Capítulo 22: Promesa

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Pero a veces, te pasabas de la raya.

El odio era lo que sentía en aquel momento.

Eras terco y ciego. Sordo y no querías aceptar tus errores .Te refugiabas en algo que no existía.

Tus palabras parecían ser algo que me llegaba hasta el fondo, haciendo que mi pecho se apretase.

Y te odiase aún mas.

~*~

-Llego tarde, llego tarde, llego tarde-. Dije mordiendo una tostada para luego tomar todas mis cosas y salir corriendo de casa

Llevaba mi mochila en un hombro, un pequeño bolso con el almuerzo de Lika que había olvidado en el antebrazo, una naranja en mi mano izquierda, mi abrigo en el antebrazo derecho y mis zapatos en la mano derecha. Si, estaba descalza.

Esta vez llevaba abrigo para evitar que me diera el suyo y nuevamente entrara en confución sobre quién era ese chico.

Nuevamente me había despertado tarde ¿Por que carajo mi despertador nunca sonaba lo suficientemente fuerte? Y como no tenía tiempo de calzarme, salí descalza, con el cepillo de cabello en la mochila y mi desayuno en la boca.

Corría una cuadra para luego caminar la otra, llegando luego de 30 minutos. Parecía una mula de carga.

La puerta principal estaba cerrada, había llegado demasiado tarde.

Comencé a calzarme aun con la tostada en la boca y las cosas en mis brazos.

Tomé el pomo de la puerta y lo empujé levemente, por suerte no tenía traba.

Comencé a morder mi desayuno. Perdón, tostada.

Caminé hacia el baño,  donde me peinaría.

Los pasillos estaban totalmente desiertos, todos se encontraban en clases; lo cual era algo bueno, me ahorraría el dar explicaciones de mi gran tardanza.

Una vez llegué al baño lancé todas las cosas el piso, el olor a perfume de ambiente era perceptible. 

Tampoco me había peinado esta mañana, por lo cual mi cabello era un nido de pájaros,o así le dice Luka a mi cabello matutino. Y lo comprobé una vez me miré al espejo.

Una vez que ya había logrado verme un poco mas decente, me coloqué mi lazo blanco acomodando también mis hebillas.

Salí hacia el pasillo nuevamente como mula de carga, necesitaba pasar a dejarle el almuerzo a Luka.

Una vez ya me encontraba en la puerta del salón, un profesor apareció preguntando a quien buscaba.

-Bueno días ¿Se encuentra Luka?-. Le pregunté cordialmente con una sonrisa agotada

El profesor miró hacia dentro del salón, llamando a Luka que segundos después apareció. Su cara de confusión cambio a preocupación al encontrarme allí.

-¿Rin? ¿No deberías estar en clases?-. Exacto Luka, debería

Ignoré su comentario entregándole el bolso con el almuerzo.

-Ten, lo olvidaste en casa-. Le dije y me di la vuelta

Ahora debía de ir a clases. Ya llegaba demasiado tarde.

Abrí la puerta de mi salón y todos giraron a verme, incluida la profesora.

-Perdón por la demora-. Dije en tono bajo mientras entraba

Podía sentir su mirada conforme yo cruzaba todo el salón hasta llegar a su lado. A mi lugar.

-¿Que escusa tiene esta vez señorita Kagamine?-. Preguntó la profesora de historia

Mi tierna otaku.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora