Capítulo Ocho

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E: Es maravilloso. No podría estar más contenta.
Jose Manuel se aproximó a su abuela y le pasó un brazo por los hombros.
JM: Perdonen, será solo un momento. Esperanza, tenemos que hablar (dijo al tiempo que la tomaba por un codo y la conducía fuera de la sala y lejos de la periodista) ¿Qué demonios quieres decir con aquello de que el ordenador me seleccionó?
E: Tu caso era solo un ensayo (dijo ella a la defensiva) Pusimos tus datos cuando estábamos probando el ordenador. Pensé que te había borrado del fichero.
JM: Bien. Hazlo ahora.
E: No puedo borrarte (dijo ruborizada) Jose, escúchame, la periodista lo ha visto todo. Tú fuiste el único seleccionado. Y no hay más.
JM: ¿No te importaría explicarme cómo ha sucedido todo esto? (preguntó al tiempo que hacía un enorme esfuerzo para contenerse)
E: No sabría decirlo. Pero sucedió, y nada puedo hacer para remediarlo
Esperanza se plantó en medio de la estancia con las manos en las caderas, y sus ojos, tan azules como el cielo, clavados en él.
E: Necesito que salgas con esa mujer.
JM: ¿Y si me niego? ¿Qué le pasará a la empresa si me niego?
E: Estás en todo tu derecho y desde luego que no puedo obligarte. En cuanto a la empresa, no estoy segura de que pueda afrontar una campaña publicitaria adversa.
Jose Manuel era lo suficientemente mayor como para decirle a su abuela lo que quisiera, pero sentía demasiado respeto por la mujer que lo había criado, así que se abstuvo de ofenderla con las duras palabras que tenía en la punta de la lengua.
JM: ¿Y qué tendría que hacer? (se limitó a preguntar)
E: Salir con ella unas cuantas veces.
JM: ¿Cuántas?
E: Las necesarias para dejar satisfecho a su hijo.
JM: Eso sí que es duro, Esperanza. El chico es difícil de satisfacer.
E: Bueno, tal vez no le gustes a la madre. Entonces quedarás libre de cualquier compromiso (comentó encogiéndose de hombros)
JM: Y qué pasaría si a mí no me gusta (preguntó con una dura mirada)
Por primera vez una sonrisa iluminó el rostro de Esperanza.
E: ¿Tú crees que eso es posible, hijo?
JM: Todo es posible. Sé que esto no va a resultar (comentó con más suavidad) Y alguien puede salir dañado, incluso tu empresa.
E: Pero hay algo que no has considerado.
JM: ¿Y qué es?
E: Que ella podría ser ese alguien que has estado esperando durante todos estos años. Todo lo que tienes que hacer es besarla. Y entonces lo sabrás con toda seguridad.

=Un Marido para Mamá=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora