Han pasado años desde que LadyBug y ChatNoir entraron en acción para mantener seguro a París. Cada vez hay más misterio alrededor de LadyBug y no es hasta que ChatNoir decide investigar al respecto que una cadena de sucesos, secretos y confesiones l...
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Adrien
Mire la foto del anuario de Marinette y suspire. Intente contactarme con ella e inclusive fui a su casa pero su madre me dijo que no estaba. Cuando al día siguiente no se presentó a la escuela y en lugar de volver a presentarme en su casa me cole en la noche a su habitación como ChatNoir, sabía que estaba confundida, pero esconderse no era digno de ella, no era digno de mi lady.
Trate de no husmear en sus cosas mientras llegaba pero me fue imposible ver un poster que tenía de mí en la pared, no pude evitar sonreír. Su cuarto había cambiado un poco en los últimos cuatro años, pero aún mantenía su esencia.
-¡El retiro estuvo bien mamá! Pero ahora realmente necesito una ducha y prepararme para mañana, no puedo perder más clases-escuche su voz acercarse y me mantuve en las sombras de su habitación. Su puerta se abrió y ascendió rápidamente antes de cerrarla. Se recostó en el suelo y miro el techo a la penumbra por un largo rato.
Yo solo la contemple, como ChatNoir tenía la ventaja de ver en la oscuridad. Una ventaja que me había servido con ella cuando fue a verme siendo ella LadyBug y yo Adrien.
-¿Por qué siento como si algo me faltara?-murmuró a la nada tocando su pecho. Esta vez me fue irresistible hablar.
-Talvez le falto yo mi lady.
Ella pegó un gritó incorporándose rápidamente.
-¿Q...quién anda allí?
-Soy yo mi lady-dije tratando de tranquilizarla. No esperaba esa reacción, cuando tropezó y cayó de espaldas fui a ayudarla. Trato de apartarme.
-¡Soy yo Marinette! No te hare daño.
-¡No sé quién eres!
-Soy ChatNoir.
-¿C...ChatNoir?-me rendí y fui a encender la luz, entrecerró los ojos y cuando se recuperó me miró detenidamente desde el piso-. ¿Pero q...qué haces aquí?-frunció el ceño y luego agrando los ojos incorporándose nuevamente-. ¿Pasó algo malo?
-Solo que no te has presentado a tus clases de nuevo y te vuelves a esconderte-me miro ceñuda. Analizándome, como si aún tratara de descifrar quien era yo o si la estaba engañando.
-¡Marinette, cariño, ¿te encuentras bien?!-gritó su madre desde abajo-.ella se mordió el labio sopesando una respuesta.
-¡sí! ¡Yo, tuve un pequeño accidente pero estoy bien!
-¿Necesitas ayuda?
-¡No, todo controlado!
-De acuerdo ¡llámame si necesitas algo!-.duramos un momento más a la espera de escucharla de nuevo. No paso. Suspire.
-Decías...-se cruzó de brazos.
-Te estás escondiendo.
-Pero yo tengo justificantes, es parte de un programa peculiar.
