Capítulo 8

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Carajos, por que demonios me siento así?! Soy el anticristo, el hijo de Satanás, soy Damien. Pudiendo hacer y deshacer a mi gusto las cosas simplemente no salen como yo quisiera o al menos no las hago de esa forma,soy un todo poderoso y aun así este sentimiento de soledad me corroe.

La mayoría del tiempo me encuentro en un estado indiferente. Lo único que me alegra los días es ese chico rubio, Pip Turrip.

Roba mi mirada, hay muchos inconvenientes en este chico, es tan alegre que llego a pensar que al simplemente verlo puedo hacerle daño.

Sí, me lo como con la mirada, me gusta mucho. A veces con mis "poderes" hago correr una pequeña brisa y hacer que su cabello vuele un poco.

Es mi amigo pero aun así me veo muy lejos. Mi padre está de acuerdo en que me guste un hombre, pues a él también. Y aún con su apoyo y manipulación me ha propuesto controlar su vida de manera que me favorezca, no acepté pues quiero que sea la voluntad de Pip.

No soy el chico más atento del mundo ni nada parecido pero me he dado cuenta que su personalidad esta cambiando. Ahora habla más confiado, no parece intimidado y aun que me cueste si quiera pensarlo, ya no lo veo tan inocente como antes por supuesto que todos crecemos pero fue un cambio muy repentino, del día a la noche.

También hay algo que me molesta, no es raro ni nada pero se va apenas se escucha la campana de salida. El siempre se quedaba conmigo e íbamos a algún lado o platicábamos un poco sobre el día, los insoportables maestros y las chicas más putas.

Inclusive alguna vez unas niñas tontas me preguntaron en "privado" si es que Pip y yo eramos novios, me alegro escuchar eso de verdad nos veíamos tan felices y frescos juntos? Siendo amigos? Reí y contesté con un "no" en un tono de decepción y satisfacción, algo extraño pero así fue.

Ayer fue un día "normal" ya que no hablamos tanto pero ya estoy acostumbrado a esto. Pasó de un alumno ejemplar a uno aborrecido, ya no viene a clases o si viene llega tarde y se va antes de la hora de salida o simplemente las salta.
Su cara se ve demacrada, maltratada y malhumorado. No habla para nada además de que a veces cuando llega a dirigirme la palabra solo es por dinero o alguna pastilla contra el dolor de cabeza. Su forma de vestir cambió de igual manera, en vez de unos jeans celestes o grises usa ajustados negros, en lugar de una sudadera roja o algo lindo se pone unas camisas abiertas arrugadas con alguna playera de tirantes por debajo y ni mencionar su boina, posiblemente ya se deshizo de ella.

Hoy entendí el por qué.

Hoy me enteré que está enamorado.

Hoy me enteré que es por un chico vago sin futuro.

Hoy me enteré que le entregó su virginidad.

Hoy me enteré que no le importa nada más que él.

Dulce Y AmargoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora