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Jimin realmente no imaginó qué ocurriría si su plan no resultaba de la manera esperada. Todo iba a salir como en su mente se creó, y nada más tendría que preocuparle. No tendría que lidiar con más presión, más miradas, más odio.

Pero eso no pasó.

Sus ojos se vieron aturdidos por la luz que pronto reconoció, era de la sala de estar de su hogar.
¿qué hacía ahí? ni una respuesta se formaba en su mente, según el, debería estar muerto.

Movió su cabeza para ver su brazo izquierdo, unas vendas adornaban toda su muñeca, cubriéndola totalmente del probable desastre que parecía. ¿Quién..?

La silueta. ¿quién era la silueta? esa persona evitó... evitó que se fuera.

—  Jimin.

Alzó su mirada, encontrándose con alguien que el no esperaba que estuviera ahí. Sintió que el pulso se le congeló, una ola de verguenza, pena, enojo e incertidumbre llevándoselo lejos. Con las pocas fuerzas que logró agarrar se acomodo en el sofá, mientras mantenía una mirada fija en el suelo. ¿Ahora que podría decir? 

— Yoongi. ¿tú..? ¿tú apareciste de la nada? 

—  Sí, no iba a dejar que cometieras una estupidez. O que por lo menos, se concretara. 

El mayor se sentó a su lado, examinando al menor que se encontraba levemente confundido por la situación, aturdido una palabra que no daba abasto para el huracán de emociones pasando por su cara. Hasta que este dirigió sus manos a su rostro y lo cubrió totalmente.

Soy un cobarde. — Susurró esto, como si quisiera que nadie lo supiera. Como si estuviera tratando de ocultar una verdad que era secreto a voces. Empezó a sollozar en silencio. Su muñeca llena de vendas le provocaba una gran picazón y dolor, pero él solo ignoraba esto y dejaba que las lágrimas salieran sin detenerse.

Jimin... — Yoongi se había puesto levemente nervioso ante la situación, pocas veces le había tocado consolar a alguien, aún más dada la extrema situación en la que se hallaban. Tenía su propio tumulto de emociones, todas rogando por una respuesta de parte del muchacho que lloraba enfrente suyo, pero tendría tiempo para lidiar con eso luego, y Jimin no era responsable de su rabia, tampoco merecedor de su desahogo en ese estado. Por lo cual, sólo acudió a lo primero que procesó su mente, abrazar al contrario como si la vida le fuese en ello. Estaba vivo, estaba ahí. Eso importaba.

¿Por qué? nadie me hubiera extrañado si me hubiera muerto, debiste dejarme ahí tirado. — Seguía manifestando lo que pensaba en débiles palabras, el abrazo se hacia más estrecho. Ninguno de los dos quería separarse, de alguna u otra forma se sentía bien. 

—No digas eso.

—  Es la verdad, me olvidarían en el paso del tiempo. ¡debiste dejarme morir!

—  Jimin.

—  ¡Soy un problema, un obstáculo en el camino..!

Con sus manos ásperas, Yoongi tomó aquel rostro impropio y le entregó una caricia, un cariño que Jimin repentinamente sintió como si todo el mundo hubiera dejado de pesar. Aquellos ojos reflejaban preocupación, cariño, tristeza, siquiera...¿amor? el tiempo para procesar aquello fue casi nulo, sintiendo ahora una nueva sensación.
Los labios del mayor se movían lentamente contra los suyos, con cuidado y dulzura. En cuanto al menor, no sabía que hacer.

Su sorpresa fue inmediata ¿Yoongi lo había besado? sin embargo un raro instinto nacido de su corazón le hizo que correspondiera el contacto a los segundos, sin pensar en nada más. Sin darle más vueltas a aquello que ya había pasado.

La acción era suave, tierna. Sus respiraciones se mezclaban de boca en boca y sus labios se movían sobre los ajenos como si hubieran nacido para ese momento exacto.
Los ojos de ambos se mantenían cerrados, disfrutando cada roce exquisito que se proporcionaba entre ellos. Sus cuerpos se acercaban más de lo que ya estaban, se acomodaban perfectamente.
Como piezas de un rompecabezas, mitades que se habían perdido en el espacio tiempo y terminaron por juntarse.

Hasta que se les termino el aire en sus pulmones duro el beso, el silencio invadió el lugar por completo luego de eso.

—  Yo si te hubiera extrañado, porque estoy enamorado de ti. Park Jimin.

Sus mejillas adquirieron automáticamente un tono rojizo, bajo su mirada cual niño pequeño sumamente avergonzado y cuando quería decir algo las palabras simplemente no lograban salir de su garganta. 

—  No sé si yo te gusto, pero te puedo enamorar. Solo dame tiempo y te daré todas las razones que puedas pedir para seguir en este mundo, déjame hacerte feliz.

Y la respuesta fue otro beso con mayor intensidad, que fue correspondido al instante por él mayor.

Es un sí.

Perdón si hay algún error, no me fije. <3
Tengan.. bonita noche/día. ¿?

PAS ❘ ❛notebook ; yoonmin❜ ❪EN EDICIÓN❫Donde viven las historias. Descúbrelo ahora