Adios casa.

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Es gran día, hoy me iré a New York  para comenzar la universidad. Tengo un torbellino de emociones: una parte de mi esta triste por las personas que extrañare, la otra está llena de curiosidad y la última un poco más grande que las demás está asustada, será un comienzo nuevo y me he estado haciendo a la idea un poco estos últimos días y podría decir que estoy lista.
-¿qué piensas?- pregunta mi padre, sacándome de mi lucha mental de pensamientos.
-¿eh? Nada...- miento.
-¿estás lista?- pregunta alzando un poco la ceja izquierda.
-claro, ¿por qué no estarlo?- miento nuevamente, no quiero decirle lo asustada que estoy. No quiero perder tiempo en un charla de esas que solo Patrick sabe dar.
No contesta, pero sus ojos me miran tratando de examinar mis emociones. Como si supiera que le e mentido.
-¿qué pasa?- preguntó, asiendo que mi padre mire en otra dirección. Qué bien; comenzaba a incomodarme.
-vamos- dice saliendo de casa, y apuntando con la mirada el carro un poco viejo que a decidido regalarme, para desplazarme en lo que se convertirá por un tiempo en mi hogar.
Víctor está ahí, frente «mi carro» lo conozco se podría decir lo bastante bien como para saber lo que le pasa por la cabeza. Esta triste, por una parte me siento mal por qué nunca nos hemos alejado tanto y menos por una extensión de tiempo tan largo y mi otra parte egoísta se siente reconfortada al saber que él me extrañara tanto como yo.
-hola- le digo a mi hermano ofreciéndole una sonrisa.
-¿ya es hora?- me pregunta.
-si- digo retirando mi sonrisa de hace un momento.
-llevas todo, ¿cierto?- pregunta mi padre, también se le nota un poco de ánimos bajos.
-sabes que si- le contestó soltando un risita picara.
Mi padre se acerca y me abraza, yo hundo la cabeza en su pecho y poco después me alejo de el.
-todo saldrá bien mi pequeña Nath- dice y en cierto punto me reconforta. Le ofrezco una sonrisa.
-que te vaya bien Nathally- dice Víctor.
-gracias- respondo. Entro al auto y enciendo el motor.
Me hubiera gustado que me acompañaran pero Vic tenía clases y papá tenía que trabajar. Me alejo de mi casa y mi pequeña familia, mientras salgo de la cuidad.

He parado varias veces, el camino de Seattle a New York es bastante largo. Llevo aproximadamente cinco horas conduciendo más los descansos y aún me falta algo así como una hora.
Menos de una hora después estoy en la dirección del departamento que me consiguió Juliana, es igual que en las fotografías. Me tardo muchísimo tiempo metiendo todas mis maletas a mi nuevo hogar, pensándolo bien hubiera aceptado la oferta del joven del parking de ayudarme a subir las pasadas maletas. Pero una vez que termino mi último viaje de subir mis maletas miro el departamento. Una de las cosas que me gusto desde que lo vi en las fotos es el echo de que venía amueblado y siendo sincera es un gasto menos. Me meto en la habitación que será mía, «en realidad es la única habitación». Me río como tonta de mi pensamiento ridículo.
Saco las cosas que utilizaré mañana en mi primer día de clases, saco de las maletas un vestido informal gris con pequeñas flores amarillo pastel y unos toms blancos, después agregó una chaqueta de mezclilla corta y así terminó con mi vestimenta de mañana.
Saco algunas cobijas y las colocó en la cama; a sido un viaje largo son las cuatro de la tarde pero me desperté bastante temprano y he conducido desde casa hasta aquí en un lapso muy corto. Estoy agotada, apago las luces y me arropo. No tardó  mucho en comenzar a sentir los ojos pesados.

El Amor De Tu Vida Puede Presentarse Dos Veces. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora