Fotos, nostalgia y un cumpleaños

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*diálogos en cursiva en inglés*
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-Eres masoca -me riñe mi mejor amiga a través de Skype-. Es normal que los eches de menos, solo han pasado tres días, pero si no dejas de mirar las fotos todo el tiempo, ¿cómo pretendes olvidarlos?

-Es que no quiero olvidarlos -admito apenada-. Sé que es imposible mantenerme en contacto con ellos, están ocupados con la gira, los conciertos, las entrevistas, ir al estudio, en fin, el trabajo de una banda famosa. Pero no puede dejar de pensar en esos pocos días que estuvimos juntos. Fueron alucinantes. Les echo de menos, sobre todo a él.

-Tia, seguís hablando, ¿no? -asiento. Hemos hecho un grupp de Whastapp y lo cierto es que cada día sacan un hueco para pedirme cómo estoy-. Pues no te preocupes, además, te dijeron que volverían. Ten paciencia, no pretendas que regresen en dos días.

-Tienes razón -susurro, aún cabizbaja.

-Venga, cuéntame -la miro sin entender-. ¿Cómo son? De personalidad, ya sé que físicamente están para comérselos.

-Bueno -sonrío-. En realidad son muy diferentes entre ellos. Dylan es el amable del grupo, siempre está dispuesto a ayudar, se preocupa por todos e intenta evitar discusiones y peleas a toda costa. Siempre es el que aporta algo de racionalidad cuando se comportan como críos -no puedo evitar el sentimiento de nostalgia que me embarga-. Después está Al, el sabio. Es un poco callado y tímido al principio, pero cuando se suelta, es la leche. Tiene grandes ocurrencias, muy divertidas, pero lo mejor de todo son sus consejos. Este tío habla como un verdadero psicólogo. Tyler es otra cosa. Está como una cabra, es el gracioso del grupo. No le da importancia a las cosas que de verdad no la tienen o no se la merecen. Su alegría y energía son contagiosas. Es imposible enfadarse con él, siempre te saca una sonrisa cuando más lo necesitas. Es magnífico.

-¿Y que hay de Ashton? -pregunta con curiosidad. Ashton...

-Bueno, es difícil describirle. Al principio era un auténtico capullo -mi mejor amiga ríe-. No, en serio. Tenía ganas de darle con la escoba en la cabeza para que se le pasara la idiotez. Pero después me mostró muchas facetas. La cariñosa, la protectora, la pervertida, incluso la celosa -me mira con la ceja arqueada-. Sí, la última noche bailamos reggeaton, y se puso celoso de Tyler porque bailaba conmigo. Y después cuando apareció Jason el día que salimos de la suite también se molestó cuando me abrazó.

-Awwww -suelta-. Qué mono, por favor.

-Lo sé -me sonrojo-. Es simplemente indescriptible, increíble.

-Wow, quién iba a decir que mi mejor amiga se enamoraría de un chico al que odiaba.

-No estoy enamorada -contradigo-. Solo me gusta un poquita.

-Vale, lo que tú digas -hace un movimiento extraño con la mano-. Tú sigue negándotelo -voy a replicar cuando se gira-. Lo siento, me tengo que ir, mi compañera de habitación me llama.

-Dile a esa bruja que tú eres mía eh -amenazo-. No eres su mejor amiga, eres la mía.

-La que se queja de la gente celosa -se burla-. Te quiero, adiós.

-También te quiero.

Cierro el ordenador y miro, por milésima vez, las fotos con los chicos. Mi dedo se va deslizando por la pantalla, revisando todos y cada uno de esos momentos. Hay una foto que me gusta especialmente. Salimos Ashton y yo, poniendo unas caras que no deberían ser legales. Por favor, que caretos. Esta foto no debe salir jamás a la luz. Jamás. Agrando y empequeñezco la foto, fijándome en todos los detalles. Su nariz, sus ojos, su pelo, sus mejillas, su boca, su cuello, su frente. Creo que me habéis entendido. La pongo de fondo de pantalla. Queda perfecta, como si se hubiese hecho para esto.

*
Han pasado dos meses desde que salimos de la suite. El contacto con los chicos ha ido disminuyendo. Ellos están en plena gira y yo acabo de empezar la universidad, nuestros horarios no coinciden y eso dificulta la comunicación. Pero me llamaron por Navidad y por Fin de Año. Hoy es mi cumple. 19 años, estoy hecha una vieja. Acabo de colgar a mi mejor amiga, que me ha llamado para cantarme el cumpleaños feliz en cuatro idiomas diferentes. Luego me ha tenido una hora hablando con ella, planeando mi fiesta. Viaja desde Barcelona, donde está estudiando Enfermería, para celebrarlo conmigo. Es la mejor. Mis padres también me han felicitado, así como mis vecinos, amigos, compañero de la uni... Pero ellos no. Ni siquiera un mísero mensaje. Un poco decepcionada, lo dejo pasar. Por la mañana voy a recoger a la loca de mi mejor amiga al aeropuerto. Se pone a chillar cuando me ve y a cantarme de nuevo. Todo el aeropuerto aplaude. La voy a matar, esta noche duerme en el suelo. Nos pasamos la mañana paseando, mirando tiendas. No, nosotras no vamos de compras, lo odiamos. Simplemente miramos tiendas y, si hay algo que nos gusta, lo compramos. Pero no vamos buscando irnos a casa cargadas con miles de bolsas.

Comemos con mis padres y el plasta de mi hermano en mi restaurante favorito. Luego nos dejan en casa y se van a hacer recados. Nos miramos cómplices y sonreímos. Preparamos un enorme bol de palomitas y nos sentamos delante de la televisión. Hoy toca maratón de Game of Thrones. Vamos por la tercera temporada y el segundo bol de palomitas cuando llaman a la puerta. Nos miramos extrañadas y voy a abrir. Cuatro payasos están de pie en el porche. Literalmente, cuatro chicos disfrazados de payaso me miran sonrientes.

-Le dije a mi madre que no quería nada de esto -me quejo y cuando estoy a punto de cerrarles la puerta en las narices, chillan.

Feliz cumpleaños, Lexi!

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