Koko se prepara para la graduación

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—¿Y qué tal este, Koko? —preguntó mamá tomando el décimo vestido que me mostraba desde que llegamos a esta boutique que por lo que veo es bastante elegante.

—No me gusta.

Mamá se saca sus gafas y empieza a desesperarse.

—Koko elige un vestido ahora mismo.

Pronto me graduare y habrá la famosa ''fiesta de graduación'' no me interesa ir a ese lugar en lo más mínimo, pero mamá insiste. A parte debo ir con Petunia, mi única amiga en la escuela y la única persona, además de mis padres que conocen de verdad a Koko.

¿No les había hablado de Petunia, cierto? La verdad no había encontrado el momento indicado para contarles de ella, pero Petunia es la única persona con la que soy sinceramente Koko, ella conoce todo de mí, hasta mi perfil en hubbo y mi amor por Chad.



—Ese —digo sin ver el vestido, ya me enfadé de estar aquí, tomaré el que sea y me iré de este horrible lugar que no combina con mis estándares.

Es el vestido más caro del mundo, al ver tantos ceros en ese precio pensé en cuanta comida pude haberme comprado con dicho dinero, o quizá hasta un pc más rapida podría tener, así jugar hubbo a mayor velocidad, o simplemente el hecho de ahorrar tanto dinero sería perfecto, ¿les he contado que soy algo tacaña?



Hoy es mi graduación, ¿se sorprenden verdad? yo también lo hice, no me caí al recibir mis papeles o no cause vergüenza a mis padres minutos después, fue una buena graduación hasta eso. Ahora viene lo bueno, ponerme ese horroroso vestido. Mamá insistió en que me comprará esa cosa tan fea y ahora debo usarla.

Petunia llega con un vestido azul que le queda muy bien, se ve muy linda, podría decirse que, si Petunia dejará de ser tan rara como yo, llegaría a ser una de las populares y más deseadas de la escuela. Ella tiene un cabello castaño claro ondulado con una piel blanca que le combina muy bien, cuenta con unas pequitas en su cara, unos ojos azules brillantes y su cuerpo es como el de una modelo.

—Petunia, que guapa.

—¿Eso crees Koko? ¿o te burlas de mí?

Ay Petunia, querida Petunia.

Mi amiga tiene la autoestima más baja del mundo, por no decir que no confía nada en ella. Y bueno, creo que somos iguales ahora que lo pienso...

—Para nada, te ves muy bien en ese vestido, amiga.

—Gracias Koko, tú te ves muy bien con ese vestido.

¿Me veo bien en esta cosa horrorosa? Es rojo, y pegado a mi cuerpo. Mamá me ha traído unos tacones, esto no es Koko, no me gusta. Estoy con cara de póker mientras me observo frente al espejo.

—No me gusta, iré por unos pantalones.

Camino hacia mi armario.

—Alto ahí. Koko por primera vez viste como una dama.

—Pero no quiero —mis brazos están cruzados y hago mueca de desaprobación.

—Sólo hoy, déjame verte así —mencionó mamá suplicante.

La miro, ella a mí, la vuelvo a ver, ella me vuelve a ver a mí, yo la observo nuevamente. Mamá, tú ganas.

—Está bien.

—¡Siiiii! —grita esa mujer emocionada, mi madre está loca.

—Koko te ves hermosa, hija —mencionó papá y sonrió, luego de eso nos tomó una foto a Petunia y a mí.

¿En serio me veo bien? ¿será que Chad por fin notará mi existencia? ¿se enamorará de mí y tendremos 9 hijos? mis expectativas eran altas y luego de tanto cumplido por parte de mamá, papá y Petunia creo que me siento segura.

Ahora que lo pienso jamás les he hablado sobre mi físico, les he hablado de mucha gente menos de mí, Koko. Me imaginaron redonda como un coco probablemente, pero no, soy pequeña no estoy muy alta, tengo el cabello rizado y pelirrojo, yo también tengo pecas como Petunia, pero yo tengo miles de más de pecas, soy delgada y no cuento ni con nalgas ni pechos, estoy plana.



Hace 2 años:

—¿Koko te crecieron los pechos de un día para otro? —preguntó mamá viendo mis grandes y voluptuosos nuevos pechos.

—Si mamá, ¿no ves que estoy en edad de desarrollo?

—Koko los pechos no crecen de un día a otro, y menos en esa magnitud.

Diablos, mamá va a descubrir los globos llenos de harina que me metí simulando ser mis pechos.

—Déjame ver que tienes oculto ahí...

Se acerca hacia mí y extiende su mano hacia mis globos, digo, pechos.

—¡Mamá, invades mi privacidad!

—En realidad son globos —susurra Petunia, pero mamá logra oírla.

—¿Globos Koko, es en serio? —mamá tiene esa cara de cuando se aguanta sus ganas de reír.

Cruzo mis brazos y hago mi peculiar mueca.

Sacó los globos de mi pecho.

—Luego crecerán tus pechos, sólo debes esperar hija.

¡Han pasado dos años y yo no veo a mis pechos salir! ¿qué esperan pechos? ¿le tienen miedo al mundo? ¡salgan malvados!


Voy en el carro junto a Petunia, llegamos al salón de la fiesta. Hoy sería el último día que veré a Chad, a menos qué... lo conquisté esta noche con mis kokoencantos.



Y hasta aquí, muchas gracias por sus comentarios los apreció mucho <3 que bueno que les esté gustando mi novela. Espero ver muchos comentarios uwu

Nos kokoleemos otro día :3

KokoWhere stories live. Discover now