De compras.

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-Genial- se me escapa cuando llegamos al centro comercial, que para mi gusto esta demasiado lejos.
-¿qué cosa?- pregunta la mujer sentada a mi lado ala cual apenas conozco,  mientras frunce el ceño.
Decidido guardar silencio ya que mi último comentario se me a escapado. Melissa lo pilla y no dice más, hasta que estamos a las puertas de la primera tienda. ¡Perfecto!- digo para mí misma, odio venir de compras.
En realidad casi nunca vengo de compras, excepto como mucho una vez al año. Soy sencilla y llevo lo mismo casi todos los días, mis colores favoritos son neutros y no me gusta que mi ropa llame mucho la atención.
Melissa comienza a ver ropa, se concentra en un vestido rosa chillón, el cual en confección no está nada mal. Pero solo ver el color hace que quiera arrancarme los ojos.
-¿qué tal este?- pregunta.
- creo que está bien.
Asiente y sigue viendo más cosas, entre ellas un bolso para mi gusto muy sencillo y muy caro.
El tiempo se va rápido, que para mí es genial. Melissa se ha pasado todo el rato viendo ropa solo para ella lo cual no me molesta por qué a mí no me ha gustado nada, pero me frustra que solo lleve escogido 2 vestidos en las casi 2 horas y media que llevamos aquí.
Miro mi teléfono en busca de algún mensaje o llamada que se me haya escapado.
Hay un mensaje de la agente que me va a conseguir un departamento dentro de mis estándares en New York.
«¡eh encontrado uno, creo que es genial para ti!»
Enseguida en el mensaje están anexadas fotos de un departamento que me gusta mucho, pero no sé si esté dentro de mi presupuesto.
Sin pensarlo dos veces la llamo.
-¿bueno?- se oye la voz de Juliana al teléfono.
-Em, hola. Hablaba para ver lo del departamento que me has mostrado en el mensaje.- contestó.
-oh si, ¡Nathally Jonson!. Perdón no reconocí en número.- genial, en realidad esta mujer le da muchos rodeos a lo que en realidad quiero saber y eso me enfada un poco.
-no hay cuidado- «claro que lo hay» pienso.
Después de hablar con ella y ver bien lo del presupuesto, resulta que lo están alquilando a un precio bastante justo. Se sale un poco de mi presupuesto, pero nada que no pueda controlar.
Vuelvo donde Melissa.
-¿no vamos?- preguntó bastante aburrida.
-si, vayamos a pagar- responde.
¡Por fin!. Salgo de la tienda para esperarla en el coche mientras paga. Reviso mi reloj y son las cinco cuarenta y ocho.
Un día perdido, con la espantosa bruja que me cae mal. Lo único bueno de este día es que conseguí departamento, y no tendré que aguantarla más que dos semanas más en los que está listo el traslado al campus de mi universidad.

El Amor De Tu Vida Puede Presentarse Dos Veces. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora