Capítulo 13

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Cuando me desperté Azael ya no estaba a mi lado. Me desperté sola. Quizás aquí también traía mala suerte el ver a la novia antes de la boda. Descarté esa idea cuando me di cuenta de que en nuestras costumbres, tampoco debes dormir con la novia el día antes de la ceremonia, y eso se había incumplido puesto que dormimos juntos. No me dio tiempo a pensar más. Tocaron la puerta y yo indiqué que pasara. Era Minerva que venía bastante cargada con un baúl de madera con remates en oro, bastante bonito.

- Siento si he llegado demasiado pronto, pero la señorita debe comenzar a arreglarse para su boda –

- Minerva, ¿Cuánto falta para la boda? –

- Exactamente tres horas. No tenemos prisa pero siempre es mejor prevenir que curar. El señor quiere que luzca hermosa para este día –

Era más que claro que Minerva se alegraba por “nosotros”, pero era más que claro que se alegraba por Azael y lo que la boda le traería. En el recorrido que hicimos por los lugares que me enseñó, me dijo todo lo que había hablado con Azael sobre mí, que no me consideraba una mala chica y que si hacía por acostumbrarme, al final, me acabaría gustando este sitio y Azael, que no era un mal hombre. ¡Quién mejor que yo para decírtelo, si lo he criado! El recuerdo de Minerva orgullosa de sus palabras me trajo otra vez a la situación. Miré el baúl con curiosidad y la vieja sonrió. Abrió el baúl y sacó un precioso y pomposo vestido negro1 .

- ¡He aquí su vestido de novia! ¿Es bonito verdad? Espero que sea de su medida y que mi buen ojo no haya fallado esta vez – comentó divertida la vieja depositando el vestido en la cama.

- Pero es negro…Los vestidos de novia suelen ser blancos, ¿no? Por lo menos en el mundo mortal… -

- Sí, es cierto, pero aquí los colores claros, como el blanco, no están bien vistos. La pureza aquí no tiene cabida. Si te das cuenta, ahora mismo eres la única en todo este reino que tiene los ojos azules y la piel tan clara. Eres la novedad y estás causando mucha expectación. – mi cara tuvo que ser un poema porque Minerva enseguida se explicó mejor. – Entiéndeme, eres humana, y para ser humana eres muy bella. Muchas demonios sin conocerte ya te tienen envidia, por lo que se dice y por qué te casarás con un demonio muy cotizado por ellas. No te preocupes más. Vamos a hacer que se les caigan los colmillos con tu belleza, que se jodan. Ninguna de ellas es buena para Azael –

Y dicho esto, me sacó de la cama y me llevó al baño. Me dio un baño rápido y lavó mi pelo. Después de secarme el cuerpo y el pelo, escogimos juntas un conjunto de ropa interior rojo y una liga del mismo color. Comenzó a ponerme el vestido y pude ver a través del espejo como su sonrisa se ensanchaba al ver que la prenda me quedaba como un guante. Al final, su buen ojo no le ha fallado. El vestido realzaba el pecho y aplanaba mucho el vientre, hacía que me viera incluso más estilizada y alta.

Me sentó en una silla y comenzó a recoger mi pelo. Seguía siendo media melena castaña, pero hizo un precioso peinado2 a base de rizos recogidos que hacía que mi cara pareciera mucho más dulce. Además el maquillaje que me puso no era cargado, sino simple y natural, haciendo mi faz muchísimo más dulce y tierna. Adornó mi cuello con un collar3 muy pesado, me dijo que era todo de diamantes y que Azael lo había escogido para mí. Y para acabar unos tacones4 negros preciosos, de los que me enamoré a primera vista al igual que el vestido. Todo muy caro seguro, no hablemos del collar.

- Estas preciosa Rachel. Sin duda objetivo cumplido. Ahora que esas perras se mueran de envidia – el orgullo en la voz de Minerva hubiera levantado el ánimo de cualquier novia. Cualquier novia que no se hubiera encontrado en mi misma situación.

- Muchas gracias Minerva, de verdad. No se como afrontar ésto. -

- Tendrás que aguantar y acostumbrarte. No cuesta tanto. Estoy segura que puedes llegar a ser feliz aquí. Confía en mi -

You're my demonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora