¿Recuerdas esa vez...?

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Escuché los desesperados golpes que él dio a la puerta, pero yo me negué a abrir; luego cesaron ¿se habrá rendido?

Pasaron pocos minutos cuando no pude soportar la curiosidad y abrí la puerta lo suficiente para sacar mi cabeza, pero también la abrí lo suficiente para que Tiago colara su mano y empujara la superficie de madera; dirigí por unos segundos mi mirada a su entrepierna (temiendo encontrarme con su compadre) pero estaba cubierto por una toalla verde.

-¿Esperabas ver algo más?-Preguntó muy burlón, mientras se dirigía a su armario y sacaba unos vaqueros y una polera blanca con diseños de lineas en negro.

-La verdad es que no creo que hubiera podido ver mucho; ¿Habré necesitado una lupa?-Quise seguirle el juego.

-Oh, claro que no.-Dijo "ofendido".-Pero quizás tu necesites una venda para tapar a esos inquietos ojos. ¿Por qué no me das algo de privacidad?-

-Claro, claro...-Le dije mientras salía de su pieza sin mirarle.

Me dirigí a la cocina (de nuevo, porque no alcance a comer ni las galletas ni nada) y me encontré con Hanna y Katherine charlando en la mesa.

-¡Hey! Ven con nosotras.- Me invitó Hanna. Yo no lo dude mucho y fui con ellas. -Menuda broma que le has hecho a mi primito.- Con una mano oculto su risa.

-¿A si? Creo que se lo merecía.-Le respondí queriendo participar más en la conversación.

-No quiero saber que haya hecho ese sujeto para merecer tal castigo.- Katherine se río.

-Y mejor que no lo sepan.- Les guiñe el ojo; aunque no había ningún mensaje oculto.

Seguimos conversando las tres; y resultaron ser increíblemente simpáticas. Katherine está estudiando medicina general y Hanna se quiere dedicar al baile. Me contaron lo mucho que les gusta bailar juntas y que incluso tienen un grupo. Lo admito; Hanna es hermosa, Katherine igual lo es.

Yo no les quise contar mucho; les dije que trabajo los lunes, miércoles y viernes en el cine y que en las noches (de 7 a 9) trabajo en el lavado de autos. Me preguntaron por mis estudios, pero no quise indagar mucho por esos caminos. Yo no tuve la suficiente suerte como para tener una carrera universitaria, a pesar de que sacaba buenas notas y tenia un promedio envidiable. Mi profesor de matemáticas, Dylan, me consiguió algunos trabajos años anteriores (como de niñera, asistente en parvularios, asistente en un hospital, incluso me invito a los bomberos, pero me negué) y tantos trabajos me ha dado un largo y muy buen currículum, y muchas experiencias.

-¿Y Dylan? ¿Cómo era?- Me preguntó Hanna, poniendo una cara picarona.

Yo solo negué con la cabeza y me hice la interesante.

-¿Y ustedes de que hablan?- Preguntó Tiago al momento de ingresar al comedor.

-De nada que te interese primito.-Contestó Hanna sonriendo.-Pero te comento que ya nos tenemos que ir; tenemos un presentación al otro lado de la ciudad esta noche.- Mencionó al ponerse de pie al igual que Katherine.

-¿Ya se van?-Preguntó Tiago algo deprimido.

-Si, pero vendremos de visita.-Dijo Katherine.- No nos molestaría ver otro espectáculo como el que llevaste a cabo.- Soltó una carcajada.

Tiago en miró y yo solo reí.

La despedida no duro mucho más. Las chicas ya se habían ido y ahora Tiago y yo nos encontrábamos en el patio trasero con los pies metidos en el agua de la piscina; hablábamos de tiempos pasados .

-Y entonces Matias cayó de cara contra el suelo solo por que le choque con mi bici.- Narraba Tiago. Solté una carcajada, recordaba bien ese día fue la segunda vez en que nos vimos.

-¿Recuerdas cómo nos conocimos?-Le pregunté; tal vez sea yo la única que recuerde ese día. Tal vez él ya lo olvido.

-¿Que si lo recuerdo?-Puso una cara de fingida confusión, pero luego sonrió dejando ver sus blancos dientes y sus hoyuelos aparecieron en cada mejilla.- ¿Cómo olvidarlo? Tendrían que quitarme la memoria para ello.-

-¿A sí? Pues dime cómo...-Su respuesta me había emocionado.

-¿Por qué? ¿Acaso tu si lo olvidaste?-

-¡No! Claro que no.-

Se acercó mucho a mi...demasiado... Sus ojos no se despegaban de los mios.

-Yo lo recuerdo perfectamente...- susurro, no era necesario levantar la voz estando tan cerca.
Coloco sus manos sobre mis hombros y se acerco aun más...¿Que iba a hacer?

-Oh no...-Le dije en un tono alarmante, ya se lo que planea.- No, no, no y no.-
Me ignoro por completo y me empujó de los hombros hacia la piscina. Salí enseguida a la superficie y me reía...mucho... Fue casi igual en aquella vez.

-Exactamente así nos conocimos Mel.- Dijo muy alegre.- ¡Y no me arrepiento de haberlo hecho!- Grito antes de saltar a la piscina.

¿De qué cosa no se arrepiente? ¿De haberme empujado a la piscina? ¿o de haberme conocido?

En busca de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora