[13] Día 20: Ars longa, vita brevis.

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Estábamos en el autobús de camino a Las Vegas y me moría de ganas por llegar. No tenía la necesidad de fumar ni nada de eso, era porque quería ir a una librería muy conocida y Camila me iba a acompañar, pero ella no lo sabía. Estaba demasiado ocupada quejándose del dolor del tatuaje y no me prestaba mucha atención.

Ojalá Camila me hubiese dejado grabarla mientras Yago le tatuaba porque sus gritos de miedo eran lo más divertido que había visto en mucho tiempo. Deberíais haberla visto, o mejor no. No podéis reiros de Camila si no sois Lauren Jauregui porque Lauren Jauregui se enfadará con vosotros. Lauren Jauregui solo soy yo, a no ser que exista otra persona llamada igual. Si existes, cambiate el nombre. Te jodes.

— Laur... ¿me pones crema?

Para lo que te conviene si me haces caso, Cabello. Esto no va a quedar así. No lo permitiré.

— Claro, Camz.

No. Me. Llaméis. Gobernada.

Me senté a su lado y le puse crema en el costado usando los restos en mi propio tatuaje nuevo. Después, miré a mi alrededor y vi que Chris y Joey estaban demasiado ocupados hablando sobre el dinero que se iban a gastar en el casino. Espero que no sea el que ganamos con el grupo, porque sino los mataré. Volví a mirar a Camila y me acerqué un poco más a ella.

— Te he puesto crema, dame un beso.

— Pero Laur... —murmuró y señaló disimuladamente a los chicos de mi grupo.

¿De verdad me voy a quedar sin beso por estos dos? Los odio. Bueno, los quiero pero... Pf, vosotros me entendéis.

— ¿Puedo pedir otra cosa entonces?

— Depende, si es un beso en otro idioma estaremos prácticamente en lo mismo.

— Hay una librería de libros antiguos y raros en el centro de Las Vegas. Y sola no sé si quiero ir porque no me voy a controlar y probablemente me gaste el dinero que he ganado en toda mi carrera. ¿Quieres venir conmigo?

— ¿Y librarme de una tarde de casinos? Voy contigo.

— Solo son mi hermano y Joey, Camila... —susurré acercándome de nuevo. — estarán demasiado ocupados con la playstation.

Camila dejó un beso en mi mejilla y yo negué con la cabeza levantándome de la cama para tumbarme en la mía.

— Ya me lo pedirás tú.

Llegamos a Nevada y, al contrario que mi hermano y Joey que se fueron directamente al casino después de dejar la maleta en el hotel, me dirigí a la librería con Camila. Keir insistió en venir con nosotras. Era incómodo estar con un Snorlax y con la chica que me gusta a la vez, pero al menos sabía conducir. Sí, le he cambiado el mote otra vez. Este es mucho más original.

— ¿Qué libro quieres comprarte?

— Todos.

Nos separamos unos instantes dentro de la librería y de repente escuché un tremendo golpe. Probablemente no había nadie más patoso en la librería que Camila así que fui a mirar qué había hecho. Cuando llegué había un libro más grande que Keir en el suelo y Camila con su mano derecha bajo el brazo izquierdo.

Creo que mi visita a la librería va a acabar siendo una visita al hospital.

Me acerqué a ella para preguntarle si estaba bien y negó así que fuí a avisar a Keir. No entiendo como no se ha enterado de lo que ha pasado. Cuando llegué a él escuché de fondo la última canción de Beyoncé, tenía los auriculares puestos. Tiré del cable para quitárselos y que me escuchase.

Instant Crush [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora