Condujeron hacia el ático en completo silencio. Naruto parecía absorto en sus pensamientos y Hinata estaba absorta en los suyos.
Le llevó diez minutos, mientras él llamaba por teléfono a Kiba, empaquetar las pocas pertenencias que, por error o no, había dejado en su apartamento.
Estaba más tranquila. Inmóvil en un rincón de la cama, mirando a la puerta y esperando a que Naruto regresara.
Aunque no sabía si las náuseas que sentía se debían al embarazo o al hecho de que no iba a dormir con Naruto por primera vez en más de un mes.
Simplemente no podía seguir así. Cada palabra que había oído esa noche había sido como un latigazo en la espalda; no podía creer que sus compañeros hablasen así de ella. Y por otra parte Naruto, que le había ofrecido un collar, pero no su amor. Y le había dicho a su hermano que ella era su... su...
No.
Se negaba a pensar que pudiera referirse a ella con algún término vulgar. Pero la verdad era la verdad, por muy dolorosa que fuera. Hinata era su secretaria y estaba acostándose con el jefe. No importaba que lo amase entes y lo amase ahora.
Estaba acostándose con su jefe y nunca le respetarían si seguía haciéndolo. Nunca se respetaría a sí misma.
Tomó aliento y salió del dormitorio para ir a buscarlo.
Lo había oído en su despacho, dándole órdenes a Kiba al teléfono, riéndose con él también; no ocultaba su alegría por el trato.
La puerta del estudio estaba entreabierta, así que entró sin hacer ruido.
Naruto estaba sentado tras su escritorio.
-¿Naruto, puedo hablar contigo?
-Estoy muy ocupado, Hinata.
-Naruto, creí que podríamos hablar sobre un tema. Puede que no pase la noche aquí y realmente creo que es importante...
-¿Dios, tenemos que hacerlo ahora? -dejó de escribir en el teclado y se frotó los ojos con las manos-. Lo siento. De acuerdo. ¿De qué se trata?
-Íbamos a hablar de... nosotros -le temblaba la voz al decirlo-. En la cena mencionaste que querías decirme algo.
-¿Y no puede esperar un día?
-No, Naruto, no puede.
Naruto se enderezó en su asiento, entrelazó las manos y se mantuvo callado durante lo que pareció una eternidad.
-¿Qué es lo que querías decirme? -preguntó al fin.
-Mira, entiendo el tipo de acuerdo que tenemos -comenzó Hinata-. Y tal vez estuviera durante un tiempo. Pero las cosas cambian, ¿verdad?
Él asintió.
-Sakura, Naruto.
-¿Qué pasa con Sakura?
Hinata se preguntaba si los rumores eran ciertos, si Sakura le habría obligado a casarse con ella para que recuperase Namikaze.
-Amabas a Sakura. ¿Aún la amas?
-¡No lo pienso ponerme a hablar de Sakura ahora mismo! -exclamó Naruto.
Pero Hinata siguió.
-Me parece muy vulgar ir saltando de cama en cama ¿a ti no?
-Extremadamente vulgar -convino él.
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Un pacto con el jefe.
FanfictionLa había deseado durante mucho tiempo, pero se había privado de su compañía. Ahora, por fin, Naruto Namikaze tenía a su secretaria donde quería, la había convencido para hacerse pasar por su amante mientras negociaba el trato de su vida. Y cuando la...