Dylan White

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n/a: ahora las conversaciones seguirán siendo en inglés, las que sean en español irán en cursiva
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¿Encerrada?

No podía ser, esto no me podía estar pasando a mí. Parpadeo un par veces, aún en trance. Esto es lo peor que me podía pasar: encerrada, y además con ellos. Ellos, que siguen mirándome sin entender lo que pasa.

-Dinos, Alexa, por favor -la voz de Dylan refleja preocupación.

-El... -empiezo y carraspeo- el ascensor está roto. No pueden venir a arreglarlo hasta que aminore la tormenta -me miran si comprender-. Estamos encerrados.

-¿QUÉ? -exclama Tyler. Se coge el cabello con las manos y tira fuerte. Tiene pinta de doler-. ¡ENCERRADOS! ¡VAMOS A MORIR ENCERRADOS! NO TENEMOS COMIDA, NI AGUA, NI...

-Cállate, Tyler -interrumpo alzando la voz. Todos me miran sorprendidos por mi reacción-. No vamos a morir. Podemos conseguir comida y agua desde el montacargas. Así que deja el melodrama y la actuación para cuando estés en público.

Ninguno dice nada durante unos segundos, hasta que Ashton da un paso hacia delante.

-No te atrevas a hablarnos así -alzo una ceja, desafiante-. ¿Acaso no sabes quiénes somos?

-Sé que sois una panda de mocosos ricos y famosos, arrogantes, engreídos, maleducados, infantiles e inmaduros que se enfadan cuando las cosas no les salen como ellos quieren.

-No sabes una mierda sobre nosotros -ahora me doy cuenta de que Ashton y yo nos hemos ido acercando el uno al otro durante nuestra pequeña riña.

-Y no quiero que eso cambie -me acerco un paso más, desafiándole.

-Bien -se aleja bruscamente y luego añade-, por cierto, bonito delantal.

-Inmaduro -murmuro mientras me lo quito y lo arrojo al suelo. Paso a su lado hecha un furia, golpeándole el hombro a propósito.

Oigo un bufido, pero no sé reconocer de quién es. Tampoco me importa demasiado. Llamo a mi padre para idear un plan.

-Hola, cielo. ¿Estáis todos bien? -pregunta preocupado.

-Sí, tranquilo. Los orangutanes y yo estamos bien. Solo te llamaba para saber cómo sobrevivimos. ¿Recuerdas el montacargas en el que jugaba cuando era pequeña? He pensado que lo podríamos usar para que nos mandarais comida.

-Me parece una gran idea cielo -mi padre suena orgulloso. Sonrío satisfecha.

-También necesito algo de ropa.

-Lo sé, pero hasta mañana por la noche no te la podremos hacer llegar. Han cerrado todas las calles principales por la tormenta.

-Oh, vamos, pero si solo caen cuatro gotas.

Mi padre ríe y seguimos hablando unos minutos más. Luego llamo a mi madre para contarle lo que ha pasado y pedirle que me prepare una mochila con ropa. Después de asegurarle 926815473 veces que estoy bien, cuelgo. Oigo a los chicos hablar en el comedor mientras cenan. Lo que daría por comer algo. Me quedo en la sala de estar, frente al gran ventanal que da a la ciudad. Desde ahí se ve todo, las calles, los coches, los edificios. Me siento en el suelo y me quedo mirando las gotas que resbalan por el cristal. Analizo detenidamente mi situación. Cualquier chica que estuviese en mi lugar estaría muerta de la emoción, cerca del ataque de ansiedad. Pero aquí estoy yo, peleándome con, probablemente, los cuatro chicos más famosos del mundo. Pero siendo realistas y prácticos, no puedo estar cada dos por tres peleándome con alguno de ellos, sobretodo si vamos a convivir juntos durante no sabemos cuánto tiempo. Así que lo mejor será que no intente comenzar una discusión, pero si ellos me buscan, la encontrarán. Noto como una silueta se sienta a mi lado y me giro.

-Te he traído esto -Dylan me tiende el plato que tiene en la mano. En él hay un poco de bistec con patatas. Me doy cuenta de que es parte de su cena-. Seguramente esos burros de ahí no te hubieran guardado nada.

-Gracias -susurro, sin conseguir reírme de la broma que ha querido hacer.

-Oye, Alexa -empieza un poco nervioso-, siento lo que ha pasado antes con Ashton.

-No eres tú el que tiene que pedir disculpas -interrumpo con la voz dura.

-Lo sé, pero aún así lo siento. Sé que Ash puede ser un idiota a veces -enarco una ceja-. Vale, la mayoría de veces. Pero sigue siendo mi mejor amigo, así que...

-No tienes que arreglar sus desastres, Dylan, es suficiente mayorcito para eso.

-No lo entiendes -se queja el chico-. Esto de subir a la fama en dos días no es tan fácil como parece. Hemos sufrido, todos, pero Ashton es el que peor lo que ha pasado. Es complicado.

Su respuesta no me la esperaba para nada, así que me deja sin palabras.

-Vaya, lo siento, no lo sabía -intento que mi voz no suene tan hostil. Y lo logro. Más o menos.

-Nadie lo sabe, solo unos pocos. Es por eso que te pido que seas paciente con él. Sé que no tengo derecho a hacerlo y que es pedirte mucho, pero es para intentar hacer esta convicencia un poco menos complicada.

-Tranquilo, lo entiendo -sonrío para darle más convicción a mis palabras.

-Me caes bien, Alexa -confiesa con una sonrisa.

-Y tú a mí, Dylan -solo es hasta que lo digo que me doy cuenta que es cierto. Había empaquetado a todos en el mismo grupo, pero ahora me doy cuenta de que el chico que tengo sentado junto a mí, el chico que me ha guardado un poco de comida y se ha disculpado por el comportamiento estúpido de su amigo, ese chico no es tan arrogante e insoportable como creía. Todo lo contrario.

Dylan White, te declaro el miembro simpático y amable de la banda.

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