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|¿Por qué eres tan gruñón?|

—Esto es asqueroso— Llorisqueé y alcé la funda de basura con una mano y con la otra me tapé la nariz. Derek rodó los ojos y siguió limpiando el inodoro. Llevamos casi 30 minuto aquí dentro y él sólo a hecho lo típico de él: gruñir y hacer muecas.

Me aburro así que decido poner conversación en lo que termino de limpiar los zafacones. Que por cierto son un asco, los hombres son un asco...

— ¿Por qué eres tan gruñón?

Dejó la pal... Con lo que se limpia el inodoro o W.E. Eso mismo (no me culpen por no saber como se llama ese aparato). Derek me miró de entrecejo y frunció el labio.

— ¿Por qué hablas tanto?— Respondió con una pregunta y viré los ojos — Sólo sigue con eso... O con lo que sea que estés haciendo— pidió cansado mirando el zafacón en mis manos.

Es más posible entablar una conversación con éste zafacón, que con él.

— Ya me rogarás para que te hable— Murmuré terminando de limpiar todos los zafacones.

Como ya había terminado con lo mío me senté en la meseta del lavado y saqué mi celular. Tenía diez llamadas pérdidas de mis amigas. Cuando llegue a casa tendré que llamarlas. Miré al orangután y estaba terminando con los suyo. Se secó el sudor que comenzaba a correr por su frente y se pasó las mano por el pelo para arreglar unas que otras hebras desordenadas, lucía agotado. Tenía la franela pegada al cuerpo del sudor y aún así me parecía muy atractivo él condenado. Gruñón insensible.

Una risa se formó en mis labios. Se me acababa de ocurrir algo. Se me prendió el bombillito que hace tanto no funcionaba... Ya sé como vengarme de él. Puse la cámara de video en mi celular y lo enfoqué a él tratando de que no se diera cuenta. Pulsé el botonsito rojo y comenzó a grabar. Él estaba fajado en lo suyo, yo tenía el celular en una posición en la que él no se diera cuenta. Si acaso se llega a dar cuenta, estoy segura que no saldría de aquí viva. Derek termino de limpiar y se pasó de nuevo la mano por la frente para secar el sudor. Limpió sus manos con la franela y se la saco por encima.

¿Acaso dije que se saco la franela? ¡OMG! Se a sacado la franela. Por un momento olvide que tenía la cámara grabando, tenía el celular inclinado y ahora le grababa los pies. Inmediatamente volví a subir el celular para grabarlo. Me quedé mirando su torso cubierto de sudor, me mordí el labio nerviosa y agarré con fuerzas el celular. Derek se pasó la franela por el cuerpo para secar el sudor y quedé totalmente en shock.

Sentí un carraspeo de parte de él y enseguida apagué la cámara guardando el celular en los bolsillos. Tenía la mirada de él fija en la mía, arrugó la frente y me señalo el lavado. Tardé un poco en comprender que quería usar el lavamanos.

Me bajé rápidamente y me eché a un lado. Se acercó y se posicionó al lado de mi. Seguía cada movimiento de él como una retrasada. Abrió el grifo y se echó agua en el pelo dejando caer agua en su cara. Su espalda se marcaba con cada movimiento que hacía.

Derek se fijó por el espejo que lo estaba mirando y encarno una ceja. Bajé el rostro avergonzada y fingí estar pendiente al celular cuando lo escuche hablar.

— Sal y pídele la cubeta del suape a Gina— Ordenó Derek terminando con los inodoro.

— No, ve tú— Repliqué molesta ¿Quién se cree para darme ordenes?

Vi como se tenso en su lugar, se volteó furioso y se acercó a mi en dos pasos. Lo que reflejaba sus ojos en esos momentos no me gustaba, por un momento me pregunté que carajos dije. Respiraba profundo y apretaba los dientes con fuerza. La venas de su frente estaban increíblemente marcadas. Me mordí el labio nerviosa y me eché para atrás, pero el dio un paso más y de nuevo estaba frente a mí. Él pelo estaba desordenado y empapado de agua. Ya no era castaño ahora se veía negro, algunos que otros mechones estaban pegado a su frente.
Estaba increíblemente y endemoniadamente sexy. Me recordé que estaba incomodo.

Mi Demonio Favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora