-¿Seguro que quieres conocer a Sebastián y Tiago?-Le pregunté a mi hermano, mientras él conducía a mi casa.
-Si, quiero hablar con ellos.- Dijo sin quitar la vista del camino, pero sonriendome.
-¿De qué? - ¿De qué quiere hablar mi hermano con mis vecinos ? (Son más amigos que vecinos, pero ya que...)
Cierto... Creo que Tiago y yo ya no somos simples vecinos o amigos desde el beso... Pero no me ha pedido ser su novia o algo así. ¿Tendré que pedírselo yo?
¡Dios! Se me suben los colores cada vez que recuerdo el beso que nos dimos... Admito que Tiago es un muy buen amigo, es divertido, fiestero, arrogante, guapo... Es bastante lindo.
Estoy segura que si me pide ser su novia, no me negaría.
-...entre otras cosas, ya sabes, asuntos de adultos.- Dijo Daniel.
¡¿Habló todo el rato?! Debe ser una maldita broma. No escuché nada de lo que me dijo.
-Hermanito... Hermanito querido, mi hermano favorito... - Le dije imitando a una niña pequeña que le pide un dulce a sus padres.
-¿Qué desea la pequeña? - Me dice en tono cariñoso. Debe tener mucha paciencia.
-Pues...-¿Cómo le digo que no le puse atención?
-No escuchaste nada de lo que dije ¿cierto?- Debe tener un sexto sentido de hermano mayor o algo así.
-Si, no te puse atención.-
-¿Y quieres que te repita lo que dije? -
-Sip. -
-Pues te aguantas.- Suelta una carcajada.
-Pero, ¿por qué?- Le exigí saber.
-La vida a veces te da una sola oportunidad, desperdiciaste la tuya por pensar en un chico en lugar de ponerle atención a tu hermano. -
-¿Cómo sabes que pensaba en un chico? - Le pregunté asombrada.
-No lo sabía, pero gracias por la información innecesaria. - Dijo y vuelve a reírse.
-¡Bien! - Bufé rendida.- Al cabo, no quería saber. - Murmuré viendo por la ventana del auto.
-Mentirosa... - Seguía riéndose de mi y mi actitud. - Y... ¿A quién tengo que asesinar?- Me pregunta algo serio.
-¿Asesinar?-
-Hablo de mi cuñado, claro.- Dice como si fueras lo más obvio.
-No es gracioso viniendo de ti.- Le regañe, pero en realidad, quería cambiar el tema.
-¿Lo dices por mi antiguo trabajo?- La melancolía se reflejó en su rostro. Fue mala idea decir eso.- Tranquila, no pensaste antes de hablar.- Me mira sonriente un instante y luego vuelve a poner su vista en la calle.- Admito que no estoy orgulloso de mi trabajo, mi ANTIGUO trabajo.- Remarcó inconscientemente que no quería tocar el tema.
Soltó un suspiro antes de hablar.
-Recién te dije que la vida solo da una oportunidad. Lamento decir que es una mentira; mírame a mi. Pensé que no volvería a verte, pero aquí estoy, junto a ti.- Sonrió... Pero unas saladas lágrimas se asomaban de sus ojos.
Volvía a llorar.
Toda la vida pensé que mi hermano no me quería, que nos abandonó porque no nos soportaba. Llegué a pensar que me odiaba.
Pero él ahora esta llorando, llora por el simple hecho de hablarme.
-Oye...no llores, por favor.- Le pedí poniéndole mi mano sobre su antebrazo (él seguía manejando).
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En busca de la luz
Teen FictionUna vela, una lámpara, el sol, una luciérnaga, nuestra alma; todo aquello da luz, espanta a la oscuridad e invita a la sombra a acompañarnos... Pero, ¿qué pasa con las personas que no pueden invocar a la luz porque no la tienen? La tienen que buscar...