Hinata había pensado en un beso rápido. Sólo para probar. Probar para satisfacer su curiosidad. Probar porque no podía negárselo por más tiempo. Pero cuando sus bocas se tocaron, no hubo manera de parar.
Naruto la había subido a su regazo. Fingir había sido fácil, pero ahora aquella boca, aquel hombre, aquellas manos en su nuca eran reales. Demasiado reales.
Gimió con impotencia mientras él ladeaba la cabeza y le susurraba algo indiscernible. Entonces sintió su lengua caliente, y cómo su erección crecía y palpitaba bajo los pantalones.
Comenzó a mordisquearla suavemente, lo que le produjo mariposas en el estómago y fuegos artificiales en la cabeza.
-Sabes a miel.
Hablaba sobre sus labios. Ella se aferró a su cuello e intentó no gritar al sentir su aliento sobre la piel.
-Quiero hacerte el amor -murmuró Naruto mientras deslizaba las manos por su cuerpo-. Quiero hacerte el amor toda la noche.
Hinata no tenía idea de lo que estaba diciendo, pero sus palabras desataron intensos torrentes de placer. Sentía los pechos hinchados y los pezones duros mientras los presionaba contra su torso y abría la boca para responder a sus besos. Sabía que aquello estaba mal, muy mal, que no volvería a ocurrir.
-¿Qué es lo que estas diciendo? -preguntó.
-Estoy diciendo que quiero hacerte el amor. Toda la noche -respondió él antes de volver a besarla.
Hinata gimió al sentir sus manos en los pezones, sintió su deseo y las embestidas de su lengua mientras la devoraba.
Él también gimió; parecía haber perdido el control por primera vez desde que lo conocía. Comenzó a acariciarle los pechos con pulgares y deslizó los labios por su mandíbula.
-Tus jadeos me vuelven loco.
-Naruto...
Su cuerpo ardía de deseo.
Naruto presionó con las caderas, ella separó los muslos y sintió su erección frotándose contra su cuerpo.
Naruto le metió la lengua en la oreja.
-Detenme, Hinata -una mano decidida se coló por el escote de su vestido y le agarró un pecho-. Hinata, detenme.
Le apretó la carne con fuerza y, cuando sintió que le acariciaba el pezón, Hinata abrió los ojos de golpe. La sensación era tan deliciosa, tan horrible, tan agradable.
Hundió la cara en su cuello y estuvo a punto de atragantarse con los sonidos que se acumulaban en el fondo de su garganta. Las sensaciones se apoderaron de su cuerpo, su mente trataba de comprender que aquello estaba sucediendo realmente con Naruto Namikaze.
-Ahí está su hotel, señor.
Naruto maldijo en voz baja y la acercó a él. La abrazó con fuerza.
-Terminaremos esto arriba -susurró.
Hinata se recolocó el pelo. ¿Arriba? ¿Qué diablos estaban haciendo?
Naruto rió al ver su cara y le dio un beso en la frente.
-Debería haber sabido que arderíamos de deseo -murmuró.
El Mercedes aparcó frente a un hotel rodeado de palmeras y Hinata recuperó su bolso mientras Naruto salía del coche y se dirigía hacia su lado para abrirle la puerta.
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Un pacto con el jefe.
FanfictionLa había deseado durante mucho tiempo, pero se había privado de su compañía. Ahora, por fin, Naruto Namikaze tenía a su secretaria donde quería, la había convencido para hacerse pasar por su amante mientras negociaba el trato de su vida. Y cuando la...