MAYA
Después de nuestro pequeño accidente con los niños, nos fuimos al parque a jugar.
Ann se hizo amigas muy rápido y mientras Chris ligaba con todas las niñas de su edad, como siempre.
-no creas que se me olvida lo que empezamos-susurró Jay en mi oído.
-shh, te van a oír los niños y más vale que Chris no escuche nada-contesté riendo.
-ese adolescente loco-dijo negando con la cabeza-no le tendría que haber enseñado tan bien, pero mírame, soy un maestro perfecto, creo que has de llevar cuidado, no vaya a ser que te quite el trabajo.
Reí ante su comentario.
-Ann, Chris, vámonos-grité.
Nos fuimos para casa de Jess y Bryan, que tenían a las primas de Jess.
Ann y Sarah jugaban a las muñecas, Chris y Emma en la piscina del jardín y Jay y yo les contábamos a Jess y Bryan lo que nos había pasado esa misma mañana con los niños.
-¿y no han vuelto a sacar el tema?-preguntó Jess.
-no, nada-contesté.
-Ann no se acordará de aquí unos años, pero Chris será difícil de convencer para que se olvide de lo que vio-dijo Bryan.
-¿no me digas?-preguntó sarcástico Jay.
-bueno, no creo que necesité saber nada de momento Chris sobre ese tema-dije-solo tiene 14 años, yo a esa edad todavía creía en el amor de libros.
-Maya, no todos éramos tan ñoños como tú-dijo Jess.
-perdona pero tu hasta los dieciocho no perdiste la virginidad, y fue con el hombre que tienes cogido de la mano-contesté.
-sí, pero tú tienes 21 y todavía eres virgen-respondió.
Eso me dolió.
Que me perdone por querer conservar a Virginia a salvo hasta el momento adecuado. Quería asegurarme que podía confiar en la persona con la que lo hacía y no tener miedo. Y sentía que con Jay me sentía segura y confiaba en él, pero había algo en mí que me decía que me esperara un poco más.
-Ann, Chris, nos vamos-grité enfadada.
Los niños vinieron hacia mí y empezaron a seguirme a la salida.
-Maya, no era mi intención, lo siento-dijo Jess.
-pues piensa antes de hablar.
Di un portazo y nos fuimos para casa.
Al llegar me dirigí hacia la habitación de Jayden y me encerré allí sola, llorando en su cama. No es que no tuviera habitación, pero es que en la mía habían dos niños y además, me gustaba como olían las sabanas de Jayden, porque olían a él.
Picaron a la puerta-Maya, ¿puedo pasar?-preguntó Jayden abriendo la puerta.
-sí, pasa-dije.
Se tumbó a mi lado y me abrazo.
-sabes que no tengo prisa, puedo esperar todo lo que quieras, no voy a presionarte-me dijo y beso mi cabeza.
-ya lo sé, pero tengo dos lados; el que me dice que puedo hacerlo, que no pasará nada y que puedo confiar en ti porque te quiero y tú me quieres, pero el otro lado me dice que nunca podré estar a la altura, que no lo podré hacer nunca y me quedaré con Virginia toda la vida y sin hijos-dije como pude.
-oye, ¿no estar a la altura? Pero Maya, sea como sea el momento será perfecto y nada lo podría estropear, será perfecto porque haré que Virginia-reí al escuchar como decía Virginia-se esfume y lo mejor es que será con la mujer que amo, y eso ya es estar a la atura.
-gracias Jay, te quiero mucho-dije mirándolo.
-y yo también Maya, y yo también.
Me besó lentamente, como me gustaba y salimos para comer con los niños.
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Hace siete años...
Roman pour AdolescentsSuena muy cliché enamorarte de tu mejor amigo, pero ¿Y si te rechaza? Maya fue rechazada por su mejor amigo, Jayden, tan solo a los 13 años y dejo de verlo porque se mudó de California. Después de siete años, su otra mejor amiga, Jess, prepara u...