La Cena

4K 150 6
                                    

Estaba llegando y los nervios aumentaban más que la velocidad de mi auto. Estacioné donde un hombre me indicó y luego entré al lugar con la posibilidad de huir, pero no, yo quería conocer a la persona por la que mi padre me abandono.

Vi la mesa y rápidamente identifiqué a Marcus que me miro sonriente, yo me acerque y él se levantó.

—Te ves preciosa—dijo antes de acercarme la silla para que me sentara.

—Gracias—respondí.

—Él es Adam. Adam, ella es Elena—nos presentó Marcus

—Hola—lo saludé sonriente, no pude contenerme, siempre quise un hermano, pero esta no era la manera.

—Hola—hizo lo mismo y luego miro al suelo.

—No lo puedo creer—dijo nuestro progenitor explotando de felicidad.

—Ni yo—dije, pero no con la misma emoción que él, sino un poco más incómoda.

—Bueno Elena ¿cómo te va en la universidad? Sé que estas estudiando economías, como yo—dijo el dándole un sorbo a su vino. No sabía que pensar sobre que el supiera absolutamente todo de mí y yo nada de él.

—Supongo que bien, creo que ya me faltará poco por acabar la carrera.

—Eso es fabuloso, festejaremos por eso pronto entonces. En cuanto acabes, puedes trabajar conmigo en mi buffet.

—De hecho, estoy en otra empresa como pasante y tal vez al terminar la carrera me contraten definitivamente—mencioné.

—Bueno eso es genial, pero quiero que sepas que siempre vas a tener un lugar en mi edificio—dio por finalizada la charla de trabajo.

—Gracias—agradecí, ante todo. —Y tu Adam, ¿estás en la secundaria no? —me interesaba la vida de quien tenía a mi lado derecho en la mesa.

—Sí, este es mi último año—respondió tímidamente.

—Al terminar, Adam ira a la universidad de artes—mencionó Marcus emocionado por él.

—¿Ah sí? Eso es fantástico—lo alenté yo también.

—Sí, bueno aun no me aceptaron papá, pero es la idea—comenzaba a soltarse más conmigo.

La charla comenzó a fluir cada vez más entre anécdotas e información sobre nosotros mismos. Adam era divertido y con Marcus aún más, sentía que los conocía desde toda la vida, habíamos pegado confianza rápidamente y eso no podía alegrarme más.

—Discúlpenme—hice una mueca al ver que mi teléfono sonaba al recibir una llamada de Nate, así que me alejé un poco para contestar.

—Hola—saludo él.

—Hola Nate.

—Siento molestarte, quería saber si todo seguía bien y de paso, invitarte a cenar con nosotros. Vamos a estar Emma, Henry, su prometida y yo—habló el y detrás podía oír a Emma cantar.

—Todo está bien, no te preocupes, lo que pasó hoy no volverá a suceder. Y sobre la invitación, lo siento mucho, pero en este momento estoy algo ocupada—dije omitiendo muchos detalles que quería contarle, pero no por llamada.

—Qué bueno que todo esté bien, Elena. Y no te preocupes, será otro día­—dijo el mostrándose un poco decepcionado.

—Gracias y claro, será pronto. Saludos a Emma.

—Adiós, saludos a ti también—cortó la llamada, lo sentí un poco seco pero no me preocupó.

—Lo siento—me volví a sentar. —¿Que decían?

Desde el CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora