(...) Por culpa de cierta persona salí una hora tarde de mi trabajo, en consecuencia de esto me tengo que ir a pie (la última micro pasa a las 9:30 p.m. y son las 10:26 p.m.)
Comienzo a caminar, pero apenas llego a la esquina veo a un limpio y reluciente Z06 blanco, cuyo dueño conozco; por lástima tienen las ventanas oscuras y no puedo verle el rostro, pero sé que es él... Y el maldito se iba a enterar: ¡Por su culpa me he quedado una hora mas de lo que debería!
Fui a paso decidido donde él y sin pensarlo me subí en el asiento del copiloto y le pille con una sonrisa burlona.
-Hola princesa, he aquí tu guapo príncipe que ha venido a rescatarte de ese monstruoso dragón llamado Patricia.- Dijo señalándose a si mismo, para luego poner las manos en forma de "garras" y tirar mordiscos al aire. No pude evitar soltar una carcajada, pero inmediatamente me calle e intente mirarlo con odio: él maldito quería distraerme para que olvidara lo que paso hace varias horas; bueno, lo que CASI paso...
-No intentes distraerme, maldito traidor; estoy molesta, por poco y me despiden.- Le regañe.
-Ah...eso... Si pues, deja explicar.- Dijo mirando hacia el frente y encendiendo el auto.
-¡Oh! Y claro que quiero una explicación... Casi me... Casi me.- ¡Diablos! No puedo decirlo.
-¿Casi qué?-
-Casi me besas.- Murmuré.
-Corrección: casi NOS besamos.- Dijo sonriendo.
Tenia razón... Odio que tenga razón.
-¿Así que casi se besan? - Dijo una voz masculina y grave en tono de burla. Inmediatamente me di vuelta encontrándome con Sebastián echado en el asiento trasero; vestía unos pantalones negros y una camisa blanca algo desarreglada, además de que tenia la comisura de su labio rota y le salia un poco de sangre; aparte de eso tenia sus castaños cabellos desordenados y sus nudillos con sangre... ¿Qué le pasó?
-Hasta que despertaste hermano.- Dijo sonriendo Tiago.
-Hola Melissa, ¿Cómo te a ido?- Me preguntó Sebastián.
-Mejor que a ti por lo visto.- Dije para luego mirar a Tiago.- Para el auto, por favor.-
-¿Qué harás?- Me preguntó deteniendo el auto; yo no le conteste, solo me baje y me subí en el asiento trasero. Ambos hermanos me miraban extrañados. Tiago volvió a conducir.
-Sientate bien, por favor.- Le pedí a Sebastián.
-¿Que harás?- Repitió la misma pregunta que me hizo su hermano.
-Hagamos un trato: Si tu no me preguntas, yo no te pregunto.- Él me miró a los ojos y mientras sonreía decía que si.
De mi mochila saqué un pañuelo y lo moje con el agua que estaba en una botella dentro del auto. Le pase el pañuelo húmedo por la herida de su labio hasta quitar la sangre; ya más cerca de él me puse fijar que tenia la camisa algo rasgada: ¿En que pelea se ha metido?
Tome otro pañuelo también le quite la sangre de sus manos.
-Así que casi se besan, entonces han avanzado en su exclusiva relación.- Decía Sebastián.
-¿En qué quedamos?- Le pregunté refiriéndome a nuestro trato.
-No he preguntado nada, la única que ha hecho alguna pregunta aquí eres tú.- Se estaba riendo el maldito.
-Traidor...- Murmuré. Oí como Tiago se reía.
Llegamos a la casa de Tiago, él ayudo a su hermano bajar del auto, yo solo les seguí de cerca. Tiago dejó a Sebastián en una habitación para huéspedes y luego ambos nos fuimos a la entrada de la enorme casa.
-¿Qué le pasó?- Pregunte.
-Creo que ya has olvidado el trato.-
-El trato lo hice con tu hermano.-
-Bueno, bueno.- Río antes de suspirar; parece que le cuesta decir lo siguiente.- Lo que sucedió fue... Emm... ¿Como decirlo?- Se llevo su mano a la parte trasera de su cuello y se masajeo ligeramente ¿Tan grave es la cosa? -Pues, le conté lo que paso hace unos días, esa situación con tu hermano y su séquito de inútiles; y ya sabes que él es más peleador que yo y todo eso, además de que te ve como una hermana menor. Así que... Los fue a buscar y se metió en un pleito; los mandó al hospital y él quedo como lo has visto.-
Así que eso paso... ¡Mierda! Mi hermano causa estragos por donde quiera que vaya... ¿Que pasará ahora?
-No... No llores, se recuperará, tranquila.- ¿Estaba llorando? Llevé mi mano a mi mejilla y la siento húmeda... Tiago me abrazó y yo escondí mi rostro en su torso.
-Tengo miedo Tiago... ¿Y si vuelven? ¿Y si quieren vengarse? No se de qué es capaz mi hermano...-Sollozaba.
-Shh...-Paseó su mano tranquilamente por mi espalda en una suave caricia; de arriba a abajo.- No dejaré que te hagan algo... Aun me cuesta creer que tu hermano haga estas cosas, se supone que debería proteger a su familia.-
-Es un traidor; además, hace años que deje de tener familia, Tiago.-
-Tienes a Sebastián.-
-¿Y a ti no?-
-No me gustaría que me vieras como tu hermano.-
-¿Por que no?-
-Porque sería enfermero de mi parte querer besarte; justo como ahora.- Puso sus manos en mis mejillas y me besó. Fue apenas un roce y no sentí las típicas mariposas o esas cursilerías que dice medio universo; simplemente sentí que mi realidad se acomodaba a nosotros, que por ahora todo estaba bien, que Tiago se volvía mi mundo.
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En busca de la luz
Teen FictionUna vela, una lámpara, el sol, una luciérnaga, nuestra alma; todo aquello da luz, espanta a la oscuridad e invita a la sombra a acompañarnos... Pero, ¿qué pasa con las personas que no pueden invocar a la luz porque no la tienen? La tienen que buscar...