29. Un milagro destinado.

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                  Cuando un poquito de realidad volvió a mi, las preguntas se arremolinaron entre mi cabeza y mi boca. Había un par de muchas cosas que no entendía... y debía saber que sucedía.

–¿Qué sucedió con la boda? ¿Tu padre? ¿Cómo... supiste que me encontraba aquí?

–Ah... La boda, se cancelo definitivo. Mi padre me ha despedido como heredero, y si pudiera hacerlo como hijo también lo haría. – mi rostro se descompuso.

–¿Qué harás ahora?

–Tranquila. Supongo que mi madre se adelanto a los hechos y me dejo protegido. Sus acciones y propiedades fueron cedidas a mi nombre y con eso puedo subsistir por un buen tiempo. – explico sin preocupación, casi desinterés.

–¿Y Miranda?

–No creo que se quede con los brazos cruzados, pero buscare la forma de defenderme. Soy mas capaz de los que piensas, no te preocupes por tales cosas... Ninguno de ellos me importa o preocupa mas que tú, así que debes hacer lo mismo. Tu recuperación es lo primero.

–Si todo sale mal... ¿Qué pasara contigo? ¿Cómo puedo quedarme tranquila si por mi culpa...?

–No es tu culpa, fue mi decisión. Tarde o temprano terminaría explotando, ser una marioneta del resto no es lo mío.

Le mire incrédula, pero poco lo convencería de lo contrario.

–¿Cómo... supiste que estaba internada? ¿José Ignacio fue por ti?

–Nicholas. El sabia que llevaba días buscándote y cuando te vio en los pasillos del hospital, fue por mi. Me devolvió el alma al cuerpo...

Franco no se aparto de mi lado los siguientes días. Estuvo junto a mi en cada sesión de quimio, abrazándome fuerte y acariciando mi rostro. Desde los despertares hasta ultimas horas en la noche, cuando el insomnio era mas intenso que el cansancio. Entre noches de desvelo, el trajo un tema que había esquivado desde que apareció bajo el umbral de la puerta.

–Es hora que toda tu familia se entere de lo que sucede. Jasmin no dejaba de llamar y consultar por ti, tanto a mi como a Andrés. Hasta tu primo dio algunas vueltas por la empresa antes que Nicholas hablara conmigo...

–Esperaba que todo esto acabara pronto, pero por lo visto no me darán el alta hasta que aparezca un donador.

–En ese caso, es muy necesario que ellos estén al tanto. Tu tía y tu primo son ideales para realizar los exámenes de compatibilidad.

–Es poco probable, no son directos sanguíneamente. Tienen la misma posibilidad de un extraño de ser compatibles conmigo.

–Si es de ese modo, yo también me hare las pruebas.

–¡Eso es aun mas imposible!– salte recordando todo el alboroto de los exámenes previos.

–No perderemos nada intentándolo ¿No?

Ya al verme descubierta, fui obligada a notificar a Momo y Marcos sobre mi situación. Su presencia en el hospital fue casi inmediata y aunque todos mantuvieron expresiones esperanzadoras, supe que en cada mirada, el temor de repetir lo sucedido estaba en carne viva.

No quise insistir en el tema. Mantenerlos en ese estatus positivo podría estar a mi favor para evitar ciertas situaciones, o rostros cargados de lastima.

Lo que Aprendí de una Estrella.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora