Capítulo Veinte (Anteúltimo)

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Al próximo día, sábado…

Margarita había invitado a Fernanda, Hector y a María a almorzar en la Mansión. Ellos aceptaron felizmente, ya Fernanda no tenía dudas solo le importaba su felicidad al lado de Marcos y sus hijas. Ellos le contaron a la familia sus planes de matrimonio, de como y cuando se querían casar.
Margarita se encontraba feliz porque al fin su hija había encontrado al amor de su vida.Ella veía como ambos estaban felices y se complementaban como una gran familia junto a sus hijas María y Paloma (aunque estaba ausente físicamente, María pudo comunicarse vía Skype)
Margarita y los hermanos de Fernanda disfrutaron de los comentarios de María contándole sus estrategias junto con Paloma como cupidos, sin duda eran una gran familia.
En un momento de la velada, Fernanda se va en un aparte con su hermana gemela.
F: Oye, ¿trajiste lo que te pedí?
C: Si, lo tengo en mi cuarto, vamos.
Ya en el cuarto de Claudia…
C: Toma, ve házte la prueba ahora estoy ansiosa por saber si voy a ser tía nuevamente.
F: Ay aquí la ansiosa ansios soy yo y a la misma vez nerviosa, si estoy embarazada, no sé como lo vayan tomar Hector, las niñas ay no sé… (preocupada)
C: Ya, negrita ve, ve hacértela yaaaa, además se nota que Hector y las niñas estarán mas que encantados con el nuevo integrante de la familia...

Quince minutos después Fernanda se había enterado que la prueba había dado positivo, por lo cual, le pide a su hermana total discreción de su embarazo porque quería buscar el momento ideal para dar la gran noticia a Hector y a sus hijas.
Cuando Fernanda baja nuevamente, Hector se acerca por detrás a ella besándole el cuello y mordiéndole el lóbulo de su oreja, causándole unas cosquillas por todo su cuerpo. Ella girándose si pena alguna por la presencia de su familia, besa profundamente a él. Es Hector el que detiene el beso, dándole varios piquitos y le dice.
H: Mi amor si no estuviéramos aquí no sabes cómo…
Fernanda no lo deja terminar, le da un pequeño beso y le dice bajito al oído.
F: Te Amor con locura.

Durante esa semana, Hector tuvo una reunión en New York, por lo que tuvo que ausentarse por tres días, razón por lo que aprovechó para prepararle una sorpresa a Fernanda. Los restantes días de esa semana los pasó junto a ellaa y María. María hablaba con Paloma todas las noches. Ella estaba loca por regresar y compartir la alegría del noviazgo de su papá y Fernanda. María convenció a Hector y a Fernanda de no decirle nada sobre su compromiso hasta que ella llegara y darle la sorpresa.

Regreso de Nicole:

H: Ese es su avión (dijo Hector a María, señalando el Boing que se aproximaba por la pista del aeropuerto internacional)
M: Yo iré a decírselo, ¿sí?
F: Creo que su papá debería hacerlo, cariño..,
M: Pero Paloma y yo somos mejores amigas. Ustedes no pueden esperar que me guarde algo como esto, algo que las dos planeamos desde que fuimos al Palacio Rosa. Si no fuera por nosotras, ustedes ni se conocerían...
Los ojos de María eran suplicantes mientras miraba a Fernanda y a Hector.
M: Ustedes dos estarían como dos náufragos en un mar de soledad y desdicha de no ser por nosotras... (agregó la niña con tono melodramático)
V: Has seguido leyendo novelas románticas, ¿verdad? Admitelo. (comentó Fernanda con una media sonrisa)
H: Está bien, está bien (accedió Hector, con un suspiro) Puedes decírselo tú...
F: Oh Mijo, si tu no quieres... (Él meció con su cabeza)
H: Ella tiene razón, todo esto es gracias a ellas, ve tranquila cariño... (María se echó a correr con alegría)
Apoyada sobre la baranda junto a la ventana de la terminal, María estudiaba con ansiedad a cada pasajero que salía. En cuanto Paloma apareció, María corrió hacia su amiga y la abrazó como si hiciera años que no se veían.
Fernanda observó la escena con una apacible sensación de felicidad, Hector la abrazó por los hombros y juntos esperaron por la reacción de la jovencita. Paloma los miró mientras María hablaba sin respiro y la niña soltó un grito de alegría, abrazó a su amiga por los hombros y las dos saltaron de gozo una y otra vez.
H: A juzgar por su reacción, deduzco que no le disgustó nuestra decisión (le comentó Hector a Fernanda)
P: ¡Papi, papi! (Paloma corrió hacia su padre y lo abrazó con todas sus fuerzas) Estoy feliz de estar otra vez en casa. Te eché de menos. Los eché de menos a todos (expresó, mirando a Fernanda)
Hector devolvió el abrazo.
H: Me alegra tenerte otra vez en casa, mi reina.
P: Pero todo lo emocionante sucedió cuando yo no estaba... (manifestó la joven, haciendo una mueca) Cielos, de haber sabido que por fin ibas a ligarte a la señora Mid, no me habría ido.
Fernanda sonrió con cierto engorro a la gente que los rodeaba.
H: Paloma... (Se sonrió regañandola con la mirada)
M: No te enfades (dijo María a Paloma) Era una situación de ahora o nunca, con mi mami en su pijama y todo.
Hector observó a los ojos curiosos.
H: Sí, no necesitas sentirte relegada. (La abraza y le dice bajito al oído de su hija) Me guardé la mejor parte para ti, no digas nada es una sorpresa. 
F: Mijo hay que reclamar el equipaje de Paloma...
H: Si vamos.
De camino a casa de Fernanda, Hector las invita a cenar en un lujoso restaurante, como excusa para la sorpresa para lo que realmente sería un bella sorpresa.
H: Mija tenemos que celebrar que ya estamos los cuatro. Que te parece si todos vamos a cenar al Restaurante Imperial.
F: Me parece bien, pero antes tengo tenemos que cambiarnos de ropa, es un lugar elegante (estaban vestidos de forma casual)
H: Si lo que hacemos es que te llevo a ti y a María a tu casa, luego con Paloma me cambio en la nuestra y luego las paso a recoger tipo diez de la noche.
F: De acuerdo.

♡Cuando me enamoro♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora