De gira

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La fiesta de pijamas duró dos días más. Ahora mismo estoy recogiendo los colchones, cojines, almohadas y sábanas. Los chicos se fueron esta mañana, prometiéndome volver cuando terminara su tour de invierno. Irene está como loca por mi reciente incorporación al grupo. No es que vaya a cantar con ellos, no por favor. Simplemente los acompaño, como si fuera un manager o una estilista. La verdad es que yo también estoy un poco emocionada. Tengo ganas de que llegue el verano y poder viajar con mis chicos. Pero lo primero es lo primero. Debo centrarme en aprobar este curso con la mejor nota, para así no preocuparme los cuatro meses siguientes.

El tiempo pasa demasiado lento para mi gusto. Quiero que sea ya verano. No puedo esperar para volver a estar con ellos, sobretodo con Ash. Cada noche me llama, me desea buenas noches y me recuerda que me quiere. Estoy loca por él. Jamás pensé que de alguien que en un principio odiaba y me parecía un arrigante infantil e inmaduro me podría llegar a enamorar. Y aquí me tenéis. Suspirando por el cantante de la banda más famosa de los tiempos, quién resulta también siente lo mismo por mí. Los fans al principio no se tomaron muy bien nuestra relación, especialmente en Twitter la gente era muy dura. Decían que lo nuestro no tenía futuro, que no le merecía, que no era lo suficiente buena para él. Lo típico, celos de fan. Pero mi chico (qué bien suena decir eso), convocó una rueda de prensa para declarar. Enfrente de decenas de cámaras de todos los países del mundo dijo que estaba enamorado de mí, que quedarse encerrado en la suite del hotel de mi padre y conocerme ahí había sido lo mejor que le había pasado en la vida. También pidió un poco de consideración a las fans, alegando que si de verdad "lo significaban todo para ellas" como las mismas decían, aceptarían su decisión y le apoyarían; porque eso es lo que un verdadero fan hace. A partir de ahí el ruido paró. Funcionó. No más tweets irrespetuosos, no más insultos, no más cartas amenazadoras. Por fin la gente apoyaba y aceptaba nuestra relación.

Los exámenes finales llegaron, y me volqué al 200% en ellos. Durante un par de semanas me olvidé completamente de los chicos, la gira, los rumores (porque sí, cuando un famoso, deseado por medio mundo, sale con una chica normal y corriente como yo, los rumores no tardan en salir), me olvidé de absolutamente todo. Luego todo terminó. La presión, los nervios, el estrés. Al fin era libre. Los chicos volvieron después de su tour como prometieron. Estuvieron dos días en casa y se fueron a visitar a sus familias. El 1 de junio estaban de vuelta, esta vez para irme con ellos.

Y aquí estoy ahora. Sentada junto a mi chico en su avión privado. Esto es una pasada. Si Irene puediese estar aquí, moriría de la emoción. Estamos rumbo a Los Ángeles, dónde todo empieza. Llegamos al aeropuerto, nos recoge una limusina y nos lleva a un hotel enorme.

-Espero que aquí no conozcas a la hija del director y te enamores de ella -le susurro a Ashton cuando cruzamos por el hall.

-No sería la primera vez -bromea. No tiene gracia, así que no me río.

Al notar mi seriedad se da la vuelta, deja las maletas en el suelo y me agarra de la cintura. Me acerca a él e intenta besarme. Cuando me aparto un poco frunce el ceño.

-Oh, vamos, pequeña. Sabes que es una broma -me estrecha contra su pecho y no puedo luchar contra la calidez que me provoca su cuerpo-. Sería idiota si te dejara ir.

-Si este idiota te deja ir -interviene Tyler-, te pido.

-Cállate, Tyler. No es un regalo de Navidad -Ashton mira a su amigo con cara de asesino.

-Te tomo la palabra, Fox -digo, solo para hacer enfadar al chico que ahora mismo me mira no muy convencido.

-No lo dirás en serio, ¿verdad? -pregunta, el miedo reflejado en su cara. Voy a responderle sarcásticamente cuando me doy cuenta de que su expresión es sincera.

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