Al instante en el que el extraño comienza a acercarse más y más a mí, Jason se me posiciona delante de forma protectora.
—No des ni un paso más. —Dice, intentando poner la voz más dura que encuentra, pero fallando debido al miedo. Sus músculos han vuelto a tensarse.
—¿De verdad creíste que este personaje podría ser yo? Por favor, no creo ni que tenga la fuerza suficiente como para coger papel y bolígrafo y escribir esta nota. —Dice ignorando completamente la advertencia de Jason y acercándose lo suficiente como para arrebatarle la nota de las manos, mirando fijamente a esta. Al poco, noto como su mirada cambia y dirige sus ojos a los míos. —Necesito que vengas conmigo, ahora.
—¡No va a ir contigo a ninguna parte! No puedes simplemente plantarte aquí y... —Antes de que pueda si quiera reaccionar, J.F. le había encestado un puñetazo a Jason, el cual, ahora estaba sentado inconsciente en el suelo del porche.
—Vamos, solo tenemos un par de minutos antes de que vuelva a recuperar la conciencia. —Dice, como si nada.
—¡¿Estás loco?! —Digo mientras corro para acercarme a Jason y comprobar que aún tiene pulso. Gracias a Dios, aún respira. —¡Podrías haberle matado! ¡¿Y aún así quieres que vaya a algún sitio contigo?! Estás loco si crees que voy a ir a ninguna parte con un chico al cuál solo conozco —Digo haciendo comillas con los dedos. —porque me dejó una nota misteriosa la cuál tiene las iniciales J y F como firma. No sé nada de ti. Ni si quiera sé tu nombre ahora que sé que no es Jason.
—Deberías calmarte, tanto oírte hablar me está mareando. Me llamo Jonathan Fitzgerald y voy a ser tu guía, por decirlo de alguna manera. —Dice mientras rueda los ojos y se acerca lentamente a mi. —No creas que a mi me gusta mucho la idea de tener que ser yo el que te explique todo esto pero, no nos queda otra, así que tendremos que aprender a convivir si queremos que todo esto salga bien.
—¿Si queremos que qué salga bien? —Digo parándome y cruzándome de brazos.
—La tormenta que está por venir. —Dice, acercándose velozmente a mí y elevándome en el aire. Para cuando me doy cuenta, ya hemos salido del porche y nos adentramos en un pequeño bosque cerca de ahí. De repente mis pies tocan el suelo y no veo a Jonathan por ninguna parte.
—¿Jonathan? —Digo buscándolo con la mirada mientras doy vueltas sobre mi misma como si fuera una peonza.
—Sígueme. —Noto que dice la voz medio entrecortada de Jonathan en mi oreja, y para cuando me voy a dar la vuelta, ya está a unos 20 pasos lejos de mí. —No tengo todo el día, Alycia.
Empiezo a caminar hasta ponerme a su lado. Bueno, más o menos, porque la verdad es que no sé cómo lo hace, pero no se cansa, y para cuando me doy cuenta, el ya está a otros 20 pasos de mí y yo estoy encorvada con las manos en mis rodillas intentando recuperar el aire.
—¿Te cansas tan rápido? Pensé que tendrías más aguante. —Dice con tono sarcástico.
—No es mi culpa que carezcas de pulmones o que tengas complejo de Flash. —Digo entrecortadamente por culpa de la falta de aire en mis pulmones. Lo oigo suspirar y acercarse a mí.
—Está bien, puedes subirte a mi espalda. Total, ya no queda mucho. —Dice mientras se agacha, me toma las piernas, y me levanta en el aire haciendo que automáticamente mis piernas se enreden en su cintura y mis brazos alrededor de su cuello fuertemente. —Si no aflojas tu agarre en mi cuello, el que va a tener la respiración entrecortada voy a ser yo y no va a haber forma de que lleguemos a nuestro destino hoy. —Sus palabras hacen que me de cuenta de la fuerza que estaba ejerciendo sobre su cuello y me ponga roja al mismo instante que las desenvuelvo y me agarro de sus hombros levemente.
—Lo siento, me has pillado por sorpresa. —Murmuro. Él, al notar que mis manos ya casi no rozan su cuerpo, las agarra entre las suyas y las vuelve a entrelazar a su cuello, con un agarre menos fuerte.
—Nunca dije que dejaras de agarrarte. —Dice mientras vuelve a posicionar la palma de sus manos bajo mis muslos, sosteniéndolos para que no sea tanto peso, y se pone a caminar hacia donde quiera que me esté llevando.
(...)
Dimensión Alternativa
Alistair habla de una manera muy natural, no con la típica voz de chico interesante, más bien diría que incluso tiene un tono humorístico. Me agarra del brazo mientras me lleva fuera del jardín.
—Bueno Alycia, creo que este es el momento en el que tengo que explicarte el tema de la nota, cosa de la que tendrás muchas preguntas. La verdad, se me da muy mal esto de ser el que lleva las riendas, a veces me cuesta saber en que pie va cada zapato y ahora por linaje, me guste o no, tengo que hacer esto, así que allá voy. —Sonríe de forma nerviosa. La verdad es que lo encuentro muy adorable, es bastante atractivo y mono al mismo tiempo, una combinación interesante, me gusta.
—Inhala, exhala. —Le pico. Él se pone rojo y nos lleva al interior del bosque. Normalmente, no dejaría que me llevaran a un sitio tan apartado pero, ¿lo habeís visto? Es un osito amoroso, un osito amoroso sexy.
—Muy bien, creo que aquí podré contártelo sin ningún problema. —Respira nervioso, mientras agita las manos mirando en todas direcciones.
—Bueno, ¿qué pasa? ¿soy hija de la mafia o algo así? —Me río intentando romper el hielo, está muy nervioso. Él permanece serio. —Espera, ¿realmente soy hija de la mafia? —Ahora la nerviosa soy yo.
—Bueno, hija de un demonio sí que eres. —Sonríe.
—Muy gracioso, ahora dime la verdad, Alistair. —Cruzo los brazos y me pongo seria.
—¿La verdad? Eres mitad demonio mitad humana, ¿alguna vez has visto a tu padre? ¿No, verdad? Una guerra está apunto de comenzar y os necesitamos a ti y a tu otro yo de una dimensión paralela, la cuál, está hablando ahora mismo con mi hermano y... —En ese momento rompo a carcajadas.
—Vaya, en serio tienes que decirme que mierda tomas, yo también quiero un poco de eso.
—¿Sabes qué? Mejor vayamos poco a poco. —En ese instante pronuncia unas palabras las cuales creo que son abra cadabra porque en ese momento, se abre una especie de portal de un color blanco resplandeciente.
—¡¿Pero qué...?! —En ese momento, me tapa la mano con la boca y me empuja hacia el portal junto a él.
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Nothing Gold Can Stay
Science FictionNature's first green is gold, Her hardest hue to hold. Her early leaf's a flower; But only so an hour. Then leaf subsides to leaf. So Eden sank to grief, So dawn goes down to day. Nothing gold can stay.