Capítulo 79

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MAYA

Tres semanas de retraso. Hacía tres semanas que Andrés no venía a visitarme y yo ya estaba histérica. Hacía tres meses desde mi primera vez, y después de esa, Jayden y yo, volvimos a hacerlo. Por todas partes; en la cocina, el baño, la ducha, el comedor, el salón, el despacho (donde antes dormía Jess, lo habíamos convertido en despacho) y en la cama. Todas las veces habíamos utilizado protección en todas. 

Faltaba un mes para la boda de Jess y Bryan.

Aprovechando que Jay había salido a trabajar, llame a mis amigas para que vinieran a ayudarme.

-¡¿Maya que te pasa?!-gritó la rubia.

-Cuéntame tus problemas-empezó Ari.

-No puede ser algo tan grave, ¿no?-dijo Lan.

-A ver como lo explico-dije, dios era más difícil de que pensaba-pues, que, hace como tres meses atrás, Jayden y yo, bueno, Jay y yo, pues, eso, hicimos, eso, lo hicimos-Jess interrumpió.

-¡Qué tú y Jay que!-gritó-¡Por fin!

-¡UUUUUUUUU!-gritaron todas a la vez.

Empezaban a irritarme. Estaba demasiado preocupada como para celebrarlo con mis amigas.

No lo había pensado antes, pero, ¿Y si estaba embarazada? ¿Y si Jayden me dejaba? ¿Y si no me queria tanto como para tener hijos conmigo? ¿Y si ahora no quería ser padre?

Sé que no teníamos 17 años, ya eramos maduros, pero todavía eramos demasiado jóvenes.


A mí me apasionaba la idea de tener hijos con Jayden, pero no sabía si él también quería tener hijos conmigo, y ahora.

Mientras yo pensaba todo esto, mis amigas seguían gritando como las locas que eran, y empezaba a agobiarme.

-¡Dejar de gritar ya! ¡Puede que este embarazada y vosotras gritáis y me estoy estresando!-grité mientras lagrimas salían de mis ojos.


Las cuatro palidecieron en cuanto me escucharon, pero después se miraron entre ellas y sonrieron. No había quien las entendiera.

-¡Maya, eso es maravilloso!-gritó la rubia.

-¡Serás madre! ¡Felicidades! ¡Es lo que siempre has querido!-contestó Ari.

-Pero ahora no, a mi me, me encanta la idea de ser madre, me entusiasma, pero ¿Y si Jayden no esta preparado? ¿Y si no quiere saber nada del bebé? ¿Y si me deja?-lloré.

-Maya, sé que conozco a Jayden desde hace menos de dos años, pero por lo que sé de él y lo que he podido comprobar sé que no te dejará sola con el bebé, que te ayudará en todo y que se preocupará por los dos. Jayden te ama, más de lo que los dos os imagináis, y creo, como todas nosotras, que no solo desde que os reencontrasteis, ese amor viene de mucho antes de eso. Claro que no va a estar preparado, nadie esta preparado para ser padre, pero poco a poco se aprende. Y si me equivoco, que espero que no, porque sino le arrancó las pelotas y se las hago comer, Jayden se estará perdiendo a una maravillosa persona  y a su propio hijo. ¿Quién querría perderse la vida se su hijo?-me animó Lan.

Ella tenía razón, o esperaba que la tuviera.

-¿Y de cuánto estás?-preguntó Jess.

-No lo sé.

-¿Te has hecho la prueba, verdad?-preguntó Jen.

-No.

-¡¿Entonces porque te pones así, si a lo mejor es solo un retraso y no estas embarazada?!-gritó Ari.

-Bueno, no la alteres Ari, lo que haremos ahora será ir a  la farmacia y comprar el test, después iremos a casa de Jess, que es la más cercana a la farmacia, y harás el test-tranquilizó Lan.

Por le camino no podía dejar de pensar en todo lo que estaba ocurriendo.

Tenía 21 años, casi 22, tenía un estupendo trabajo, el que siempre había soñado, estaba saliendo con Jay, mi mejor amiga se iba a casar, a Lan le gustaba Ian, Ari y Liam  estaban en una complicada relación, Jen estaba soltera y posiblemente yo estaba embarazada.

Eran demasiadas cosas en menos de dos años. Jay y yo nos reencontramos en mayo del año pasado, y, ya estábamos a julio de nuevo año. Demasiado rápido.

Llegamos a la farmacia, pero todas nos quedamos en la puerta.

-¿Quién entra a por el test de embarazo?-preguntó Lan.

-Yo digo que vaya Ari, que es la menos vergonzosa-dijo Jess.

-¡Eh! ¡¿Por qué yo?!-contestó ella-no soy yo la embarazada.

Ari se arrepintió al instante en que se dio cuenta de lo que dijo.

-Maya, yo , lo siento, no era mi intención...

-Tranquila-la corté-yo soy la posible embarazada, yo soy la que entro.

-Yo te acompaño-dijo Jen.

Me cogió del brazo y entramos.

Todo estaba ordenado y perfectamente limpio.  Normalmente las farmacias de allí no eran tan ordenadas.

-Buenos días, ¿Qué desean comprar?-preguntó el recepcionista.

En cuanto lo vimos salir del cuarto Jen y yo nos miramos boquiabiertas.

¿Por qué Ian estaba trabajando en la farmacia? Y lo más importante: ¿Cómo le íbamos a pedir ahora el test de embarazo?


Hace siete años...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora