[7] Día 11. #NoSoyLauren.

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Desperté en la terraza del hotel a mitad de la noche y decidí que era el momento de ir a la cama. Al día siguiente viajaríamos hacia Ohio y tenía que estar descansada para soportar a ese chico del que ya deberías saber su nombre.

Cogí mi maleta y bajé la primera por el ascensor. Cuando me metí en el bus me dí cuenta de que no había tartas a la vista y creo que ese fué el mejor deseo que Satán me pudo conceder en aquel momento.

— ¿Camz? —pregunté mirando a todas partes.

La chica parecía que se había evaporado. Me senté en mi bunk y entonces escuché ligeros suspiros provenientes del de enfrente. Abrí con cuidado la cortina del bunk de Camila y la vi dormida en él. ¿Sería tan mala persona si me apeteciese despertarla ahora?

— Lrfasdfbafdsae —balbuceó Camila cuando dejé que entrase un poco de luz en su cama y estiró su mano para cerrar la cortina encontrándose con mi cara.

— ¡Camila! —protesté.

Camila entreabrió un ojo y al ver que era yo volvió a pasar su mano por mi cara.

— No tiene gracia.

— Sí que la tiene, mira la cara de gato enfadado que tienes ahora mismo.

— ¿Sabes lo que hacen los gatos?

Camila fingió estar pensativa y negó con la cabeza.

— Arañar.

Acerqué mi mano a su estómago y ella gritó mucho antes de que hiciese algo.

— ¡No! ¡Lauren! ¡Para!

— Dijo doña "Voy a ponerle la mano en la cara que es divertido".

— Qué culpa tengo yo de que no te guste el contacto físico.

Me senté junto a ella y levanté ambas manos indicando que no haría nada.

— Tregua. ¿De verdad crees que no me gusta el contacto físico?

La miré y ella ladeó la cabeza.

— A ver... No eres muy propensa a dar abrazos que digamos.

No sabía qué responder, ella tenía razón. Chicos, Camila me ha ganado. A mi. A Lauren Jauregui. No puedo permitirlo, tendré que sacrificarme y abrazarla.

— Mentirosa... —murmuré pasando mis brazos por su cintura.

Gané.

En realidad era algo incómodo. No hacía esto a menudo, se notaba porque parecía tener los brazos como tablas y el acto algo mecánico y no sentimental.

— Lauren Jauregui dándome un abrazo. Eso es... Raro. ¿Eres así también con los besos o en los besos ya lo haces en serio?

Tragué saliva. ¿Hacía cuánto que no daba uno? ¿Mil años? ¿Toda mi vida?

— Eso nunca lo sabrás.

— O sí, quién sabe...

La miré pero con la cara que puso pude imaginar que era una broma. O eso creía. ¿En serio Camila Cabello estaba insinuándome... algo?

Aparté mis brazos de su cintura y Camila me dió un pequeño empujón con los piés.

— Lauren, no es por echarte de mi cama pero voy a hablar con mi hermana.

— Oh... Está bien.

Me levanté y caminé hasta el sofá. Saqué mi guitarra de su funda y me puse a trastear con ella mientras veía como Camila sacaba su ordenador y el sonidito de Skype indicaba que había comenzado su videollamada.

Instant Crush [Camren]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora