*****

En la noche del festival, se estaba dando los últimos retoques de maquillaje antes del festival, cuando sonó el teléfono.

M: Yo, contesto (gritó María, corriendo por el pasillo como si contestar antes que el teléfono sonara dos veces fuera cuestión de vida o muerte)

M: ¡Hola, abuelita! (oyó Fernanda que exclamaba María, y sonrió con suavidad, contenta de que su madre hubiera recordado el festival) 

La madre de Fernanda se pasaba viajando alrededor del mundo, conociendo varias culturas aunque siempre estaba al pendiente de sus hijos y nietos. Fernanda sabía que habría asistido al festival a ver a su nieta, pero ella se encontraba en un crucero por las islas del Caribe, para así escaparse del invierno que se asomaba en la ciudad de México. Sin duda, la abuela de corazón, Margarita, la estaba llamando para desearle suerte.

Trozos de la conversación telefónica le llegaban a Fernanda a través del pasillo mientras María charlaba con entusiasmo sobre el festival, la visita de Paloma y su número artístico.

M: ¡Mami, es abue! (gritó la niña) Quiere hablar contigo.

Fernanda mordió un pañuelo desechable para limpiarse el exceso de lapiz labial y fue a contestar el teléfono.

F: Hola, mamá (saludó con entusiasmo) Qué bueno que llamaste.
Ma: ¿Qué es eso de que saldrás con alguien el sábado?
F: ¿Quién te dijo eso? (ella hizo una mueca de fastidio)

Su madre la acosaba constantemente para que se casara. Fernanda sintió deseos de sacudir a María por sólo haber mencionado a Hector. Lo último que deseaba era que su madre la presionaran respecto a su relación con él.

♡Cuando me enamoro♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora