De acá para allá, y de allá para acá.

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(...) eran las 09:23 a.m cuando salí de mi casa. Como siempre, no dormí en la noche, pero no tengo ni una pizca de sueño (por ahora)...Como todos los días desde que me impuse esta rutina, salgo del barrio "enanos ignorados" (decidí llamarlo así apenas me mude) y me dirijo al paradero...

En el camino nunca me encuentro con algún vecino, sólo con sus perros y gatos (y no me quejo, sinceramente prefiero a los animales) y a veces se me va el tiempo dándoles caricias. El día de hoy me encontré justo en la esquina de mi barrio a "Mr. Rex", es un perro increíblemente viejo estaba acá antes de mi llegada (la cual fue hace varios años) y yo le he puesto ese nombre por lo viejo que es... Como todas las veces en las que me encuentro a este ser que presenció la extinción de los dinosaurios, le di un par de caricias justo debajo de su oreja derecha (es su zona favorita) para después irme y llegar al paradero; el cual para mi fortuna estaba vacío.

Tome la primera micro que pasó (a fin de cuentas todas llegan a mi trabajo) y me senté en el penúltimo asiento a mi izquierda, un asiento atrás de donde esta la rueda y la puerta a mi derecha (siempre en el mismo asiento) y me pongo a escuchar música.

Era mi turno de bajar, obviamente di las gracias al hacerlo. Al ir acercándome a mi trabajo, me fije en las muchas parejas y grupos de amigos que estaban haciendo fila para tal vez así agarrar un buen lugar en la enorme sala del cine. Así es, damas y caballeros, yo trabajo en el cine (barriendo los pisos luego de cada función). Pero no crean que es mala pega en realidad es muy buena (puedo ver películas gratis y venir a los estrenos, comer muchas cabritas que me comparten mis compañeros de la sección de comida, etc). Y además sólo es un trabajo de medio tiempo con muy buena paga.

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Luego de haber terminado mi turno en el cine (cerca de las 17:46 p.m). Me dirijo a mi otro trabajo de medio tiempo (por suerte, este empleo esta cerca del cine). Al llegar veo un montón de autos en fila, muchos de ellos embarrados. Así es otra vez, damas y caballeros también trabajo limpiando autos en una gasolinera. Me pongo mi vestimenta de trabajo y comienzo por el primer auto en la gigante fila. Primero los vidrios, luego el techo y por último lo meto al esa gigante máquina que los limpia por completo (máquina cuyo nombre aun no me he aprendido) y al final, el dueño del auto me da la paga más mi propina. Y así sigo hasta las 20:28 p.m. Mi turno terminó y yo me voy feliz a tomar la micro para ir a mi casa, mi pequeña casa.

-¿No vas a limpiar mi auto? Pero que desconsiderada.- Dice una voz que (para mi mala suerte) conozco muy bien.

-Ya terminó mi turno, idiota, así que vete.- Dije empezando a caminar.

-Vamos, no te pongas así. En realidad te venia a buscar.- Dice bajándose del lujoso auto y alcanzándome enseguida. ¡Dios! Este chico es persistente. Me di vuelta otra vez y le miré furiosa.

-¡No me iré contigo! ¿Oíste bien?- le dije (más bien le grite). Él de inmediato frunce el ceño.

-Deberias tener más respeto por los mayores.- Dice con una sonrisa forzada, sé muy bien que trata de ocultar su molestia.

-Toma tu respeto.- Le digo al momento de levantarle el dedo del medio y dándome vuelta para llegar de una vez por todas al paradero. Pero el idiota me sigue.

-Mamá no te educó así.- Dice y yo me detengo de inmediato.

-Pues parece que a ti no te llegó a educar; mirate no más: aquí, pidiéndole a tu hermana que este contigo por lo menos un minuto sin sentirse traicionada.- Le digo con un toque irónico, aunque en realidad me sentía dolida... No espero a que me conteste, sólo me voy corriendo y me subo a la primera micro que pasa. Por lástima sólo hay una micro que me deja cerca de mi casa, y tal parece que tome la equivocada...

En busca de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora