El Amor De Tu Vida Puede Presentarse Dos Veces.

Fiesta parte 1

-¿estás lista?- pronuncia Henrry en la sala.
Tal vez, solo tal vez me retrasé un poco, pero es que no sabía que ponerme, no tenía ni idea si tenía que ir con algún conjunto formal o informal o como sea que se vistan las chicas para acudir a fiestas, la cual es cosa que ignoro. Así que termine por ponerme una falda azul turquesa (mi color favorito del mundo) con una blusa de tirantes negra y una chamarra de mezclilla, acompañadas con unos zapatos bajos color negro que me regalo la navidad pasada papá. Creo que me vestí bien así que no me moleste en maquillarme, a quien engaño soy demasiado perezosa para maquillarme algún día.
No le respondo a Henrry, lo único que hago es abrir la puerta de la habitación para así anunciarle que efectivamente he terminado y que es hora de irnos. Bueno en teoría era hora de irnos desde hace media hora, pero los chicos geniales llegan tarde. Bueno, yo llego tarde «siempre»
-Te vez- Henrry me mira y medita una vez más lo que sea que valla a decir- te vez hermosa.- inmediatamente sus mejillas se tiñen de un color rosa tirándole a rojo, que hace que se vea más lindo de lo normal.

-Tu también, bueno no. Bueno quiero decir tú también te vez bien- genial Nathally ahora pareces retrasada.

-Vamos tarde, hay que apurarnos- me dice, y sé que está completamente en lo correcto así que evitó contestarle y solo asiento.

Salgo del departamento (no sin antes cerrarlo con llave) y me adentro en el auto de Henrry que ahora se dirige a la fiesta de una persona que no conozco para nada.

La casa en la que es la fiesta es muy grande y créanme que cuando me refiero a MUY es completamente verdad y me quedo corta. Está adornada con globos y por todas partes alumbran luces de todos colores, que pueden llegar a ser molestas, eso sin mencionar la música que puede dejarte sin audición.
Yo me aferro al brazo de Henrry, para así no ser devorada por la multitud de adolescentes nadando en alcohol.
Al frente del nosotros hay una pareja de jóvenes los cuales se besan como si no hubiera mañana, realmente no sé cómo demonios logran respirar. El chico parece que se va a comer a la joven. Desvió la mirada asqueada y jurando que yo nunca seré como ellos.

-¿quieres algo de tomar?- pregunta Henrry una vez que llegamos a un sofá que está al fondo de la casa.

-Claro, nada con alcohol por favor.

-A sus ordenes majestad- dice dirigiendo una mano a su frente, imitando a un soldado.

Lo veo alejarse entre los cuerpos bailarines de los chico.

-hola lindura- pronuncia una voz áspera que parece que a bebido un bar entero. Volteo la mirada hacia el origen de esta y me encuentro con el chico que me hablo de primer día de clases, Jayden creo que así me dijo que se llamaba. -hola.

-¿quieres bailar?- me interroga echándose en el sillón a mi lado, muy a mi lado. Tanto que me está aplastando

-no, vengo con alguien.- digo secamente esperando a que capte la indirecta muy directa y se busque a otra chica a la cual molestar.

-vamos, será divertido-grita sobre la música al momento en el que jala mi mano para que lo siga.

-no, de verdad no tengo ganas- jalo de su agarre en un intento fallido de safarme de el.

-en este momento ya no te estoy preguntando- en su mirada hay un un toque de diversión macabra. Yo jalo más fuerte, pero no lo suficiente pues el me arrastra por toda la casa hasta él área donde están bailando todos.