Yoongi nunca había conocido a una persona de sentimientos tan frágiles como Jimin.
Pero al mismo tiempo tan fuerte.
➳ Basado en sentimientos reales, quizás de vez en cuando un poco exagerados.
//editando.
Cuando Yoongi llegó a su departamento notó que tenía una duda, una duda que lo carcomía cada minuto de su existencia.
¿Por qué le interesaba tanto ayudar a Jimin?
Suspiró mientras se sentaba en el sofá, para luego ver como su gata sumamente mimada, llamada Mimi, se acercaba a él para finalmente reparar en su regazo y acomodarse ahí, siempre hacía eso.
Mordió su labio con suavidad y empezó a acariciar a su mascota con lentitud, sintiendo en el silencio de su hogar como ella ronroneaba en muestra de agradecimiento por el cariño que estaba recibiendo.
Por primera vez después de tantos días se empezaba a formular verdaderas preguntas que debió haber pensado antes.
—Cuando leí la primera nota, lo hice por curiosidad. ¿Seguí leyendo, también por curiosidad?
La gata observaba como su amo hablaba solo, para luego levantarse del regazo de este; no sin antes llenarlo de pelo e irse a dormir a la cama que Yoongi le había comprado.
Las cosas en la mente del mayor se habían desordenado de la nada, no tenía muy claras las cosas y eso solo era, un dolor de cabeza más que soportar.
Respiro, hasta que el rompecabezas decidió armarse solo como si fuera por arte de magia.
Recordó cada vez que leía como Jimin sufría; sentía pena. Cada vez que el escribía que algo bueno le sucedía; sentía felicidad. Cuando decía que no podía más; sentía que debía ser un suporte. Cuando colocaba que una chica se le había declarado; sentía celos, rabia. Cuando expresaba que lo habían molestado; impotencia, enojo.
Y cuando le habló, cuando lo acogió entre sus brazos y tuvo sus ojos llorosos frente a su rostro. Cuando tuvo a ese chico inocente, ese chico que tenía una de las más bonitas sonrisas que jamás había visto.
Esa sonrisa hacía que el corazón de Yoongi se acelerara, sin que él lo notara.
Y lo entendió, finalmente lo entendió.
Estaba enamorado, Enamorado de Park Jimin.
Un amor que creció a través de unas letras en un papel, en una hoja que termino siendo las pláticas de todos los días donde el menor se desahogaba y sacaba todo lo malo de su interior.
Nunca pensó que le podría gustar una persona de esa forma, en tan "poco" tiempo. En las películas eso se veía tan estúpido, ¿cómo alguien podría enamorarse de otro en cuestión de días? sonaba ilógico, cliché, estúpido y un montón de cosas más.
Pero estar enamorado lo hacía sentirse feliz.
Inclinó su cabeza para atrás y sonrió, mientras soltaba una pequeña risa e observaba con un brillo en sus ojos el paisaje que se veía desde la ventana, algunos rayos solares lograban invadir su campo de visión.
—Park Jimin, me gustas. ¡Me gustas muchísimo! ¡estoy enamorado de ti! —Elevó su voz.
Casi lo gritó, no le importó molestar a los vecinos de los otros pisos o algo así. El simple hecho de saber que ahora podría ser esa parte que tanta falta le hace a Park Jimin. Que podría ser su felicidad, y Jimin la suya.
Una vez que te das cuenta que podrás llenar el vació de una persona. Te das cuenta que tu también tienes uno. El amor es eso. Complementar a la otra persona. Por eso nos ilusiona tanto enamorarnos. No pensamos en llenar a la otra persona. Pensamos que nosotros nos vamos a sentir completos. un poco egoísta desde esa perspectiva. ¿No?
— Ahora mi nuevo objetivo principal.
Tomó aire con fuerza, y lo botó para luego darse ánimos mentalmente, tenía que afrontar toda una nueva situación.
—Conquistar a Park Jimin.
Con tanto entusiasmo estaba que el mayor no se percató que su tierna mascota lo miraba desde la cocina, con una expresión de la más pura intriga y haciendo una seña con la pata para que su dueño viniera a llenar su recipiente de comida antes que empezara a destruir todas las almohadas del lugar.
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