Capítulo Veintiseis

362 37 7
                                    

De camino al Hotel Internacional...
JM: Gordita, estabas tan entusiasmada como una pequeña. Tengo la impresión que no disfrutaste mucho en tu niñez.
I: No fue así; mi niñez fue muy normal.
JM: ¿Te criaron tus tíos?
I: Mis padres fallecieron cuando tenía cuatro años y ellos me llevaron a su casa. Son buenas personas y querían lo mejor para mí.
JM: ¿Crees tú que tus tíos se acostumbrarían a vivir aquí en México?
Habían llegado al hotel International. Bajo la farola de la calle tuvo un fugaz visión de las grandes montañas, convertido en hotel; una vista que siempre la emocionaba.
I: ¿Aquí? ¿En la Ciudad de México? ¿Qué sugieres, Jose?
Él se encogió de hombros al tiempo que abría la puerta.
JM: Tengo esa cabaña y no la utilizo para nada. Ahora que ya no apesta a zorrilla, podríamos decorarla y quedaría transformada en un confortable apartamento. Ellos podrían disfrutar de su independencia y tomar las comidas en la casa grande.
I: ¿No crees que ya tienes suficientes invitados en el rancho? (preguntó con cautela)
Él no respondió hasta llegaron al vestíbulo victoriano, la parte más antigua del hotel.
JM: ¿Quieres la verdad?
I: Sí, por favor.
Jose se detuvo junto a un gran reloj antiguo y la giró hacia él.
JM: Isabel, si traer a tus tíos a aquí pudiera ser una razón para que te quedaras, ahora mismo iría a buscarlos.
I: No creo que sea necesario, aunque es un tanto prematuro (respondió amablemente al tiempo que subían la escalera hacia sus habitaciones)
JM: No lo será por mucho tiempo (dijo al tiempo que abría la puerta y la dejaba entrar) Porque llegó la hora.
I: ¿La hora de qué? (preguntó ella ocultando una sonrisa)
JM: La hora de volver a pedirte que te cases conmigo.
I: Mi amor, nunca pensé que mi corazón latiera a 100 kilómetros por milla.
JM: Entonces, Lo harás, aceptas mi proposición de matrimonio?
I: Nunca pensé que volverías a pronunciar esas palabras, pero mentiría si te dijera... (apenas pudo terminar la frase cuando los labios de Jose ya estaban sobre los suyos)
Un largo instante después Jose Manuel la miró con una dulce sonrisa. Él no dejo que respondiera, solo continuó el beso. Al principio el beso fue algo tímido, tierno, pero después una vez que Isabel se soltó más empezaron a jugar con sus lenguas, el beso pasó de ser tierno y tímido a apasionado, admitiendo que ambos estaban completamente enamorados.
Después de varios minutos se separaron, se miraron a los ojos y sonrieron, sinceramente estaban felices.
JM: Isa, que lindo beso (Dijo Él dándole piquitos)
I: Hermoso beso (Dijo volviéndolo a besar con más intensidad)
Jose no lo podía creer. Le tomo de la cara y la besó con toda la pasión. La empezó a besar con toda su alma, quería demostrarle con ese beso todo el amor que le tenía, y que estaba feliz de estar con ella, después de ese beso bajó hasta el cuello, donde se detuvo un rato.
Empezaron a caminar de la sala de la suite hacia la cama mientras se besaban, cuando estaban a punto de llegar Jose Manuel dejo de besarla y le tapo los ojos.
JM: Espero que te guste esto mi amor (Dijo destapándole los ojos)
Isabel abrió sus ojos y más se emocionó, no podía creerlo, era demasiado para ella. Estaba toda la habitación llena de flores, menos un camino que los conducía a la cama. Se empezaron a besar, caminando hasta caer a la cama, Jose arriba de ella.
Suavemente le empezó a quitar la blusa a Isabel, mientras que ella le desabotonaba poco a poco cada botón de la camisa de él. Inmediatamente después él, le saco la falda y ella su pantalón. Estaban solo en ropa interior besándose como nunca, se amaban y querían demostrárselo el uno al otro.
Jose le saco el corpiño a ella, y bajo hasta sus pechos y los empezó a besar, Isabel no podía más el placer que este hombre ocasionaba en ella. Entonces Él le susurró al oído, te amo con toda mi alma y ahora sí que te voy a llevar al fin del mundo y la besó.
En cuestión de segundos, Jose Manuel se deshizo de las últimas barreras y finalmente y con mucho cuidado entró en Isabel. Primero fueron movimientos suaves, a los cuales ella respondía con gemidos, haciéndole saber a Él el disfrute y placer que le estaba ocasionando.
Después de un tiempo empezaron los movimientos más fuertes y apasionados. Ambos intercambiaron frases de amor, mimos tiernos y apasionados. Jose siempre estuvo a pendiente de Isa, quería que ella disfrutara en todo momento y que estuviera completamente segura de sus sentimientos y el amor que él sentía por ella.
Así estuvieron toda la noche hasta que quedaron rendidos, ella sobre su pecho y el abrazándola.

A la mañana siguiente Isabel se levantó temprano, mientras Josr dormía, ella se detuvo un tiempo a mirarlo. No podía creer nada de lo que estaba pasando entre ellos, pero era una bella realidad y estaba muy feliz. Sabía que Jose Manuel siempre la cuido en todo momento, y ella lo amaba, de eso no tenía ninguna duda.
Isabel se colocó la camisa de Jose y salió al balcón de la suite, observó un instante el lindo paisaje que tenía frente a sus ojos.
Era naturaleza pura, le encantaba ese lugar. La hacía acordar donde se había criado.
Ese pensamiento hizo que Isabel se acordara que tenía que ser honesta a Jose y sabía que había llegado el momento de contarle la verdad.

=Un Marido para Mamá=Donde viven las historias. Descúbrelo ahora