|Bruto|—¿Estas bien?
—...Creo...Sí
—¿Segura?— Asentí no muy convencida, mirando mis pies como si fueran algo interesante. No me atrevía mirarlo a la cara.— ¿Te gusta lo peligroso, eh?
Me fue imposible no mirarlo ¿A quién carajo le iba a "gustar" lo peligroso? Una sonrisa burlona se deslizó por sus labios, ¿Se estaba burlando de mi?
—¿Qué hacías en la parte trasera de la casa, sola?
Me mordí el labio ceñuda, ¿Quién le dijo a él que tenía que darle explicaciones de lo que hacía o no?
Fue él que te salvó el pellejo hace un rato.
Cierto.
—Buscaba a mis amigos, sólo eso.—Contesté un poco borde— ¿Qué hacías tú, ahí?
—Estaba en una esquina, al lado de ti, sólo que no me viste.— Se encogió de hombros, restando importancia.
¿Entonces, siempre estuvo ahí y no se acercó a ayudarme desde un principio? ¿Tuvo que esperar que el moreno casi me violara para ayudarme? Lo fulminé con la mirada, rechiné los dientes furiosa.
—¿Tuviste que esperar que el moreno casi me violara para intervenir? ¿Eres imbécil o qué?
Una risa seca salió de su garganta, encarnó la ceja sarcástico. Me crucé de brazos y lo miré furiosa, esperando una respuesta.
—Quién las entiende.— Murmuró, chasqueando la lengua.
—Eres un....
—Cuidado con lo que dices, muñequita— Espeto volviendo a su típico semblante serio, advirtiéndome con la mirada. Sólo mi papá me miraba así y no era para nada bueno.
—Bruto— murmuré.
—Eres una malagradecida, ¿Lo sabías?— Escondió sus manos en los bolsillos de su pantalón, mirándome de lado. Tenía los ojos y las pestañas más bonita que había visto en mi vida.
Hace unos segundo pensabas que era un bruto, ¿Y ahora babeas por él? Estas muy mal Scarlett, muy mal.
Pestañeé varias veces y me mordí el labio. Voy a parar loca.
Medité sus palabras un poco. Quizás si sea una malagradecida, ¿Me ayudo, no? Lo molió a golpes antes de que por lo menos, llegara más allá.
—Gracias— Murmuré bajito, tanto que ni siquiera yo misma me escuché.
Soy muy orgullosa, esa era la verdad.
—¿Perdón? No te escuche.
Lo miré mal.
—Perdón— Le grité exasperada, perdiendo la postura. Puso los ojos en blanco, se encogió de hombros y asintió restando importancia.
Se recostó de la moto cruzado de brazos, al lado de mi y quedo mirando hacía la nada con un semblante sereno; no sé cómo podía estar así, después de haber jodido a golpes a alguien. Escondí mis manos en la chaqueta, que me había prestado y quité un mechón rebelde de mi cara, que me interrumpía mirarlo por el rabillo del ojo. Bajé la vista a sus brazos cruzados, y seguí mirando hasta dar con sus nudillos, estaban ensangrentados, y sumamente alterados.

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Mi Demonio Favorito.
De TodoScarlett Estevanez, tierna, ingenua, "pendeja", bondadosa y toda delicada se muda a "Penjoja" donde a su mamá le ofrecieron un nuevo trabajó. Allí se tiene que enfrentar con una nueva vida, nuevo colegió y nuevos amigos. En definitiva a una realidad...