«Arrow»

214 21 7
                                    

Mis padres me regañaron por no haber pedido ayuda cuando vi a Jeff, pero luego me consolaron por la pérdida.

Él fue un gran hombre y amigo. Nos había dado acogida sin pedir nada a cambio. Descubrí que él tenía tuberculosis y murió. Al parecer después de morir, él se convirtió. Me pregunto si con todos pasa lo mismo.

Obviamente les revelé mi "secreta mochila de supervivencia" a mis padres antes de irnos a la prisión. Todo este tiempo me sentí tan estupida por haberla olvidado, pero nunca lo comente para no compartir mi estupidez. Acordamos en que buscaríamos en casa, cosas que posiblemente necesitemos.

Cuando subí a mi cuarto me acosté un momento en mi cama. Jamás pensé que diría esto, pero extrañaría esta casa.

Dejé la ropa que estaba puesta y me alisté para salir.

***

–Te ves bien– escuchó detrás de mí. Mamá. Me sonríe y abre sus brazos indicando que me acerqué a ella.

–Tu también– la abrazo. Me siento cómoda, necesitaba un abrazo de mamá de esos que dicen «Toda esta mierda por la que pasas se fue, estás conmigo»- Siempre te ves linda

–Eso es verdad– nos interrumpe papá. Hace una señal para que entremos al auto. Obedecemos– Desde que vi por primera a tu mamá– me cuenta papá cuando ya enciende el auto– pensé que era una chica linda y me gustaba, pero después de que pegara a ese policía me pareció hermosa y me enamoré de ella– ahora besa la mano de mamá mientras mantiene su vista en el camino.

–¿Golpeaste a un policía?– preguntó sorprendida y mamá ríe.

–Antes, cuando vivíamos aquí en Atlanta, tuve la primera cita formal que tenía con Amanda–comienza papá- estaba demasiado nervioso.

–¿Tú nervioso?– pregunté confundida.

–Solo tú mamá me ponía así.

–Es verdad–mamá hizo un flip hair. Todos reímos.

–¿Qué tiene que ver esto con golpear a un policía?

–Déjame terminar. Estaba tan nervioso que rebasé el límite de velocidad y un policía me hizo parar. Se notaba que era su primer día porque se demoraba preguntándome por mis documentos. Me estaba retrasando y seguía nervioso, entonces estúpidamente le golpeé en la cara tan duro que cayó al suelo y me dejó un moretón.

No puede evitar reír como una demente de solo imaginarme la escena.

–Cuando llegué a la casa de tu mamá, ella se dio cuenta del moretón y la hinchazón. No me quedó más alternativa que contarle. Se enojó, me curó, y me regañó. Sabía que esa chica malhumorada- mamá le pegó en el hombro- solo estaba preocupada de mi, y supe que era la indicada.

–Oww– hice un corazón con mis manos– ¡Qué cursi!

Todos reímos.

Pasamos así dos días. Fue genial, conversábamos de anécdotas, de vez en cuando nos encargábamos de pocos zombies solo con cuchillos, mis padres se turnaban para manejar, en las noches tuve el permiso de quedarme de guardia, por pequeños intervalos, y me sentía parte importante del equipo.

Lástima que no duró tanto.

Después de un buen rato manejando, decidimos salir del carro, estirar las piernas y comer sopa enlatada.

Papá acabó más rápido y fue al otro lado del auto a llenar el tanque de gasolina. Asomé mi cabeza por encima del auto para ver a papá.

Rápidamente se acercó un zombie hacia él, pero él ni siquiera sé inmutó.

No tenía tiempo para atacarlo con el cuchillo así que saqué mi pistola y disparé al zombie. Papá se asustó y se acercó, al igual que mamá quien me quito la pistola de mis manos.

–¡¿De dónde conseguiste esto?!

–Tranquila, mamá. Jeff me lo dio antes de...– hice un ademán con mi cabeza no queriendo decir lo que le pasó– Me dijo que la usara bien y lo hago. Un zombie se estaba acercando a papá y yo lo salvé.

–¡Todavía eres pequeña para estas cosas!

–¡Papá!– busque defensa en él, sin embargo no la encontré.

– Tu mamá tiene razón...

–¡Yo también necesito defenderme! No siempre van a protegerme, no quiero morir.

–¡No vuelvas a decir eso!

A este punto ya teníamos nuestros tonos de voz altos.

Se acercaron tres zombies a nosotros. Papá se acercó al más grande, yo me iba a encargar del segundo, pero mamá me detuvo.

–Tú de ese– me señaló a la más pequeña de todas. Debía tener mi edad. Me sentí mal por ella, pero la saqué de su sufrimiento con mi cuchillo.

Se acercaron dos más, acabé con ellos. Vi que papá tenía a cinco tras él y mamá tres. Se amontonaron más y luchábamos. Tenía demasiado miedo.

En un rápido movimiento mamá me dio mi maleta y el arma.

–¡Brooke, corre!

–¡¿Qué?! ¡No!– dije acomodándome la maleta y la vez atravesaba mi cuchillo en la cabeza de un zombie.

–Bebé, te amo– a mamá le temblaba la voz– Quiero que corras y sobrevivas. Has siempre lo correcto. Ve a la prisión, nosotros te alcanzaremos luego.

–Mamá no les voy a deja...– un cuerpo se abalanza sobre mi causando que caigamos y otro se acerque a mi por atrás. Lo empujo pero es demasiado pesado. Un disparo en su cabeza hace que el cuerpo deje de forcejear y caiga encima mío. Papá aparta el zombie de mi cuerpo y me ayuda a levantarme.

–Corre– besa mi frente rápidamente y me empuja. Obedezco y corro lo más rápido que puedo al bosque con lágrimas en mis mejillas.

No sé cuánto tiempo llevo corriendo, pero a este punto tengo la respiración entrecortada, no sólo del cansancio de haber corrido, sino por haber llorado tanto.

Dejó de correr y pongo mis manos en mis rodillas exhausta. Ni siquiera recuerdo por donde vine.

Me doy cuenta que he llegado a una casa. Camino hacia esta para al menos descansar un momento. Pero de repente cuatro zombies aparecen tras los arbustos y otros más salen del bosque. De cierta manera logran rodearme.

¿Hoy es el día de «Atacar a Brooke en masa»?

Veo que uno de ellos era de los que estaban cuando nos atacaron en el auto. Si el sobrevivió, papá o mamá... Las lágrimas no tardan en escapar. Siento la adrenalina en mis venas. Con mi cuchillo ataco a demasiados zombies, pero me faltan algunos.

Tomándome por sorpresa , un zombie se abalanza sobre mi. ¡El segundo en el día! Forcejeo para quitarlo encima mío, pero este es demasiado gordo que me deja sin respiración.

Una flecha atraviesa su cabeza causando que ccaiga encima mío.

¿Qué mierda?

***
Espero que sepan de quién es la flecha

Melissa xx

Never be alone ↝ C. Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora