«Best Friends?»

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Me despierto asustada. Ha sido solo una pesadilla. Soñé que Jeff trataba de advertirme de algo pero no le entendía. Cuando entendí el mensaje era tarde, un caminante ya me estaba mordiendo el cuello y otros cuatro me arrancaban mis extremidades. Desearía soñar con ponis y unicornios, en vez de cosas tan traumantes.

Traté de usar mi maleta como almohada y peluche para sentirme cómoda, pero fue en vano, no volví a conciliar el sueño.

Todos están dormidos y no quiero despertar a nadie, así que sigilosamente me levanto para hacer guardia. Si no podía dormir al menos haría algo productivo.

Coloqué mi arma en un bolsillo de mi chaqueta y el cuchillo en un bolsillo de mi pantalón con cuidado para no lastimarme. Necesito encontrar uno de esos cinturones para guardar mis armas como la de los demás.

Me acerco a la malla dispuesta a ver si alguien se acercaba.

¡Pero si no se ve una mierda!

Pienso

Entrecierro los ojos para ver algo a través de la malla, o al menos intentarlo.

–¿Qué haces?– pregunta una voz burlona causando que salte en mi puesto y acerque mi mano a mi pistola. Veo tan solo con la luz de la luna a Daryl con los brazos cruzados arrimado a la malla.

–No puedo dormir– bufo.

–Acostúmbrate a esto, niña.

–No me digas niña– respondo harta de que solo sea una niña vulnerable a los ojos de todos.

–Como sea– rueda los ojos

Ambos nos quedamos en silencio viendo a través de la malla. Al menos yo no veo nada excepto una mancha negra que parece ser el bosque

–¿Eres la novia de Carl?– Esa pregunta me toma por sorpresa.

–¡Solo somos amigos!– digo con los ojos demasiado abiertos.

–¿Y por qué lo abrazaste tan..– movió sus manos no encontrando las palabras para explicarlo– como lo hiciste hoy?

–Tuve un mal día. Perdí a mis padres– un nudo se me hizo en la garganta de solo recordarlo. Sin embargo seguí hablando porque debía empezar a ser una chica dura. Después de todo, ellos posiblemente escaparon –casi muero dos veces, y un grupo de desconocidos me estaban apuntando– ahora lo miro directamente a los ojos –y fue un gran alivio ver a mi único amigo de Atlanta.

–Oh, lo siento– dijo de mala gana. Tal vez porque le importaba una mierda mi vida. De todas maneras asiento.

–Ah, gracias– regreso mi vista a la malla.

–¿Eso es sarcasmo o qué?

–No– suelto una risa nasal– Un zombie, o caminante; como ustedes los llaman; obeso se abalanzó sobre mí y tú atravesaste una flecha en su cabeza.

–Si, como sea– mueve la cabeza restándole importancia. Sin embargo noto una pequeña sonrisa.

–¿No te pesa la ballesta?– hace tiempo quería preguntarle eso.

–Ya me acostumbre a cargarla.

–Oh– no tengo nada más que decir. Él me mira curioso, me incomoda su mirada –¿Qué?

–¿Cuál es tu apellido?

–¿Adams...?- ¿para qué demonios quería saber mi apellido?

–¿Conocías a un tal Liam Adams?

–Es mi papá- sonrío impresionada.

–¿Y tú mamá es Amanda?

–Si– contesté sonriendo y mostrando todos mis dientes.

–Sabía que él se iba a casar con ella– dijo para sí mismo, sonriendo y mirando a través de la malla –Es un lastima que ellos...– su sonrisa se borró sabiendo lo qué pasó.

–¿Los conociste? Bueno... claro que los conociste– empiezo a balbucear rápido, pero es por la emoción de que haya conocido a mis padres– ¿Cómo lo conociste? –preguntó ahora calmada.

–Yo era amigo de un mecánico. Y él me pidió que le enseñé a su sobrino a manejar la motocicleta...

Así seguimos casi toda la noche. Aprendí muchas cosas de cuando mis papás eran jóvenes y hubo un poco más de confianza entre Daryl y yo.

***

Rick, Glenn, Daryl, Maggie y T-dog se acercaron a la entrada para despejarla de zombies. Los demás hicimos lo mismo que ayer. Rápidamente entramos al pabellón con facilidad. Rick nos dijo que podríamos descansar unos minutos hasta instalarnos, fue un alivio volver a estar en un lugar sin necesidad de mirar atrás cada 10 segundos asegurándose que no te siga ningún zom... Caminante.

Elegí una celda la cual era la más apartada. Me senté en la cama y me di cuenta que tenía una almohada llena de sangre, pero decidí ignorarlo. Luego la cambiaría. Simplemente dejé mis cosas y respiré profundamente. Nunca pensé que estaría en una prisión, y menos que estaría feliz estando en ella.

Saqué todas las cosas que tenía, el mapa, tres barras de chocolate (tal vez caducadas), fósforos, un peine, algunas ligas para el cabello, velas. Al fondo me sorprendo cuando veo las dos fotos con las personas que más amaba.

Primero aprecio la foto de Jack y yo semanas antes de que me vaya a Atlanta. En realidad imprimí dos fotos en una sola hoja y la doble. En la primera, los dos estábamos con nuestras manos en nuestras espaldas y sonriendo inocentemente. Esa imagen se la mostraba a mis familiares y personas adultas.

Al otro lado, cuando desdoblabas la imagen, yo me encontraba haciendo boca de pescado, halando mis orejas y con los ojos virados y Jack mostraba todos sus dientes en una mueca y me abrazaba por los hombros con un brazo. A la vez él sacaba el dedo del medio con ambas manos apuntando a la cámara.

Reí nostálgicamente viendo la foto. Desearía volver en el tiempo... a los viejos buenos tiempos. *N/A: alguien dijo TØP?*

Veo la foto de mi familia. Yo estaba encima de los hombros de papá con una sonrisa exageradamente grande. El posaba como un superhéroe y mamá besaba su mejilla abrazándolo por la cintura.

Al ver esta no pude evitar que una lagrima salga por mi mejilla. Tal vez debí quedarme con ellos cuando nos atacaron. Tenía demasiado miedo a morir, pero al menos hubiera estado con mi familia.

–Brooke, ¿puedo quedarme en la lite...?– la voz de Carl me toma por sorpresa, sacándome de mis pensamientos y causando que estúpidamente bote las fotos –...ra de arriba?

Rápidamente me seco la lagrima que caía por mi mejilla, y fingo una sonrisa –Lo siento– meneo mi cabeza mientras me levanto –Está bien, puedes quedarte.

Me agacho a recoger rápidamente la imagen de mis padres y cuando me acerco a la foto restante me doy cuenta que él ya la había levantado.

Me siento en la cama cabizbaja. Siento un peso en el colchón y regreso a ver a Carl que me ve un poco apenado.

–Quiero dejar de ser débil. Créeme que lo intento, pero es difícil.

–No te conozco mucho. No puedo asegurarte si eres fuerte, pero si no lo eres sé que podrás serlo.

Nos quedamos en silencio mirando el suelo, yo con una sonrisa de lado en mi cara.

–Pero– me agarra el hombro haciendo que lo regrese a ver –Puedo asegurarte que nunca más vas a estarás sola. Tienes a todo el grupo, y sobre todo me tienes a mí, puedo ser tu nuevo mejor amigo– me sonríe –y tú podrías ser la mía. ¿Ok?

El me ofrece su mano. Yo niego sonriendo y eso le sorprende pero lanzó una pequeña risa y lo abrazo

–Ok.

***
Heeeeeey...

Este fue el noveno capítulooo...

Por favor, sean buenas lectoras y voten. No sean lectoras fantasmas :-(

Melissa xx

Never be alone ↝ C. Grimes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora