La mejor cita.

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-¿a dónde quieres que vayamos?- me pregunta Henrry.
-donde quieras, no soy exigente- le digo intentando suavizar el ambiente con algo de humor.
-jajajaja, bueno vayamos a Cornney's- me contesta. No tengo idea de que es eso y dónde está.
Al ver mi cara de confusión prosigue a decir:
-está a 3 calles. Es un restaurante, muy bueno, sé que te gustara- me dice y comenzamos a caminar sin nada que decir. Veo que está algo inquieto y está tirando de la manga de su camisa, no se que le sucede. Cuando menos me lo espero dice algo que me deja medió sorprendida medió halagada.
-¿puede tomarte de la mano?- pregunta nervioso. Vayaaaa, según yo eso no se pregunta, es de esas cosas a las que se les quita la magia si lo piden, pero igual es lindo que busque mi consentimiento. Aunque creo que es muy rápido pues apenas hemos salido con hoy una vez  pero aún así contestó.
-Claro- y le ofrezco una sonrisa tímida.
El alarga la mano hasta la mía y la agarra, no como lo hacen las parejas normales. Si no como lo hace algún padre «alguien que quiere protegerte»
Tiene una piel dura pero suave al tacto y sus manos están sudando como lo hacen las de un niño pequeño.
Seguimos caminando sin que ninguno dijera una sola palabra, hubo bastante silencio pero no un silencio incómodo sino todo lo contrario. Un silencio satisfactorio en donde íbamos por las calles de New York tomados de las manos, siendo teóricamente unos extraños. Pero eso no impidió que las mariposas de mi estómago comenzarán a molestar.
-Llegamos- me informa parando frente un restaurante bastante bonito y soltando cuidadosamente mi mano, que se había acostumbrado a su calor y ahora tenía frío.
-qué bonito- digo embonada viendo la decoración estilo vintage.
-sabía que te gustaría- dice en tono orgulloso.
Entramos en el lugar y el mesero nos indica una mesa libre en la cual podemos tomar asiento.
-¿que van a pedir?-nos pregunta en tono robótico.
No oigo lo que Henrry pide por ver el menú y escoger correctamente mi comida.
-quiero... lo que pidió el- digo ya que no he logrado escoger nada.
El solo sonríe y el camarero se va una vez después de haber tomado nota.
Platicamos de temas irrelevantes durante la comida/cena. Después el camarero me trajo algún tipo de pollo con especias que para ser sincera sabía muy bien.
Una vez que ambos terminamos nuestros alimentos discutimos sobre  quién pagará. Yo ofrecí  pagar la mitad     Pero Henrry como todo caballero se niega y termina pagando el.
Una vez fuera del establecimiento el me toma la mano está vez sin pedírmelo y se me hace un gesto muy lindo. 
-Hoy a sido genial- rompe el silencio y me sonríe.
-Si, estoy de acuerdo- le digo devolviéndole  la sonrisa.
-te llevaré a tu casa y no aceptare un no por respuesta- me informa con voz de triunfador.
-Si no puedo negarme, me encantaría- le contestó actuando que me doy por vencida.
Lo guió hasta mi departamento, me perdí unas cuantas veces pero nada grave.
-¿nos vemos mañana?- dice cuando nos acercamos a la puerta. Me doy cuenta que aún nos sujetamos de las manos y que realmente me gusta mucho sentir su tacto.
-Claro que si- le digo sonriendo de oreja a oreja.
-Gracias por hoy- me dice dulcificando su voz.
-no hay de que, me la he pasado muy bien.
Se acerca y sentí su aliento golpeando contra mi rostro, se lo que va a hacer y por reflejo me alejo de el. Tardó poco en darme cuenta lo que he echo y me siento mal, no sé por qué lo hice la verdad es que me gusta este chico.
-Perdón, no quería... perdón- dice tartamudeando y claramente avergonzado.
-No, fue culpa mía- le digo.
-Claro que no, yo me dejé llevar. - dice y en su voz detectó tristeza y decepción.
-Hasta mañana Henrry- le digo, sin verlo por qué se que me derretiré al ver su mirada decepcionada.
-Hasta mañana- me dice.
Estoy apunto de abrir la puerta cuando volteo a verlo; sigue parado en la entrada con la mirada pensativa y mis impulsos me ganan y camino hacia el. El me mira y yo tomo su rostro entre mis manos y veo sus hermosos ojos que me cautivaron desde el día uno. Sin pensármelo dos veces pego mis labios en los suyo y nos perdemos en un pequeño beso, pero a decir verdad unos de los mejores que he tenido en mi vida.
-Nath, me gustas. Sé que es pronto y apenas te conozco pero siento que te he tratado de toda la vida.- dice sorprendiéndome con sus palabras.
-a mi igual me gustas- digo sonrojándome un poco.
-Nos vemos en la entrada del campus mañana ¿si? Por favor- me pide.
-Claro que si.
-Gracias por hoy-me vuelve a decir.
Le ofrezco una de mis mejores sonrisas y me meto en mi departamento, inmediatamente después de cerrar la puerta sonrío como una verdadera tonta y tengo la impresión de que el está haciendo lo mismo, y me gusta.

El Amor De Tu Vida Puede Presentarse Dos Veces. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora