Candes.

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                        8 meses antes.

Abro la puerta principal de la casa para encontrarme con que Candes había echo de las suyas una vez más. Este gato me tiene harta, la verdad no tengo ni la más mínima idea como mi hermano la soporta. Pensándolo bien se parecen bastante -ambos son un desorden total-
Termine de recoger el desorden de la mal educada gata de mi hermano.

Recapacitando un poco, creo que hubiera sido mejor no hacerlo, no es mi obligación pero es tarde y no quiero discutir con mi padre y mi hermano. 

Miro el reloj y me percato de que son las 10:03 de la noche, no tengo ganas de ir a ver si Víctor sigue despierto. Se supone que tendría que estar ya en su habitación, pero nunca le hace caso a Patrick,es decir mi padre. Y sí, así lo llamo, ¿por qué? porque es su nombre daaaaah.


Subo las pocas escaleras hacia mi habitación, dándome cuenta de que mi puerta está abierta ¡diaaaablos!

Entro en el pequeño cuarto y sí, Como me lo había imaginado minutos antes: la maldita gata a echo de las suyas.

-Me niego a recoger el desorden echo por el felino desquiciado.- Gruño para mi.

-¡Victoor!- mi voz resuena en toda la casa,  y es algo que no me interesa. 

Al no oír respuesta de mi hermano corro a su habitación y no me apresuro a tocar, empujo la puerta y lo veo. 

Esta tirado en su cama - raro- algunas veces me gusta imaginarme que hubo un error en el hospital en el que nació y se confundieron de bebé, pero eso solo que queda en eso, un sueño, ya que todo mundo no tarda en decirnos lo mucho que nos parecemos, pero eso es cuando nos conocen por primera vez, después se dan cuenta de que, en primera eso es algo que me molesta demasiado y en segunda tenemos personalidades muy distintas, las cuales nos hacen ver a largo plazo muy diferentes. 

-¡Ey!- le gritó no importándome qué sea tarde, y que probablemente Patrick prepare un sermón para mi mañana. 

-¿ehhhh?- abre los ojos muy poco y me mira.

La sangre me hierve al ver que está tan tranquilo.

-levántate, Candes hizo un remolino en mi cuarto y como es tú gata ¡adivina!, ¡Lo limpias tu!- gruño.


-Esta tarde Nath, lo limpiaré mañana por la mañana.- promete. ¡Ja!, como si le creyera. Me rindo y salgo de su habitación, estoy segura de que algo murió ahí dentro, huele a una combinación de todos los olores desagradables que hay en el mundo.

Una vez que entro a mi cuarto me tiendo en la cama y no tardó en comenzar a cerrar los ojos

-Tengo que poner alarma- Le digo al vacío de mi habitación aún que nadie me escucha, y por lo visto ni yo misma por qué no hago nada por ponerla, al contrario, me tapo con mi vieja manta y me quedo dormida al poco tiempo.


El Amor De Tu Vida Puede Presentarse Dos Veces. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora