15. La sentencia de un anuncio.

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                  El martes, un día antes del anunciado evento aniversario, regrese al hospital sorprendiendo gratamente a Eleonora.

– Has venido pronto. ¿Va todo bien? – mascullo con su habitual tono maternal.

– Si, va todo bien.

– ¿Ya me tienes una respuesta a mi pedido?

– Si, pero expondré la letra pequeña – espete, y ella asintió con calma.

– Te escucho.

Suspire largo y tendida antes de hablar. – Cuidare de el, pero solo si el me lo permite. Seré su compañera y amiga si lo desea. Si el ya puede cuidar de si mismo, yo desapareceré y por sobre todo... No entrare en su mundo, sin importar lo que suceda. – expuse, enumerando cada uno de los pensamientos que me acoso durante días antes de decidir.

– Si esos son tus limites, los respeto. Sin embargo ¿Estas segura de todo lo que has dicho? – objetó.

– Si, tuve tiempo suficiente para pensarlo y estas son mis condiciones.

– De acuerdo. Aceptare todo lo que tu puedas darme, porque se que te estoy pidiendo demasiado cuando no me debes nada.

– Si mis palabras la dejan un poco mas tranquila y la animan a seguir su lucha contra el cáncer, hare todo lo que este en mis manos. – musite, firme y sonriente. – Prometo quedarme cerca de Franco mientras el pueda necesitarme...

– Gracias Lyra, te debo mas que mi vida entera. – puntualizo, capturando mis manos y apretándolas en signo de agradecimiento.

Min llego aquella tarde revolviendo y removiendo todo lo que encontró a su paso. Quise asumir que se trataba a su estado pero cuando capturo mis hombros con mas fuerza de la necesaria, tuve miedo.

– ¿Que te pondrás para la fiesta de mañana? – bramó con un tono exageradamente alto.

– Un vestido negro sencillo que ocupe en la licenciatura de Ara. – farfulle y rápido me arrepentí de mi respuesta. El rostro de mi amiga se distorsiono horriblemente, como quien escucha la peor noticia de su vida.

– Ni lo pienses. Ese vestido de vieja... ¡JAMÁS!– exclamó con sobreactuada agitación de brazos.

– No tengo nada más Min, y mi bolsillo no esta para ir de compras ahora.

– Tienes suerte que tienes una amiga que si tiene dinero. Vamos, trae tu cartera, iremos por un vestido que valga la pena. – atrapo uno de mis brazos, tirando de el.

– Min es tu dinero, necesitas ahorrarlo ahora que viene el bebé. – replique, negando a moverme.

– Sera un préstamo que luego agradecerás.

– Min...

– No te hagas la difícil, sabes que yo jamás pierdo. Ni loca te dejare ir a un evento así vistiendo como tu abuela cuando todos los que asistan serán sacados de revista. Mueve tus pies, porque solo tenemos tres horas antes que todo el comercio cierre.

Su fuerza fue impresionante. Basto de un jalón, para que mis pies se despegaran y salieran casi volando por la puerta. Jasmín definitivamente comenzaba a evolucionar a causa de su embarazo y me pregunte si esperaba a un bebé o a superman.

Lo que Aprendí de una Estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora