Capítulo siete: Manos a la obra

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Capítulo siete: Manos a la obra

Cuatro de los seis chicos trabajaron con mucho empeño y usaron todos sus escasos recursos durante cuatro semanas para tener todo listo. Las dos primeras fueron muy duras, porque tuvieron que dividir su tiempo para arreglar el lugar, estudiar y dar los exámenes finales. Cuando por fin pasaron todo, dedicaron las siguientes dos semanas enteras a arreglar todo lo que pudieron en el departamento. Pintaron los cuartos, arreglaron la cocina con las cosas que pudieron recolectar, cargaron muebles y se las ingeniaron para armar un ambiente muy agradable con esteras, cojines coloridos y plantas. 

Sehun, con lo exagerado que era, insistió que Luhan estaba demasiado delgado como para hacer muchos esfuerzos, así que le pidió que se dedique a ordenar y decorar el lugar, sin importarle las quejas de todos los demás, incluido el mismo Luhan. Pero, cuando Sehun puso cara de asesino en serie, todos prefirieron dejar la conversación para otro día. Entonces, lijaron, refaccionaron y cargaron muebles, la cocina, la mini refrigeradora, las camas y el resto de cosas. (Luhan colaboró con todo mientras su novio no lo miraba).  

Jongin puso todo su corazón en decorar el cuarto que compartiría con Kyungsoo, e incluso había escrito sus nombres en una de las paredes, esperando que algún día su hyung lo encontrara. Luhan copió la idea para sorprender a su pequeño novio. En el último día, los chicos le dieron los toques finales y se sintieron orgullosos del resultado. Habían convertido un departamento feo y viejo en un hogar.

–A Baek le va a encantar el mueble con el espejo en nuestro cuarto– exclamó Chanyeol, fingiendo secarse una lágrima. 

–Como Kyungsoo es un maniático del orden, separé nuestro armario en dos partes. De esa forma, no le va a dar un infarto cuando vea mi desastre y mis cosas– explicó por su parte Jongin, con una sonrisa de oreja a oreja. 

–Suenan como un par de maridos, preparando una sorpresa para sus flamantes esposas. ¡Compórtense!– les ordenó Luhan desde la cocina. 

–Claro, ¡cómo no! Está hablando la "esposa" que vino, pero se limaba las uñas mientras Sehun lijaba el piso para que no se lastimara sus pies de color blanco perla– se burló Chanyeol, mientras descansa, tendido sobre el cuidado piso de la sala. 

–No es una esposa, pero su piel sí es delicada– le justificó Sehun, mientras Luhan susurraba molesto que sí había ayudado y que no sea ingrato. 

–Bien, creo que es hora de llamar a Kris hyung para traer el último mueble grande– decidió el gigante después de su descanso. –Por cierto, esta vez... insistió en manejar él. 

–¿Por qué?– se quejó Kai, infantilmente. Había adorado conducir el gigante y blanco auto del amigo de su hermano. 

–Te leo sus palabras textuales, en el mensaje que me envió hoy. ¿Dónde está? ¡Lo encontré! Bien: "Dile a ese mocoso que no le daré mi auto de nuevo. Si lo necesitan, me llaman. ¿Dónde #$^&* lo pusieron para que se hayan robado la antena y los logotipos?"

–¿La antena?– Jongin parecía sorprendido. –Bueno, entonces sólo le llamaré para que nos ayude– aceptó el bailarín decepcionado. 

Tres horas más tarde, la gigantesca camioneta blanca estaba estacionada cerca de la entrada de la puerta del edificio. Mientras los cuatro chicos se apuraban cargando las últimas cosas, Kris y tao estaban apoyados en el auto. Kris tenía su típica expresión de chico frío, observando como los otros trabajaban, y Tao no paraba de tomarse fotos. 

–This place isn't my style– comentó Kris con su gruesa voz. 

–Por lo menos son independientes, se encargan de sus propios asuntos y van a pagar sus propias cuentas– se burló Tao, pero el más alto ni siquiera se inmuta. –¿No deberíamos ayudarlos?

Time's up (OT12)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora