13

181 12 0
                                        

Despues de una larga semana de clase, clase y mas fuckin clase, es viernes al fin, ¡Descanso para mi cuerpecito sexy! Me siento tan feliz, imagino un corito sano con mi cama, mi celular, wattppad, netflix y una rica pizz...

—¿Niña me oyes?— Dereck agita su mano en mi cara sin parar, ¿qué diabl...?

—ACABAS DE ARRUINAR MI IMAGINACION, IMBECIL— Llorisqueé, me miró aturdido. Terminé de cerrar mi mochila y salí del aula dejándolo boca abierta. Frank me pasó por el lado y ni se inmutó en saludarme. Laura por igual, fue una de las primera en salir del aula.

Escucho un resoplido de mi amigo, lo ignoro completamente —Tienes problemas, ¿sabías?

Hice oídos sordos y seguí mi andar. Mi único plan ahora mismo es hacer realidad mi imaginación, sonreí. Fin de semana allá voy.

—Das miedo— volví a escucharlo, sonreí aun más, pero ahora sin que él se diera cuenta. Me gusta como se pone cuando lo ignoro, no para de hablar.

—¿Voy a tu casa mañana a hacer la clase de mate?— me paré en seco haciendo que casi chocara conmigo
¡Mierd*, la clase de mate! ¿cómo carajos se me estaba olvidando? Adios cama, adiós wattpad, adiós pizza. Alah, como se puede arruinar todo en un maldito segundo. No sé si matar a Dereck o a la profesora por asignar ese fuckin trabajo para este fin de semana, y de que materia, ¡MATEMATICA! La odio, lo juro.

—Acabas de arruinar mi fin de semana ¿sabías?— vi en sus labios la intención de reirse pero lo fulmine con la mirada y levantó sus manos en señal de rendición.

—Echale la culpa a la profesora, no a mi.

Put* profesora, cree que no tenemos vida social igual que ella. Amargada.

—Me das miedo en serio cuando pones esa cara ¡Sabra Dios que estarás pensando!— le saqué el dedo del medio y esperé que se subiera a la moto para subirme y agarrarme fuerte a él -como siempre no puedo evitar sentirme a gusto así, es que está tan bueno el condenado-.

—¿A tu casa?— vuelvo en sí y sonrío por mi mente tan carnal. Y una idea brillante pasó por mi cerebrito, ¿qué? a veces funciona.

—¿Por qué no mejor a la playa?— respondo a su pregunta. No estaba viendo su cara obvio,
pero sentí su sonrisa de complicidad.

—Agarrate nena.

.....

Acaricié levemente su pelo una y otra vez mientras miraba las olas chocar contra las firmes rocas, una hermosa vista por cierto, sol, playa y arena, no hay lugar mejor que este. Dereck está de lo más relajado recostado en mis piernas. Cualquiera que nos ve piensa que somos un par de tórtolos disfrutando de un bello atardecer en la playa y por Dios que no es así. Solo somos un par de amigos que apenas están aprendiendo a soportarse.

—Esto es lo mejor. Gracias—musité, ni siquiera se movió, pensé que estaba durmiendo pero saco su dedo pulgar haciendo presencia. Que cómodo, y yo aquí bien gracias que no siento las piernas ¡Cabezón!

—¿Puedes quedarte en mi casa toda la tarde?— pregunté, rápidamente hablé aclarando la pregunta—Mi madre trabaja, no quiero estar sola— susurré, no sé porqué susurraba pero estaba tan relajada que ni la voz me salía. Espere expectante su respuesta y con un poco de nervios quizás. Conociéndolo pensaría otra cosa.

—Scarlett nena, ¿qué me estas proponiendo?— ¿Ven?, puse los ojos en blanco.
Nerviosa me levanté enseguida provocando que su cabeza cayera al suelo de golpe— ¡Serás imbecil!

Lo único que hacía era reírse y yo que parecía un tomate de roja. Orangután.

—Vamos Lett es broma, ¿o es que acaso acabo de descubrir tus intenciones?— bailó sus cejas de forma sexy como insinuando algo. Cretino.

—Déjalo mejor, me quedo sola—comencé a caminar enfadada. Ni siquiera sé por qué me enfado, no es que sea verdad.

Para nada Scarlett.

Ignoro la vocecita en mi cabeza y escucho sus pasos acompañado de risitas detrás de mi.

—Vamos nena, no es para tanto.

Me volteé como el exorcista y lo miré mal— ¡NO ME DIGAS NENA!

Grité. Dereck empezó a reír como loco, genial.

—¿Me llevas a mi casa o no? —Pregunté sin ganas, cerca de la moto.

Hizo pucheros, luego sonrío—Vamos.

Cuando llegamos a casa ya eran cerca de las 3 de la tarde, me bajé de la moto bajo la atenta mirada burlona de mi "amigo" y camine hacia la puerta a paso firme, meneando mi cola exageradamente. Escuché unos silbidos de su parte pero lo ignore completamente. Saqué las llaves de mi mochila y abrí, cuando iba a entrar pegué un brinco porqué sentí su aliento en mi cuello.

—¿Acaso me piensas dejar afuera, nena?— susurró el muy condenado en mi oído, poniéndome la piel de gallina.

Sonreí con malicia por el plan que se me acababa de ocurrir y me volteé con suma delicadeza y hasta picardía. Lo miré fijamente a los labios dejando caer mis manos en su pecho y le susurré— Para nada, bombón.

Sentí como su corazón dejó de latir por unos segundos y casi que me carcajeo en su cara pero me aguanté, quería ver más su reacción, como de a poco las facciones de su cara iba cambiando de burlona a totalmente confusa, pero con un poco de excitación.
Acaricié con mis uñas su pecho libre gracias a el cuello v del t-shirt del colegio. Vi como se ponía tenso y como sus pupilas se iban dilatando. Su boca abierta, sus manos en mi diminuta cintura -que no se como han llegado ahí por cierto- Todo indicaba que estaba realmente excitado y asombrado por mi repentina reacción. No puedo mentir, me estaba gustando este juego. Porque eso era, un juego.

En el que claramente salgo ganando yo. O eso creo.

—¿Qué pasa imbecil, te comieron la lenguas los ratones?— le di un empujón y me reí en su cara, y sí,  como una loca. Dereck simplemente puso los ojos en blanco y empezó a respirar profundo dejando en claro que estaba muy molesto, ya sus ojos no mostraban excitación exactamente, ahora solo me miraba como si quisiera matarme. Yo no paraba de reír. Hasta que sentí sus manos, una en mi cintura y la otra en mi nuca, en menos de un segundo ya mi cuerpo estaba pegado a él. Su respiración la sentía en mi boca. Estaba en shock, está claro que dejé de reír en el mismo instante que sentí su boca cerca de la mía.

—Vuelves a hacer eso nena y entonces será a otra a la que le van a comer la lengua—susurró con voz quedada en mis labios,— y no será exactamente los ratones— ¡Santas chancletas, echenme agua por favor! ¿Y ahora quién es la que está nerviosa, eh Scaelett? Mi corazón iba a mil, a penas pude procesar lo que dijo. Me soltó y sin más entró a mi casa, dejándome ahí parada, echa un lío.

Menudo idiota, cavernícola, orangután.

.....

Luego de una larga tarde muy tensa y sobre todo rara, cargada de hormonas, viendo película junto a Dereck llegó la noche y por ende ya mi amigo tenía que retornar a su casa. No antes sin darle una sonrisa picara a mi madre dejándola sonrojada ¿En serio madre? Menudo orangután guapetón. Ya en mi cama, en la tranquilidad de mi habitación, decido dormir y dejar de pensar en lo sucesos de hoy, realmente eso me ha dejado que pensar toda la tarde, no podía mantenerme tranquila ¿qué fue eso con Dereck? ¿Cuándo todo se convirtió en un juego de provocaciones?¿Porqué estoy permitiendo que pasé? Lo conozco bien y sé que es un imbécil sobre todo con las chicas, puede ser mi amigo y que estemos llevando una amistad luego de como empezamos, pero eso no quita mis opiniones hacía su persona. Por eso debo parar con esto.

Scarlett debes parar.

De momento escucho mi celular sonar y se me hace raro ¿Quién me escribe a estas horas? Tomé mi iphone de la mesita y a continuación me quedo con la boca abierta.

Mensaje de Reck:

Me gustó pasar la tarde contigo nena. Hace mucho no me sentía tan bien ;) Espero que se repita, sobre todo lo que ocurrió antes, descansa, besos.

¿Qué diabl...?

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Sep 10, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Mi Demonio Favorito.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora