PARTE RELLENO (1)

190 27 2
                                    

Veinte minutos después de despedirse del sr. Cha, Hyuk yacía en la cama con los ojos abiertos y los dedos entrelazados bajo la almohada, contemplando la oscuridad mientras varios rostros le cruzaban por la mente como globos sueltos. Jiong Hang, que se parecía al hombrecillo de las tarjetas del Monopoly; lo vio entregándole la que decía "Queda libre de la cárcel". Rhoda Simons con un lápiz enredado en el pelo, diciéndole que se decía medias de nailon, no miedas de nailon. Shindong, una versión humana del planeta Júpiter, ataviado con pantalones de mezclilla y una camiseta con escote de pico, ambas prendas de la talla supergrande. Jaehwan No sé qué (Hyuk no recordaba su apellido), el bullicioso punkie con el pelo teñido de dos colores, contando que de pequeño se sentaba durante horas delante de un cuadro en el que el río parecía moverse.

Y Hong Bin, por supuesto. Vio sus bonitos ojos , el modo en que el cabello oscuro
le crecía a partir de las sienes, incluso la diminuta cicatriz circular que tenía en el lóbulo de la oreja izquierda, que alguna vez se había perforado (tal vez en la universidad, como consecuencia de una apuesta de borrachos), pero sin ponerse pendiente para mantener el orificio abierto. Sintió el contacto de su mano sobre la cintura, la palma cálida, los dedos fuertes; percibió el roce ocasional de su cadera contra la de el y se preguntó si le habría excitado tocarlo. Estaba dispuesto a reconocer que el contacto con el sí lo había excitado. Era tan distinto a Leo que tenía la sensación de haber conocido a un visitante de otro sistema solar.

Cerró los ojos y se deslizó un poco más hacia el país de los sueños.

Otro rostro surgió flotando de la oscuridad. El rostro de Leo. 

Leo estaba sonriendo, pero sus ojos negros  aparecían fríos como carámbanos. "Voy de pesca  por ti, cariño", dijo Leo. "Estoy tendido en mi propia cama, cerca de ti, pescando en tu busqueda. Pronto estaré hablando contigo, hablando contigo de cerca. Sin duda será una conversación bastante breve. Y cuando termine..." Leo levantó la mano. En ella sostenía un lápiz afilado como una hoja de afeitar. "Esta vez no me molestaré en pincharte los brazos ni los hombros. Esta vez iré directamente a por tus ojos. O tal vez la lengua. ¿Qué te parecería eso, cariño? ¿Que te clavara un lápiz en esa lengua charlatana y mentiro...?"

Abrió los ojos de golpe, y el rostro de Leo desapareció. Los volvió a cerrar e invocó el rostro
de Bin. Por un instante no supo si aparecería, creyó que en lugar del suyo volvería a ver el de
Leo, pero no fue así...

El sábado salimos, pensó. Pasaremos el día juntos. Si quiere besarme, se lo permitiré. Si quiere
abrazarme y tocarme, se lo permitiré. Es una locura lo mucho que me apetece estar con él.

Volvió a deslizarse hacia el sueño, y supuso que estaba soñando con el picnic al que el y Bin
irían al cabo de dos días. Había otra persona haciendo picnic cerca de ellos, alguien con un bebé. Oyó su llanto a lo lejos. Y de repente, con más claridad, el rugido de un trueno.

Como en el cuadro, pensó. Le hablaré del cuadro durante la comida. He olvidado contárselo hoy
porque había demasiadas otras cosas de qué hablar, pero...

El trueno retumbó de nuevo, esta vez más cerca y con mayor intensidad. Aquel sonido lo trastornó. La lluvia les estropearía el picnic; la lluvia estropearía el picnic de Hijos y Hermanos en Ettinger's Pier; a lo mejor incluso provocaría la cancelación del concierto.

"No te preocupes, Hyukkie, el trueno viene del cuadro, y todo esto es un sueño".

Pero si era un sueño, ¿por qué sentía aún la almohada sobre las muñecas y los antebrazos?
¿Cómo era posible que percibiera sus dedos entrelazados y la manta ligera que la cubría? ¿Por qué seguía oyendo el ruido del tráfico procedente de la calle?

Los grillos cantaban y zumbaban: cric-cric-cric-cric-cric.

El bebé lloró.

De repente vio una luz violácea a través de los párpados cerrados, un relámpago tal vez, y al cabo de unos instantes retumbó otro trueno, esta vez aún más cerca.

Hyuk jadeó y se incorporó en la cama con el corazón desbocado. No había relámpagos. No había truenos. Creyó oír a los grillos, sí, pero tal; vez no eran más que sus oídos jugándole una mala pasada. Miró por la ventana y distinguió el rectángulo oscuro apoyado contra la pared debajo de el. 

El cuadro de Madder. 

Al día siguiente lo metería en una bolsa de papel y se lo llevaría al trabajo. A buen seguro, Rhoda o Kurt conocerían algún lugar donde pudieran enmarcárselo de nuevo.

Pero seguía oyendo el débil crujido de los grillos.

Del parque, se dijo al tiempo que volvía a tenderse en la cama.

"¿Con la ventana cerrada?", preguntó el señor Práctico-Sensato. 

Parecía dudoso, pero no realmente angustiado. 

"¿Estás seguro, Hyukkie?"

Sí, lo estaba. A fin de cuentas, casi era verano, muchos más grillos por el mismo precio, amigos, y además, ¿qué importaba? De acuerdo, tal vez el cuadro tenía algo raro. Lo más probable era que el raro fuera el, que todavía estuviera deshaciendo los últimos entuertos de su mente, pero pongamos que realmente era el cuadro. ¿Y qué? Hyuk no percibía ninguna maldad en él.

"Pero ¿puedes afirmar que no es peligroso, Hyukkie?" Esta vez sí detectó un matiz de angustia en la voz del señor Práctico-Sensato. "Olvida el mal, la maldad o como quieras llamarlo. ¿Puedes realmente afirmar que no te parece peligroso?"

No, no podía afirmarlo, pero por otro lado, el peligro acechaba en todas partes. Como lo que le
había sucedido a la tia del sr. Cha.
Pero no quería pensar en lo que le había sucedido a Sunji Wong; no quería volver a recorrer lo
que en el Círculo de Terapia se denominaba a veces la Calle de la Culpabilidad. Quería pensar en el sábado y en la sensación que le produciría un beso de Hong Bin. ¿Le rodearía los hombros o la cintura? ¿Qué sensación le daría exactamente la boca de él sobre la suya? ¿Haría...?

La cabeza de Hyuk cayó a un lado. Retumbó otro trueno. Los grillos cantaban con más fuerza que nunca, y uno de ellos se acercó saltando a la cama, pero Hyuk no se dio cuenta. Esta vez, el cordón que unía su mente con su cuerpo se había roto, y se adentró flotando en la oscuridad.

¥ESTERDAY (VIXX Fanfic Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora